Capítulo 1

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-¡Papá, puedes por favor sentarte!

Saifah Wachirawit lo miró arqueando una de sus blancas cejas pero se acomodó en las almohadas contra la cabecera de la cama. Chimon suprimió un suspiro de alivio y arregló el edredón y las sábanas blancas alrededor del alarmantemente delgado cuerpo de su padre.

- No soy un inválido- gruñó Saifah.

- Cómo digas, papá.- Chimón le gruñó de vuelta. Vio la mesa al lado de la cama con agua helada, vasos, seis libros, la lámpara, el reloj y no menos de una docena de frascos de pastillas. Eso último de la colección era lo que le rompía el corazón.- ¿Te tomaste tu medicina?

- Sí.

Chimon frunció el ceño, seguro de que había siete pastillas de esas en el bote cuando él había ido a preparar el desayuno de Saifah.

- Papá...

- ¡Chimon!

Se miraron fijamente y Chimon estaba seguro de que veía su propia frustración reflejada en las líneas de expresión de su padre. Cerró los ojos, rezando en silencio por calma, y dejó el frasco de pastillas de nuevo en la mesa.

- Bien. Está bien.

Saifah acomodó el edredón en sus caderas.

- ¿Está todo listo?

Chimon cruzó el cuarto y abrió las cortinas dejando que la luz de la primavera entrara.

- Todo listo.

- ¿Estás seguro?

Trató de mantener un tono ligero.

- Tan seguro como puedo estar.

- ¿Cuándo llegarán?

Chimon suspiró mientras se pasaba las manos por el pelo.

- En cualquier momento.

La cara de Saifah mostró alarma.

-¿No deberías estar abajo?

-Sí, debería. Y estaré, tan pronto como View llegue.

-Deja toda esa preocupación para mí ¡estoy bien! Ve a hacer tu trabajo.

Chimón miró su reloj. Sí, él debería, pero no podía dejar a su padre solo. No últimamente. A pesar de negarlo, la condición de Saifah se estaba deteriorando y parecía que otro ciclo de quimioterapia iba a ser necesario en un futuro no muy distante. Otro ciclo de angustia y gastos. Gastos que ellos realmente no podían afrontar. Esa era otra de las razones por las que tenía que ir a trabajar.

Suprimió un suspiro de alivio cuando la puerta del frente de la suite se abrió. Se apresuró a ir a la sala. View giró su muy embarazado cuerpo y le sonrió.

- Chimon, llego tarde, lo siento.- Dejó su bolso en la mesa y se llevó una mano a su embarazado abdomen.- Pero no podía pasar por el caos de abajo.

Chimon se acercó a ella y le ayudó a quitarse el abrió.

- ¿Estás bien?

View movió sus manos alejando sus preocupaciones y, acomodándose su rubio cabello, miró hacia la puerta de la habitación.

- Estoy bien. ¿Papá se tomó su medicina?

- Él dice que sí.

Ella asintió, evitando su mirada. Ellos difícilmente podían ver al otro cuando hablaban de la enfermedad de su padre. Desde que perdieron a su madre cuando View tenía diez años y Chimon siete, su padre había sido el cimiento de su vida. Ninguno quería reconocer la posibilidad de perderlo.

SawanWhere stories live. Discover now