Una Sonrisa | tododeku (descontinuada)

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20. El día después

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En el capítulo anterior:

Pero... ¿Cómo diablos habían llegado allí? Se suponía que Shoto no iría a la fiesta, ¿Qué estaba haciendo allí?

El calor en su rostro y su cuerpo aumentó en el momento que recordó la charla que había tenido con las chicas antes de la fiesta. A Izuku le gustaba Todoroki y acababa de despertar abrazado en una posición incómoda con él. ¿Qué diablos había pasado la noche anterior?

—¡Oh, Dios! —soltó un chillido silencioso, una avalancha de pensamientos lo tenía al borde de una crisis nerviosa, debía salir de ahí antes de que Todoroki despertara.

Trató de recordar qué fue lo que ocurrió la noche anterior, pero solo tenía fragmentos borrosos en su mente y una constante punzada en su cabeza.

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¡Oh Dios, oh Dios, oh Dios!

El corazón de Izuku iba a mil por hora. Se tragó todos los sonidos y chillidos que su boca trataba de liberar porque si despertaba a Shoto su vergüenza sería peor. Debía salir de ahí en silencio y sin que se diera cuenta.

Su cabeza punzaba horrible por la resaca que se cargaba, pero decidió dejar cualquier dolor que sintiera en segundo plano mientras trataba de pensar como salir de ahí a la par de que su mente hacía cortocircuito.

Dios, era todo menos funcional en ese momento.

Sus piernas y las de Shoto estaban enredadas...

El calor automáticamente subió sus mejillas y soltó un jadeo frustrado y lastimoso. ¿Por qué a él? ¿Por qué? ¡Se suponía que Shoto ni siquiera debía estar allí! ¿Qué había pasado? ¿Qué fue lo que se perdió?

Su mente comenzó a ir a mil por hora, un método bastante efectivo para distraer su cabeza de la posición en la que se encontraba. Debía enfriar su mente, debía huir de ahí pronto o sería hombre muerto y definitivamente Izuku aún era muy joven para morir.

¡Demonios!

Sintió uno de sus brazos adormecerse y su cuello dolió después de hacer un pequeño movimiento. Se quejó en silencio mientras volvía su mente al escenario en el que se encontraba.

Bien.

Izuku se dijo a sí mismo.

Puedes hacerlo.

Con cuidado, Izuku toma el brazo de Shoto que rodeaba su cintura y comienza a correrlo a una velocidad digna de caracol. No se dio cuenta en qué momento había comenzado a contener el aliento hasta que se logró liberar del brazo del bicolor y sus pulmones finalmente agradecieron el suministro básico de oxígeno necesario para seguir viviendo.

Izuku nunca se había encontrado en esta posición antes, nunca se había despertado junto a un chico guapo después de una borrachera... Y sus borracheras las podía contar con los dedos de una mano.

Después de esto, Izuku se prometió a sí mismo no beber más alcohol como si fuera jugo.

Ahora debía continuar con su misión.

Hubo un movimiento a su lado y no pudo evitar tensarse con el temor de que su amigo despertara y se quedó unos segundos como piedra mientras cerraba sus ojos con fuerza; sin embargo al no escuchar más, decidió que era momento de mover las piernas. No tenía idea de cómo habían llegado a esto, pero seguramente estaban lo suficientemente borrachos para creer que estar así era cómodo...