Capítulo 22.

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El pecho me dolía demasiado. Mis ojos ardían y apenas podía tomar aire por la nariz (lo cual era muy frustrante) así que recurría seguidamente a respirar por la boca de forma disimulada.

—Dahyun...—Su voz cálida y suave chocó contra mi rostro.

Seguíamos muy cerca la una de la otra.

Demasiado cerca.

—¿Q-qué?—El tartamudeo regresó, de pronto me volví a sentir pequeña bajo su mirada.

¿Porqué diablos no pude cerrar la boca a tiempo?

—Contesta,—Replicó ella con dulzura—¿Te estás enamorando de mi?—Me frustraba el tono tan tranquilo y suave con el que hablaba, era cómo si no quisiera asustarme, cómo si le estuviera hablando a una indefensa cachorrita callejera para que no huyera.

Y Dios, sus manos me sujetaron disimuladamente por la cadera, atrapándome sin oportunidad de escabullirme. Me dejó acorralada, ella era como un león inteligente y yo cómo la débil y tonta cierva que sólo piensa en huir.

No quería responder a su pregunta. Más bien, no sabía cómo se supone que debía responderla. ¿Me estaba enamorando de ella? ¿Realmente me estaba enamorando de Hirai Momo?

—Yo...—Me detuve a analizarlo, a procesar cada centímetro que había en su rostro, juzgándola, juzgándome.

Por un momento me convencí a mi misma de que sí, estaba enamorada de la chica de las notas. Sin importar su cara, sin importar su voz... Sin importar nada. Me había hecho sentir una persona valiosa, me había hecho amarme a mi misma, gustarme a mi misma. Cosa que increíblemente, ni siquiera Mina había logrado hacer.

De pronto su rostro se acercó al mío, nuestras narices rozaron y sentí cómo la punta de su nariz se humedecía con la presencia de mis antiguas lágrimas. Nuestros labios estaban muy cerca, si ella suspiraba, su aliento chocaba directamente en mi boca.

Cerré los ojos, ¿de verdad quería esto?

—Dahyun...—Mi nombre se escuchó tan lindo saliendo de sus labios de aquella forma, en un pequeño susurro nervioso y tembloroso.—Lo siento, lo siento muchísimo...

No dije nada, tragué el nudo en mi garganta y me relamí los labios con la punta de mi lengua. Su voz se escuchaba tan rota y arrepentida que me sentí mal por ella un par de minutos, la chica realmente lamentaba lo que había pasado entre nosotras en el pasado. Lo lamentaba todo, eso podía escucharlo.

Quería perdonarla. Una gran parte dentro de mi de verdad deseaba hacerlo, pero... El resto de mi subconsciente se aferraba a los malos recuerdos, a los malos momentos y me impedía hablar.

Momo se relamió los labios y apretó un poco más el agarre en mi cadera. Estaba muy nerviosa.

Se acercó más, sus labios rozaron con los míos temblorosamente en un movimiento indeciso y después... Pasó lo que tenía que pasar.

De forma automática correspondí a su beso, de verdad quería hacerlo.

Sus labios tomaron confianza al ver que eran aceptados, poco a poco se movían con más parsimonia y seguridad.

La chica lo hacía muy bien, eso tengo que reconocerlo.

Pasados unos segundos sentí sus manos deslizándose hasta atrapar las mías, apretando de ellas con un sentimiento que me sería imposible explicar con palabras.

"Esto no está bien. Lo sabes, no deberías estar besando a la chica que te hizo la vida imposible por tanto tiempo"

Mi subconsciente hablaba por sí solo mientras yo intentaba ignorarlo. Lo extraño es, que no sabía con claridad porqué se supone que lo hacía, después de todo, tenía mucha razón en lo que decía.

"¿No consideras que esto pueda ser parte de su broma? Es decir, tampoco hiciste algo para enamorarla. Ni siquiera sabes si realmente le gusta el violín"

Me separé.

Momo me miró, confundida.

—¿Qué sucede?

Sigo sin la claridad de qué pasó por mi cabeza en esos momentos, realmente ni siquiera me di cuenta de lo que había hecho hasta que me comenzó a arder la mano.

—No se vale que juegues con mis sentimientos y creas que es divertido, no puedes pasar tanto tiempo abusando de una persona para luego llegar un día y besarla.—Cerré mi mano roja en un puño y luego la abracé contra mi pecho, había utilizado mucha fuerza en la bofetada.—No es justo, no está bien

Momo meneó la mandíbula y se llevó una mano la mejilla, quejándose de dolor.—Dahyun...—Murmuró, suplicante.

—Nos vemos mañana, Hirai —La interrumpí mientras giraba sobre mis talones y salía del lugar con mil emociones haciendo un desorden dentro de mi mente y pecho.

Las piernas comenzaron a temblarme cuando pisé la acera de la calle, mis ojos volvían a nublarse con lágrimas y mi labio inferior parecía gelatina. Caminé sin rumbo un par de cuadras, con la única intención de mantenerme lo más lejos posible de la escuela y me detuve en un pequeño cajellón escondido.

Mi espalda chocó contra la pared y ese pareció un botón de inicio para el nuevo torrente de lágrimas que comenzaron a surgir.

Amor entre cuerdas Ꞝ DahmoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang