Amores que nadie comprende, mentiras que creamos para proteger a alguien y terminan haciéndonos más daño a nosotros, verdades que ocultamos para escapar de la realidad, pero historias que relevan la verdad ...
- Historia de mi pertenencia.
- Heteros...
Abrió los ojos encontrándose con la mirada preocupada de su amigo.
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Los hombres que anteriormente estaban apunto de matarla estaban muertos.
Debía ser ella la que estuviera muerta entonces... ¿Por qué no lo estaba? Ellos la tenían ahí mismo.
Félix había matado a esos hombres, después de que Yangtae se fuera y aquellos dos autos salieran detrás de ella, Félix decidió que no se quedaría en aquel lugar, de todas maneras iban a descubrir que fue el quien libero a la chica. siguió a aquellos hombres hasta dar con su amiga y así mismo pudo evitar que ellos la mataran.
Prometió que no la dejaría sola, prometió que no dejaría que le hicieran más daño y lo estaba cumpliendo, aunque no en su totalidad, Yangtae estaba muy herida y eso se debía a que él se había tardado mucho en deshacerse de aquel tipo, llegó tarde.
— F-Félix ¿Que haces aquí?
— Vine a cumplir mi promesa — Respondió con una sonrisa— Pero ahora debemos escondernos Yang, se acercan más hombres de Jaheyo
— B-Bien.. pero Félix no puedo, me duele mucho la pierna, no creo que pueda correr — expresó con preocupación, sus ojos ardia y las lágrimas se empezaban a asomar.
— Tranquila, tranquila yo te cargaré.
Félix con mucho cuidado tomó a Yangtae en sus brazos, le dolía claro que le dolía, una bala había atravesado su pierna y ella no podía siquiera moverla porque el dolor era horrible.
Sin embargo, trato en lo más posible de no quejarse, Félix estaba haciendo todo lo posible por salvarla, ella haría todo lo posible por aguantar el dolor que sentía.
Por ella.
Por él.
Por sus hijos.
Por Jimin.
Juró que viviría y así sería, lucharía con todas sus fuerzas por regresar a casa, por darle vida a su bebé.
Félix corrió.
Aún con Yangtae en sus brazos, corrió lo más que pudo adentrándose a aquel inmenso bosque, debían ocultarse y no tenían mucho tiempo para encontrar un buen lugar donde pudieran evitar ser encontrados al menos por unas horas.
— ¡Ah! — un quejido inevitable salió de la chica que Félix la llevaba en brazos. No pudo evitarlo, había hecho un movimiento brusco.
— Lo siento Yang. — Se disculpó mientras seguía corriendo.
El sabía lo que sentía su amiga, sabía lo que era tener una bala incrustada en el cuerpo, él había tenido muchas, pero no podía hacer mucho, necesitaba encontrar un lugar rápido donde pudieran ocultarse y de paso, poder hacer algo con las heridas de Yangtae, su pierna estaba sangrando mucho y eso no era buena señal, sobre todo por el bebé, sabía que Yangtae necesitaba atención médica, necesitaba ayuda.
