—¿Entonces quieres caminar desnudo por la vida, mm, señor shinobi? —preguntó divertida Jin y Obito se sonrojó hasta las orejas avergonzado y escandalizado.

—¡Yo no dije eso! —exclamó rojo como tomate mientras sus dientes se afilaban cómicamente a la vez que apretaba su puño temblando y lo agitaba sobre su cabeza, echando humo de sus orejas sonrojadas.

—Dijiste que no querías ver más ropa —continuó divertida Jin mirándolo juguetonamente con una sonrisa en su rostro y Obito gritó de frustración mientras se agarraba el pelo y sacudía su cuerpo casi como un gusano.

—¡No me refería a eso!

—Ya, ya, ve a bañarte, grandullón —Jin empujó la cadera de Obito con la suya y él casi se cae por el "ataque" inesperado—. La cena no se cocina sola y descansarás mucho mejor una vez que estés limpio.

—Bien, bien... —gimió derrotado Obito mientras arrastraba sus pies al baño nuevamente con una cara agotada.

—¡En tu pieza, encima de la cama hay un pijama que le pedí a Sakumo-san! —exclamó Jin desde la cocina y continuó cocinando con una sonrisa mientras lavaba las frutas y verduras.

Obito se detuvo en seco a medio camino y quiso voltear a ver a Jin, pero una pared se lo impedía y no le quedó de otra que simplemente suspirar con resignación, Jin era rara... dejémoslo en que era uno de sus extraños presentimientos. Recordando la conversación que tuvo con Sakumo-san, Obito asintió para sí mismo.

Bien, presentimientos de Jin, dejémoslo así.

Sin querer pensar mucho luego de ser masacrado y vencido por simples telas interminables más temibles que el mar dividido con papeles bombas impermeables con el que Konan lo mató, pero él revivió porque le salió de los cojones, Obito se dirigió al baño de su hogar y suspiró con nostalgia. Rápidamente se dio una ligera enjuagada, se lavó el cabello y se enjabonó para luego quitarse el exceso de producto y empezar a llenar la tina hasta un nivel aceptable en donde no se desbordaría.

Una vez limpio de cualquier rastro de jabón o champú, Obito se metió a la tina y suspiró sintiendo el suave calor besar su cuerpo agotado, relajando sus músculos tensos y adoloridos, el tenue vapor humedeciendo su cuello y rostro, calentando sus mejillas y haciendo que el agua gotee de su cabello mojado hasta su pecho.

Gimiendo ligeramente, Obito cerró sus ojos recostándose en la tina pensando en que Jin tenía razón, la ducha realmente estaba relajando su cuerpo y se sentía mucho más liviano y relajado ahora que la tensión se desvanecía de sus viejos huesos y daba paso a la relajación junto con un ligero tinte de cansancio y sueño por la comodidad.

Sus pensamientos lentos y perezosos asomaron su cabeza ligeramente, pero no había mucho que pudiera pensar cuando se sentía tan bien estar en la ducha, sin mayores preocupaciones aparte de que si se quedaba dormido, se ahogaría o qué es lo que estaba preparando Jin y si habría postre.

La boca de Obito de repente se sintió seca al igual que sus labios, por lo que se los relamió ligeramente imaginando el sabor de la deliciosa comida que Jin preparaba. El suave caldo del pollo corriendo por sus labios resecos y humedeciéndolos o el exterior crujiente contrastando con el suave interior... las verduras cosidas en su punto justo, para que no sean ni demasiado suaves ni muy duras, la combinación de olores y fragancias...

Obito estaba salivando mientras se imaginaba el próximo plato que prepararía Jin con sus habilidosas manos.

Mientras tanto, Jin se encontraba tarareando ligeramente pensando en que, aunque la comida japonesa era buena, hoy quería recordar a su amado-odiado país, porque cualquier latinoamericano que se respete odia a su propio país, pero si alguien ofende a su querido país, se vuelte la persona más patriota del mundo.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Where stories live. Discover now