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Joaquín se encontraba acostado descansando, acariciaba su panza y sonreía al imaginar a sus tres bebés. Sonrió más al ver a Emilio llegar, este se acercó y le dió un beso.

-¿Cómo estás, amor?- preguntó Emilio.
-Estoy bien, solo quise acostarme un rato- dijo Joaquín y vió dos bolsas de regalo-. ¿Qué es eso, Emi?
-Una linda dan y su mamá que me topé en la calle, dijeron que son para los halconcitos.

Joaquín se sentó y abrieron los regalos. En la bolsa para los niños encontraron gorritos y en la bolsa para la niña muchas diademas de tela, todo eso estaba hecho a mano.

-Que dedicación para hacer esto- dijo Emilio.
-Lo sé, todo está muy bonito- dijo Joaquín y sonrió al ver las diademas para su Mila-. Uy, cuando cambiemos a Giulietta va a ser difícil elegirle una diadema que le combine.
-Mis niños se merecen lo mejor.

Emilio recargó su cabeza en la panza de Joaquín y con su mano la acariciaba, el otro joven sonreía al ver esa linda escena. Repentinamente los dos se sorprendieron al sentir algo.

-¿Sentiste eso?- preguntó Joaquín.
-Si, lo sentí- dijo Emilio sin quitar su mano de la panza y volvió a sentirse otro movimiento-. ¡Lo volví a sentir!
-¡Amor, los bebés se están moviendo!

Así es, los Emiliaco estaban presenciando los primeros movimientos de sus bebés. Era una hermosa sensación y ya con eso solo esperaban el momento de tenerlos en brazos. Joaquín miró a su novio y notó que estaba llorando.

-¿Por qué lloras, mi Emi?- preguntó Joaquín.
-Esta felicidad que siento no quiero que se vuelva a apagar- dijo Emilio-. Siempre quiero estar contigo y juntos ver crecer a nuestros niños.
-Amor, olvidemos el pasado. Tú ya eres libre de hacer tu vida sin que nadie la controle y juntos vamos a ver crecer a nuestros hijos hasta que lleguemos a conocer a nuestros nietos. ¿O ustedes que dicen mis amores?

Parecía que los bebés habían escuchado a su papá Joaquín porque ante la pregunta se movieron y sus padres sonrieron. Joaquín y Emilio juntaron sus frentes con sus manos aún sintiendo a sus bebés, las miradas ya no describían nada más que amor.

-Te amo Emi- dijo Joaquín.
-Yo te amo más, mi bonito- dijo Emilio y dejó tres besos en su panza-. Mis príncipes y mi princesa, papá Emi los ama.
-Yo estoy seguro que ellos también te aman.

Ambos estuvieron por un rato hablándoles y cantándoles a los bebés mientras los sentían moverse. Sebastián, Ramiro y Giulietta iban a tener a los papás más amorosos.

Amor Halcón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora