Silencio, ¿Me Escuchas?

Cuidado especial

Capitulo 16

Kenai Ito

Justo como dijo Asteria.

Hannah llego en la madrugada y por lo que escuché tambaleándose, no sé si este drogada, alcoholizada o...

"Mamá suele castigarla."

Acabo de despertar por un ruido de arriba, Asteria antes de dormir dejo todo en su lugar y me intento hablar de cosas normales por unas horas. Le puse caricatura normal y la alimente.

Resulta que nunca había probado lasaña, pero para mí suerte le gustó. No tuvo problema en comer y pedir tímidamente más.

Escuchó algo que se rompe, algo de vidrio.
Me levanto rápido sin dudarlo y empujó la puerta que estaba algo atorada pero abierta.

Apenas salgo lo primero que hago es buscar la fuente del sonido anterior mirando alrededor y veo la casa hecha un desastre, hay huellas de tierra, sangre, ropa desgarrada por el suelo.

Mierda Hannah, donde estas?

Me quedo quieto atento para intentar escuchar algo que me ayude a ubicarla y definitivamente lo escucho.
El ruido del agua fluyendo por el lavamanos en uno de los cuartos.

Que no se esté cambiando de ropa
Que no se esté cambiando de ropa

Seguro me mata y creerá que soy un acosador.

Subo las escaleras para entrar a la habitación y enciendo la luz para ver sangre como pequeños chorros y gotas. Voy directo al baño del cuarto y la veo.
Esta algo ida mirándose en el gran espejo del lavamanos mientras el agua gotea por su rostro.

Su nariz está sangrando, tiene un ojo morado, tiene un lado de su cara hinchada y sus nudillos estan rotos y rojos.
Mientras que su nariz sangra noto que hay un lado de su frente que tiene una Brecha un poco grande y goteando sangre descontroladamente.

—Hannah...

De golpe mira hacia mí dirección.

—Dejaste a mí hermana sola?—Pregunta sin acercarse volviendo a mirarse al espejo.

—No, no, t-tu hermana está durmiendo desde hace unas 4 horas, como ya es de madrugada nisiquiera se dio cuenta que me levanté.

Me acerco lentamente y abro las gavetas buscando gasas, paños, Alcohol para desinfectar, vendaje algo apurado incluso desesperado.

Hannah recoge su cabello en una cola alta con paciencia notoria, claro. Le debe doler esos golpes.

¿Que te hizo tu madre, Elizabeth?

Esta señora, está loca. Es una psicópata. Solo le importa ella misma y solo ella.

—Dame un momento voy por hielo si? Espérame.—Le digo nervioso, apurado y con la voz quebradiza.

Hannah nisiquiera reacciona su rostro y facciones son sombrías, frías y muy distantes, físicamente está en el baño pero su cabeza, su mente está en otro lado, ella solo se queda ahí.

Mirándose al espejo con melancolía, tocando sus heridas como si el momento de la adrenalina y los recuerdos no le permiten sentir dolor.

Bajo lentamente las escaleras, estoy algo desesperado por el hielo pero también debo cuidarme hay dos panteras negras en cualquier lado de la casa, paso por la sala que vi anteriormente destrozada y vago despacio hasta encontrar la cocina principal.

No están las panteras aquí, me asomo por la ventana de la cocina y al toque que me asomo veo una de las panteras. Esta tranquila algo soñolienta pero está en buen estado como para quitarme media pierna de un mordisco.

Empiezo a ir al refrigerador agarró una bolsa de hielo, también tomo un frasco mediano para tirar el hielo y empiezo a regresarme arriba nuevamente.
Subo sin hacer ruido, podría despertar a Asteria, a las panteras o ambas.

Voy directo al cuarto y Hannah está secándose la cara con la toalla, sigue ida.
Pongo la bolsa de hielo en el frasco que traje y me acerco a Hannah esperando que me mire pero no lo hace, sus pupilas están muy dilatadas, está temblando constantemente experimentando tics de forma involuntaria.

Busco por sus gavetas esperando encontrar sus medicamentos, hasta que la encuentro.
Solo una y es necesaria para parar su trance y sus tics: risperidona.

Por culpa de la maldita secta y de Victoria, Elizabeth debe tomar Antipsicóticos.

Le doy una para tomar, cosa que accede sin problema alguno. Total está acostumbrada.
La levanto rápido para llevarla al baño y mojarle un poco la cabeza en agua para que reaccione.

—Gracias.

Recobra un poco la postura pero sigue tambaleándose así que la sostengo y la ayudo a llegar a su cama. El medicamento la dormira.

mientas está intentando mantener su ojo morado abierto yo pongo hielo en las zonas hinchadas y limpio la sangre para desinfectar las.
Vendo sus nudillos y le doy otra pastilla para el dolor.
Hannah tiene toda una farmacia, desde legal hasta inlegal. No me sorprenderá lo que encuentre en los cajones.

—Podrias escaparte cuando me duerma.

—Es pregunta o sugerencia?

—Como lo quieras tomar, al final estoy algo vulnerable, inconciente, y tú en buen estado, suelto.—Dice algo adolorida.

—No te niego, si podría irme. Pero no te dejaré.

Sus ojos brillan y me mira fijamente.

—Porque?

—Vamos Hannah, tu lo sabes. Estoy encariñado, enamorado, obsesionado o hasta loco por ti. Me deje secuestrar para estar a tu lado, ¿Crees que me iré en tu peor momento? No chica.

—Kenai...

Sonrió levemente y la abrazo con cuidado.

—Imagina que estuvieras en buen estado para perseguirme con ese cuchillo por todo el bosque Rímur. ¿No crees que sería más divertido?—Me río energéticamente divertido por mí propia sugerencia loca.

Ella también se ríe dulcemente y me mira algo tranquila, ella, ella no es Hannah. Ella es Elizabeth.

—Elizabeth...

—¿Cómo es que...?

Me acerco en unos segundos a sus labios y los presionó suavemente para no lastimarla con el contacto, ella al ver mí cercanía cierra los ojos y nuestros labios vuelven a unirse. La beso suavemente una y otra vez al igual que ella.

Antes de volver le doy un último abrazo suave para dejarla dormir en su habitación.
Vuelvo al sótano con la misma lentitud y cautela como cuando salí, vi a la segunda pantera saliendo de la cocina con mucha paciencia.

Cuando vuelvo abajo inmediatamente me lavo la cara con agua fría y me frotó los ojos del sueño. Son aproximadamente las 4 a.m.
Comprendo como tengo tanto sueño.

Sin dudarlo apenas tocó la almohada de la cama quedó dormida profundamente.