Capítulo 10

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Obedientemente, Chimon se dirigió a los ascensores. Tuvo un momento de pánico al pensar que alguien podría verlo salir en el piso de Perth, pero él no necesitaba preocuparse. El pasillo estaba desierto y la puerta de la suite de Perth entreabierta. Sonriendo ligeramente, Chimon guardó su llave maestra en el bolsillo.

Chimon cerró la puerta en la oscuridad de la sala y siguió la tenue luz que salía bajo la puerta del dormitorio. La luz estaba encendida, la cama arreglada. La puerta del baño abierta. Y oyó el agua correr.

Un rastro de ropa en el suelo entre el dormitorio y el baño le dijo dónde estaba Perth.

No pudo resistirse.

Chimon se detuvo en la puerta del baño a echar una mirada.

Los azulejos eran azules y blancos en el lujoso cuarto de baño de la suite y estaba equipado con una bañera y una ducha. Perth estaba dentro de ésta y era claramente visible a través de la puerta de vidrio. Su pelo pegado en la nuca, el agua deslizándose por su espalda hasta su redondo trasero.

Perth se giró bajo el chorro del agua, totalmente erecto.

Chimon gimió y se aferró al marco de la puerta para mantener el equilibrio de sus repentinamente temblorosas piernas.

Perth lo vio y le sonrió. Extendió su mano.

-Ven aquí.

Chimon entró al cuarto de baño sintiéndose inmediatamente sofocado debido a su traje.

-¿Cómo conseguiste eso?- Señaló con la cabeza al eje que se balanceaba entre las piernas de Perth.

Perth se dirigió hacia él.

-Pensando en ti. Ahora desnúdate o voy a salir y se mojará esa linda ropa tuya.

Chimon no eligió negar su excitación. ¿Por qué no aprovechar la oportunidad? Perth se iría en la mañana.

Chimon se quitó los zapatos, desanudó su corbata, dejó la chaqueta cuidadosamente en la silla justo fuera de la puerta, se desabotonó la camisa. Le tomó demasiado tiempo lograr desnudarse, pero una vez que lo hizo permaneció en el marco de la puerta, inseguro.

Perth lo veía desnudarse con una insufrible mirada presumida, entonces abrió la puerta de la ducha con un dedo, usando el mismo dedo le habló a Chimon.

-Ven aquí.

Chimon caminó directo a la ducha, al húmedo cuerpo de Perth, entrando en el cálido abrazo. Sus labios se encontraron y Chimon abandonó todo sentido de realidad. Era solo su encuentro. Uno que esperaba disfrutar.

Dado que podría ser el último.

Perth presiono sus labios juntos. Sosteniendo a Chimon cerca, se giró para que Chimon quedara bajo la ducha. Acarició la piel de Chimon hasta que cada centímetro de piel estaba sensible y húmedo. Entonces cerró el grifo del agua, quedando dentro de la ligera nube de vapor. Levantó el mentón de Chimon para así poder mordisquear el largo músculo de un lado de su cuello. Sus manos se deslizaron sobre la caliente y húmeda piel hasta que finalmente se detuvieron alrededor de la erección de Chimon.

Chimon trató de respirar en el húmedo aire.

-Perth.

-¿Más?- esa voz acariciaba su oído.

-Dios, ¡sí!

Perth giró a Chimon hacia la pared, urgiéndolo a colocar sus manos en la blanca piedra. Por el rabillo del ojo, Chimon lo vio coger un pequeño paquete de una repisa en la pared de la ducha. Un condón.

El corazón de Chimon se aceleró. Clavaba las uñas en los bordes de los azulejos, esperando con impaciencia. Retiró el húmedo cabello de sus ojos y arqueó la espalda, esperando incitar a Perth a apurarse.

SawanWhere stories live. Discover now