3. En diez cuadros

25 6 0
                                    

Arabella

Reinicié la rueda viciosa de mi monótona rutina matutina, sólo que esta vez, sí incluí el desayuno. Pensar en que debo quedarme hasta la tarde en el instituto me genera una gran pesadez y desmotivación. De repente sentí ganas de fingir estar enfermerma, de esa manera me ahorraría tener que verle la cara a Bigelow.

Pasé una vez más frente a mi escritorio, en el cual yacían millones de panfletos en donde se exponían todas las propuestas universitarias a las que quería aplicar.
Lo cierto es que quiero seguir bellas artes, pero eso implicaría salir del país y tener que mudarme lejos de mi hogar, todo por cumplir uno de mis sueños.
Sentí a la ansiedad instalarse en mi garganta, pero decidí que, al menos por estas semanas, no dejaría que me afecte la decisión que debo tomar para antes de finalizar el último trimestre del año. Para entonces, ya debo saber qué es lo que haré.

No tarde en salí de mi habitaciones y cerrar la puerta de un portazo para evitar ver ese caos del cual debía encargarme, y que procrastinaría. En eso, oí a Lola aparcar frente a mí casa, así que salí con menos prisa que ayer. Ambas nos mantuvimos calladas durante unos minutos, pero no era incómodo, nos conocemos desde los tres años, esa etapa ni siquiera existió entre nosotras.
Todavía faltaban diez minutos para entrar a los salones, por lo que optamos por quedarnos sentadas en su auto, mientras que cada una bebía de su café en completo silencio, mientras mirabamos alguna ventana perdida en la estructura frente a nosotras.

—Necesito vacaciones otra vez.— Solté, a lo que ella asintió sin quitar su mirada perdida del pequeño recipiente que tenía entre sus manos. —Bigelow tiene planificada mi semana, todos los días tengo tareas por hacer. Ayer me dejo ir después de las cuatro de la tarde, ¿qué tal tú con Sarah?— La morocha se echó a reír como si lo que hubiera dicho hubiese sido la mejor broma que jamás había oído. Pronto comprendí que en realidad se estaba riendo de mi desgracia.

—Llegue a casa a las dos y media de la tarde.— Mi boca se abrió considerablemente. Es Sarah, es obvio que no la castigaría.

—No sé ni para qué pregunté, es increíble la suerte que tienes.— Sonrió a la vez que se encogía de hombros. —Ya, será mejor que bajemos, no quiero tener problemas también con Sarah.— El día comenzaba con dos horas de música, seguía con arte, luego venía derecho y finalizaba con la peor materia que puede existir, matemáticas.

Buscamos un lugar cercano a las ventanas, Todd y Lola siempre se encontraban a mi lado. Sarah se adentró al salón sonriente como siempre, llevaba su cabello miel ondulado en una desaliñada cola de caballo, sus gafas enmarcado esos bellos ojos verdes y un vestido celeste que le llegaba a las pantorrillas.

—Buenos días mis pequeños, espero que hayan descansado mucho esos oídos porque este año los voy a presionar bastante.— Todo el mundo adoraba a Sarah, era una profesora con mucha vocación, eso se notaba en su forma de explicar, en su forma de enseñar y tratarnos, en la manera que le brillaban los ojos cuando entonabamos bien una melodía que nos costaba. —Bien, ya saben cómo es esto, todos tomen su instrumento fuerte, comenzaremos a calentar con la introducción de Titanic. Bella, te quiero aquí en el piano para la melodía principal, Lola tú sigue con el violín por favor.— Oh, casi olvido mencionarlo, mi morocha amiga era una aficionada del violín, estaba decidida a estudiar música el año entrante. Toca este instrumentos desde que tengo memoria, es una geniecilla, siempre que se inscribe en la muestra anual de la escuela, termina protagonizando los papeles príncipales, lo lleva en la sangre.

Todos los años se hace la muestra escolar, los de último año se presentan en el teatro de la ciudad, allí asisten jueces de algunas universidades de punta que pueden seleccionarte para otorgarte becas o ganar puntos que ayudan al momento de tu admisión. Mientras más puntos tienes, más posibilidades de entrar hay.

Secretos de una jurisprudencia desdibujadaWhere stories live. Discover now