7. Dominante, descarado y tierno

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No habían avanzado más de unos besos. Jimin descubrió, que al besar a Jeon era como disfrutar del más delicioso y suave manjar. Sus carnosos labios sabían tan bien, que sentía no podía evitar de besarlo. Sus labios lo tomaban posesiva y delicadamente, de una manera tan abrumadora que lo hacía sentir como el chico más deseado y hermoso. Mientras que las manos del Alfa lo acariciaban con parsimonia, nunca lo dejaba de tocar.

No supo cuánto permanecieron así; Jimin en su regazo y Jeongguk rodeando su cintura con sus brazos mientras se besaban, pero el pelirosa acabó con los labios hinchados y rojos. El cosquilleo no despareció hasta minutos más tarde.

Unas horas después, Jeongguk había entrado en celo completamente.

Para Jimin estaba siendo un poco abrumador porque era su primera vez estando cerca de un Alfa en celo, que no estaba en todos sus sentidos. Más aún cuando eran los únicos en aquella mansión, la cual era tan silenciosa y grande que resultaba asfixiante para un Omega que acostumbraba a estar rodeado de personas todo el tiempo.

Así que debía hacer un esfuerzo. Un esfuerzo que no le costó demasiado en cuanto sus ojos se encontraron con los ojos luminosos y expresivos de Jeongguk, quien había estado mirándolo fijamente y con la respiración agitada desde hace diez minutos.

No fue difícil tener que dejarse llevar por eso. No cuando el hombre frente a él parecía desearlo más que a nadie. No cuando sabía que el Alfa se estaba conteniendo. Lo sabía porque sus manos apretaban la orilla del colchón y su mandíbula estaba tensa.

Incluso así, el lobo interior de Jeongguk reconocía que era la primera vez de Jimin. Su primera vez estando consciente y consensuada.

Se acercó lentamente.

—Jeongguk...

Mi Omega.

«Omega, nos considera su Omega»

Se detuvo frente al más alto, haciendo que este lo siguiera con la mirada desde su torso desnudo hasta su rostro.

Extendió los brazos y le llevó las manos a las mejillas.

—No te contengas —Le acarició el rostro con sutileza, causando que sus ojos marrones destellaran en un tono rojo.

J-Jimin... —Lo llamó en voz baja.

Tomó una bocanada de aire entrecortada. Bajó sus caricias al cuello del castaño mientras se sentaba sobre su regazo, acomodándose de manera que cada pierna quedara cerca de las caderas del Alfa.

—Puedes tocarme, Alfa —Susurró. Jimin apenas había descubierto que le gustaba llamarlo de esa forma, le gustaba más de lo que quería.

Jeongguk asintió con la cabeza, llevando sus grandes manos a la cintura del Omega y apretando mínimamente los huesos de esta, haciéndolo jadear. Su toque le provocó una punzada cosquilleante que le hizo sonreír un poco.

Jeon volvió a mirarlo.

Supo que le estaba pidiendo permiso.

Y él solo asintió con la cabeza.

Empezó a desabrocharle el pantalón sin quitarle la mirada de sus ojos, lo cual lo ponía aun más nervioso y hacía que su corazón se acelerara. Se movió y el pelirosa se puso de pie, queriendo hacerlo por sí mismo. Se bajó los pantalones y los arrimó con el pie, volviendo a sentarse sobre Jeongguk.

—¿Puedo besarte? —Preguntó él.

No sabía porqué se lo preguntaba. Demonios, Jeongguk podía besarlo cuando quisiera. Sus labios eran los suyos. Todo de él comenzó a ser del Alfa en cuanto firmó el contrato, y eso no le disgustaba.

ÉL ME BESÓ Y SE SINTIÓ COMO SI RENACIERA | GGUKMINWhere stories live. Discover now