Fue divertido ver lo incomodo, pero serio y decidido que parecía Kakashi.

—¿B-bakakashi?

—Oh... si... bueno, Kakashi es tu hermano adoptivo... o lo será, al ritmo que tu papa y Sakumo-san siguen siendo tan cariñosos, no me sorprendería que se casaran pronto —habló Obito.

Orochimaru tenía toda la puta razón, esos dos son completos pájaros de amor. Solo tenías que verlos juntos tres milisegundos y estarías vomitando arcoíris, porque ellos ni siquiera hacían el intento de ser sutiles o discretos. Sakumo siempre estaría detrás de Banri abrazándolo o teniendo su mano encima del azabache de alguna manera y Banri torpemente le daría palmaditas o besos en la mejilla al azar, que Sakumo aprovecharía de intensificar dándole un beso que luego se volvería una acalorada sesión de besos.

No solo eso, Banri a pesar de ser tan social como una roca, era capaz de demostrar su cariño con cosas sutiles hacia Sakumo, ya sea peinándole el cabello, haciéndole la coleta baja, acomodando su Haite-ate, asegurándose de que el pañuelo en la cintura de Sakumo estuviera bien puesto, que su chaqueta de Jounin estuviera bien acomodada, y que Sakumo, como Shinobi, tuviera varios lugares estratégicos para ocultar sus armas en cualquier momento.

Como, literal, si algún bastardo desafortunado quisiera meterse en esta casa y matar a Sakumo o Banri, el albino solo tendría que remover algún cuatro o madera y tendría un set de Kunais y shurikens listos para ser utilizados, también había bastante muebles que se podrían voltear fácilmente y utilizar como escudo si llegara la ocasión.

Todo se veía muy normal por fuera, pero si vieras con ojo crítico de Shinobi con años de entrenamiento y experiencias, te darías cuenta de la cuidadosa consideración que tuvo Banri a la hora de diseñar, remodelar y decorar su hogar para que se adapte lo suficientemente bien como para que un Shinobi se sienta en confianza para poder defenderse en cualquier situación.

Demonios, incluso algunos cuadros tenían relieves que, en realidad, eran Senbons bien ocultos.

Esta casa era una puta fortaleza, un poco más y también tendrían metal roba chakra o algo así.

Obito sospecha de que tendrían pasadizos secretos y esas cosas, pero no ha confirmado nada porque toda su concentración está en la pequeña e indefensa Jin.

—Kakashi... ¿Mi hermano? —preguntó Catriel cohibida y desconcertada.

¿El depresivo adicto a las reglas y posteriormente al porno? ¿El hombre albino guapo enmascarado? ¿El Cool Kakashi que era capaz de hacer cualquier cosa y era casi como Barbie?

—Mmm... si, el chico albino de mi edad con la cara enmascarada —respondió Obito y miró como la reacción de Jin era un poco extraña, pero decidió ignorarla... por el momento...

No era el lugar ni la hora para hacerle preguntas a Jin, Catriel, en este momento. Ella estaba confundida, aturdida y estaba temerosa de todo, si empezara a lanzarle un montón de preguntas en este momento, quién sabe si ahora se encerraría en su mente como una tortuga y perderían la única manera de recuperar a su Jin.

—¿Estás bien con que te ayude a caminar? —preguntó Obito tentativamente con su brazo alrededor de la cintura de Catriel.

—S-si... lo siento si soy una molestia —Catriel se deprimió un poco, ahora necesitaba depender del Uchiha hasta para caminar.

—No, no. Incluso si no recuerdas, me has ayudado mucho, lo menos que puedo hacer es devolverte el favor —Obito le sonrió suavemente y Catriel se sonrojó.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Where stories live. Discover now