Bajo la lluvia tras la ventana

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A Gai no le importaba la lluvia, todo lo contrario, la veía como una fuente de vida para lo que lo rodeaba.

Esta noche la lluvia era suave pero constante, apenas podían escucharse truenos o verse relámpagos, incluso él sucumbió al ruido relajante de la lluvia cayendo fuera de su apartamento, por lo que terminó plácidamente dormido exactamente después de la diez.

O al menos hasta que un golpe en su ventana de la sala de estar lo despertó.

Gai se incorporó de un salto incluso antes de despertar por completo, la ventana volvió a sonar, como si la estuvieran golpeando frenéticamente, cosa que descartó inmediatamente a Kakashi, su preciado rival nunca haría algo (tan amable) como golpear la ventana antes de entrar, simplemente la forzaría y desactivaría cualquier trampa que Gai haya puesto.

Sin embargo además de Kakashi no hay nadie quien podría tocar su ventana a esta hora y con la lluvia cayendo de esa forma.

Por precaución tomó un kunai, con sus puños sería más que suficiente pero el departamento era algo pequeño para moverse tanto como le gustaría. Con paso sigiloso se dirigió a su sala de estar, procurando esconderse en las sombras, pero no esperaba lo que vio una vez ahí.

En su balcón al otro lado de la ventana estaba Ebisu, su pelo negro generalmente peinado de manera impecable cuando no estaba escondido bajo su Banda de regulación ahora estaba despeinado y pegado a su frente, aún estaba con lo más básico del uniforme, totalmente mojado y claramente pesado, además su cara, despojada de sus lentes, demostraba desesperación y Gai creía ver un golpe en su cara.

Rápidamente salió de las sombras y dejó el kunai apoyado al azar mientras se apresuraba a abrir la ventana.

-Ebisu, por Dios, entra- lo ayudó a entrar, y una vez que vio que podía estabilizarse se alejó- espera un minuto, buscaré unas toallas.

Ebisu no lo miro, solo se quedó ahí temblando.

-Si, gracias.- dijo de forma ausente mirando el piso.

No tardo mucho, siempre tenía toallas y ropa extra para cuando Kakashi se arrastraba hasta su casa después de una misión.

-Toma, trata de secarte un poco.- envolvió a Ebisu con la toalla lo más delicadamente que pudo, automáticamente su compañero de equipo la apretó sobre su cuerpo buscando calor. Lo guió hasta sentarse en su sillón.

-Gracias, yo...lo lamento, no quiero...no quiero molestarte pero Gemma está en una misión y no sabia donde más ir.

Gai negó, frotando sus hombros de manera reconfortante.

-Esta bien, me alegra ayudar, crees que puedas decirme que te paso en la cara?

Ebisu se quedó callado por un momento, mirando con ojos de ciervo apuntó de ser cazado, un mal presentimiento pasó por su columna vertebral, desde que los tres se habían vuelto chunins hace casi dos años empezaron a tener misiones por separado, como Genma ahora, y Gai se avergonzaba de haberse alejado, aunque sea un poco, de sus preciados compañeros de equipo, tal vez sabría como ayudar ahora a su amigo.

-Pelee con mis padres...y las cosas se salieron un poco de control, dije algunas cosas que a mi padre no le gustaron.- Gai se aseguró de mantener sus rasgos neutrales, sin querer mostrar la ira y tristeza que sentía, un padre no debería lastimar a su hijo.

-Ebisu lo lamento tanto.- las lágrimas de impotencia se acumularon en sus ojos, su compañero solo negó.

-Esta bien Gai, no es la primera vez qué pasa, generalmente me quedo con Genma pero esta en una misión.

-No, no está bien, y seguro que Genma piensa lo mismo- su mirada se hablando- hace cuanto estás afuera?

Ebisu se encogió de hombros, y se frotó las manos.

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