Capítulo 18.

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Pasaron un par de segundos y ya podía sentir cómo mis mejillas se humedecían a causa de las lágrimas silenciosas que brotaban incontrolablemente de mis ojos

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Pasaron un par de segundos y ya podía sentir cómo mis mejillas se humedecían a causa de las lágrimas silenciosas que brotaban incontrolablemente de mis ojos.

"Cálmate, Dahyun. Por un maldito demonio, cálmate. Ella no está aquí"

Pero él tampoco lo estaba. Y sin su presencia a mi lado no tenía una remota idea de que hacer para calmarme.

No llevaba mi violín, así que si antes ya estaba podrido, ahora había llegado alguien y me había orinado encima.

Al cabo de unos minutos más, Momo se dio la vuelta y me miró. La expresión de su rostro inmediatamente cambió al ver mis mejillas húmedas y no pude evitar sentirme idiota.

Me pasé el dorso de la mano por los ojos, intentando fingir que no pasaba nada de una forma bastante inútil y vergonzosa.

—¿Porqué lloras? —Al menos ya no se veía molesta.

—No estoy llorando. —Al contrario de lo que esperaba, mi voz salió sin temblar.

—¿Y entonces que haces?, ¿Sudar por los ojos?

—...

—No jodas, ibas a decir que sí. —Por alguna razón eso le causó gracia. Se pasó una mano por el cabello, confundida, y suspiró profundamente —Sabes que no siento lástima por ti, ¿Cierto?, esas lágrimas tuyas de Magdalena no servirán conmigo.

—¿Yo para que diablos necesitaría que me tuvieras lástima?, es humillante que me estés viendo así, en especial porque eres tú. —Apreté las palmas de mis manos contra mis ojos, intentando frenar las lágrimas desesperadamente antes de darme la vuelta.

—Oye, no me des la espalda, es grosero —Se quejó Momo.

—Ya te dije que no quiero que me veas así, ni siquiera quiero estar aquí —Tomé mi ropa de la barra y sorbí mi nariz roja, tomando aire para terminar de calmarme. —Iré a cambiarme, ¿dónde está el baño?

—¿Entonces porqué estás aquí? —Preguntó, eludiendo mi pregunta.

No sabía que decir, pues ni siquiera yo sabía la respuesta.

—No necesito responder eso, —La eludí, rodando los ojos —¿dónde está el baño?

No necesito responder eso —La sonrisita macabra en su rostro era de gracia, sin embargo, yo no me estaba riendo en absoluto.

—A la mierda, lo buscaré sola. —Empecé a andar para pasarla de largo y de pronto comenzó a moverse para impedirme el paso, haciéndome soltar mil quejas. —Quítate Momo, yo sé que tú tampoco me quieres aquí

—Bueno, eso es cierto. —Ni siquiera intentó suavizar el golpe. —Pero también quiero saber porqué estás aquí, después de todo, creo que no es mucho pedir.

La observé fijamente, mi ceño arrugado y mis labios formando un pequeño puchero involuntario.

—Bueno, entonces tenemos opiniones distintas. —Volteé al reloj en la pared detrás de ella—¿Ya viste la hora?, a ambas se nos hizo tarde

—¿Eh? —La pelinegra volteó a sus espaldas, pude sentir cómo su cuerpo se ponía rígido —Mierda.

—Con permisooo —Mustié sonriendo en tono cantarín y la pasé de largo, saliendo de la cocina.

El departamento era malditamente grande, y al lado de la cocina habían 2 puertas. Me quedé parada frente a ellas intentando adivinar cuál era la que buscaba, pues no me gustaría enterarme de que a alguien en ese lugar le gustaban los juegos sucios o algo por el estilo.

—La derecha —La voz de Momo apareció mientras la chica corría a su habitación, probablemente para alistarse.

Me sorprendió no oír ni un deje de desprecio en su tono, fue extraño, pero a la vez, se sintió muy muy bien.

Me sorprendió no oír ni un deje de desprecio en su tono, fue extraño, pero a la vez, se sintió muy muy bien

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Amor entre cuerdas Ꞝ DahmoWhere stories live. Discover now