Devuelvan a la villana

Se hizo bolita

El juicio retomó para volverse un reguero de insultos y amenazas entre marido y mujer. Con pruebas suficientes, Sarah encaró a Justino pero Peckan la hizo ver como una desquiciada paranoica que tranquilamente pudo falsificar todo al ser diseñadora audiovisual. Empero gracias a la intervención de Kramer, se logró autenticar los vídeos y recuperar los chats hots que mantenía Justino con su amante.

-Le pagó los mejores médicos para tratarla y pese a eso, ella no lo recuerda e incluso descuidó sus deberes maritales. ¿Por eso salió a buscar consuelo afuera?, ¿no será por la debilidad causada por el tratamiento que no tenía ánimos?- en esta ocasión, Hall interrogaba a Justino

-Imposible. Su cirujano diagnosticó que ya no corría riesgo. La operación de hace tres años fue exitosa y según el informe médico, debería haber recobrado la salud hace tiempo. Ante su renuencia a intimar, me dió permiso para buscar una amante-

-¿Entonces por qué reclamarle que usted ni siquiera le prestaba atención ante la debilidad de su físico? ¿Acaso su salud no estaba al 100%?-

-Sarah aceptó que saliera con Julie pero de repente se volvió olvidadiza y comenzó con alucinaciones. Tuve que llevarla con un neurólogo porque me preocupó. La pericia psiquiátrica reveló que mi mujer sufre actualmente de psicosis y principio de Alzheimer por eso está medicada-

-Pero su esposa afirma contar con pruebas verificadas de que usted si se robó sus objetos personales para dárselos a su amante. Una que según ella, jamás autorizó-

-Puede llamar a sus doctores y ellos se lo dirán. Sarah no está bien. Nunca le robé nada y creía ver sus cosas por todas partes incluso cuando salíamos a comer. Por ese motivo, su psiquiátra propuso internarla-

El desvergonzado Justino se hizo la víctima. Sarah quería ahorcarlo con la correa de su perro salvo que al ver a su psiquiátra muy campechana en el estrado, la certeza de que algo sucio se fraguaba a sus espaldas, la shockeó.

-Siendo tan grave, usted como su psiquiátra tuvo que medicarla-

La mujer rubia de casi 50 años, era la doctora Rosamund Feltzer que no escatimó en ensuciar a Sarah.

-Así es. La primera vez, ingresó con un ataque de psicosis. Tuvimos que sedarla inmediatamente para dejarla internada esa misma noche-

Norton y Kramer estaban pasmados al ver a Sarah con una vena en la frente. Tenían entendido que Sarah no recordaba el día que fue llevada ante la psiquiátra y al despertar se encontraba en cama, como si algo le hubiera borrado la memoria.