Silencio, ¿Me Escuchas?

Rivalidad

Rathmar - Campus:

Capitulo 1

Kenai Ito.

La competencia de Natación se ah dado por terminada, pero por mi suerte hoy acabe empate. Suspiro algo cabreado para mirarla fijamente.

Hannah Neale.

Esta tipa ha estado tocando me los cojones hace años en todas las competencias, siempre me quiere ganar o quedar empate conmigo, desde que llegó mi rendimiento como jugador ah estado en riesgo jugando con mi reputación.

Aprieto los puños y suspiro para calmarme.
Miro al entrenador del salón para que decida que hacer.

El entrenador mira a Hannah y luego a mi y sonríe tan tranquilo.

—Muchachos, ambos de nuevo han quedado en un embate. Felicidades.

Intento por lo que más quiero en Rathmar, quedarme ahí y no irme enojado, me quedo ahí con una sonrisa para disimular mi enojo, tengo que darle mi lugar a mi apellido, este empate... No volverá a pasar. No lo hará.

Hannah sonríe de manera tan escantadoramente falsa y de golpe se me revuelve el estómago; hay algo en ella muy extraño.

—Felicidades Neale, igual tu Kenai.—Su atención parece estar puesta en Hannah, todos parecen centrarse en ella, no se que le ven.

Me quedo unos minutos más, nos ponen las medallas de oro y todo el rollo. Apenas acaba me retiró, y voy camino a los vestidores de hombre para cambiarme y irme a casa, necesito ver cómo le explicó a mis padres que una Neale me empató y se llevó la atención, otra vez...

Suspiro y abro mi Locket y saco mi ropa y estoy a nada de empezar a desvestirme cuando empiezo a escuchar unos pasos algo silenciosos detrás de otros Lockets.
Por precaución me quedo ahí simplemente mirando, probablemente sería broma de algunos de los chicos para cabrearme más por la competencia.

Me distraigo un momento, solo unos y cuando vuelvo a posar mi mirada en el lugar, ya no se escuchaba nada, me congelo de golpe cuando siento una respiración en mi nuca.

Escucho una voz femenina reírse un poco a lo bajo cerca de mi oído que por supuesto, conozco demasiado bien. No la dejo hablar las primeras palabras y me adelantó por ella.

—Oh, vamos Neale! Que quieres?

Le digo en un tono claramente molesto y grosero.

—Pues nada, solo viendo cómo estás. No vaya a ser que estes planeando algo sucio en la próxima competencia.

Ella me suelta de golpe y me mira con una mirada algo intimidante y su tono de voz es tan.. dulce y suave que no le creo nada.

—Estas en el vestidor de hombres, no busques que llame al entrenador para que te saque.

—Ah, si eso... Es lo de menos, nisiquiera me verán.

Sonríe de manera extraña, juro que la odio es insoportable.

—Como sea, sal de aquí y déjame tranquilo.

Le pido de manera tranquila, evadiendo todo tipo de contacto visual con ella.

—Uy, parece que estás enojado porque una mujer te empató. ¿Cierto?