Ebisu y Gai

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Ebisu nunca fue alguien para la violencia sin sentido, era alguien lógico, o tanto como un chico de siete años podía ser.

Si tenía problemas con alguien siempre intentaba resolverlo hablando o llegando a un punto de paz, como le habían enseñado sus padres, pero si no funcionaba entonces él tenía sus propios medios para defenderse en los que no se requería necesariamente la violencia.

Claro que había otra razón para esta postura.

Ebisu no es estupido, el sabe que si se involucrara en una pelea física saldría perdiendo, sus habilidades en taijutsu son apenas aceptables, su ninjutsu estaba por debajo del promedio en su clase, pudiendo apenas hacer un clon mientras la mayoría de sus compañeros lograban hacer dos o tres, y una nula habilidad en el genjutsu.

Sin embargo tenía sus propios talentos, como, al igual que muchos de su clan, grandes habilidades sensoriales, solo estando por debajo de Kakashi Hatake y un Yamanaka en su clase.

Su control de chakra también era de los mejores en su salón, pudiendo caminar por las paredes sin problemas, y compensaba su terrible Taijutsu con su velocidad.

Ebisu se sentía particularmente orgullos de sus habilidades ya que, a diferencia del Yamanaka, su clan no tenía un jutsu especial ni era un prodigio o hijo de una leyendo como Hatake.

Y aunque siempre intento ignorar los comentarios y críticas de sus compañeros, a favor de seguir sus principios contra la violencia innecesaria, todos tienen un límite y Asuma Sarutobi había sobrepasado el suyo.

Fue durante un entrenamiento de puntería con kunais, todos estaban lanzándolos a troncos con dianas pintadas, se suponía que debían ser cinco y él apenas pudo acertar tres y ni siquiera se había acercado al centro.

Esto no pasó desapercibido por Asuma quien estaba junto a él practicando, que había podido acertar un par al centro de su diana.

Fueron al mismo tiempo para recoger sus kunais, fue entonces cuando Asuma decidió abrir su boca.

-No deberías molestarte.- dijo, su tono no expresaba malicia pero Ebisu podía notar la arrogancia que empezaba a filtrarse por su voz.

-Disculpa?- le había dado una oportunidad para fingir que no había dicho nada, porque Ebisu sabía que lo que sea que Asuma tenga que decir empezaría una pelea.

-Ya sabes, intentar ser un shinobi.- mostró una sonrisa casual como si estuvieran hablando sobre que harían el fin de semana.

Ebisu respiro y se recordó que el chico era hijo del Hokague.

-Probablemente deberías enfocarte en tu propio entrenamiento.

De repente los que se encontraban a su alrededor encontraron más interesante la conversación que estaban teniendo que lanzar kunais y ahora la atención estaba puesta en ellos dos, esto solo puso a Ebisu más nervioso.

-Relajete, es solo un consejo, ya sabes, para que no pierdas el tiempo intentando hacer algo que está muy sobre ti.- ahora Asuma no intentaba esconder la arrogancia en su voz y su expresión era socarrona.

Ebisu apretó los puños con fuerza, nisiquiera le molestaría tanto si se lo dijera alguien como Kakashi Hatake, que era un idiota engreído pero por lo menos tenía con qué serlo, mientras Asuma apenas y tenía poco más habilidad que el, lo único destacable era su facilidad para moldear chakra y poco más.

-Podría decirte lo mismo, honestamente para ser el hijo de un Hokague dejas mucho que desear.

La sonrisa de Asuma desapareció y Ebisu supo que lo que le dijo le había molestado, a su alrededor se escuchó un "Uhhh" colectivo.

Equipo ChouzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora