RENACER

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Amara

Tomó la mano de Julia deseando sentir alivio al dolor que fluye por todo mi cuerpo, sin embargo no logro conseguirlo y cada minuto siento como si toda mi fuerza se agotará.

Llevo mi otra mano a mi estómago y pido a la Diosa Luna que nos salve y me ayude a llevar un embarazo tranquilo. Ya no quiero tantos desafíos.

—Aziel y los demás ya vienen de regreso— Puedo sentir los  nervios de Julian, sin embargo decido creerle.

Se perfectamente que algo pasa con Aziel, ya no es necesario bloquear mis pensamientos porque él está inconsciente en este momento. Suelto la mano de Julian y miró a Cora entrar aún con pijama y con un libro enorme en sus manos.

—Lo sabía, ellos no buscan nada bueno— la miré confundida, sin embargo no dije ni una palabra mientras ella empezaba a sacar un par de frascos y sostenerlo en sus manos mientras cerraba los ojos y comenzaba a murmurar algo— debe esto— tome lo que me dio dudosa— te aliviara un poco el dolor mientras llega Izel.

—No…

—Ella se ofreció, absorberá tu dolor.

—Ella no puede consumir magia negra…

—No está consumiéndola directamente, además ya sabe controlarla— trago grueso intentando pararme, el dolor que pego en mi cadera me lo prohibió, empecé a sangrar por la nariz y sentía como si me estuvieran partiendo los huesos.

La persona que nos vínculo a ella está en una pelea.

—¿Dónde está Izel?— Todo empezaba a volverse borroso.

—Dijo que tenía que encargarse de algo…

—Maldición— Julian se levantó yéndose de prisa mientras todo se volvía negro y caía en la inconsciencia.

•••

Casiel

Me agacho tomando impulso para salir del lugar, sin embargo el peso de Aziel sobre mi hombro no me deja llegar muy lejos.

Te falta entrenamiento. Jodido Caín, no ha hecho más que burlarse.

Aún es un niño débil, déjalo. Ruedo los ojos.

¿qué mierda quieren? ¿Por qué en vez de burlarse mejor me ayudan? 

Dejo a Aziel en el suelo y trato de buscar otra forma de salir.

Eres un hombre lobo mitad demonio, un príncipe y un segundo sucesor  ¿no crees poder solo? Empiezas a avergonzarme Casiel. Apretó los dientes frustrado.

–Amara— Aziel no deja de llamar a su mate. La cabeza empieza a dolerme y solo puedo escuchar un silbido desde arriba.

Alzó la cabeza y apretó los puños al ver a la persona que me miraba con sorna.

—¿Estás perdido novato?— tiene una mirada de suficiencia y eso me cabrea. Nadie puede ser mejor que yo.

—Así que fuiste tú— le devuelvo la sonrisa picandolo.

—¿Quién más sería? ¿Ves algún otro demonio por aquí?

Keran. Mi demonio sale de la oscuridad.

¿Quién es?

Mi primo. Alzó una ceja sonriendo. Ten cuidado, puede robar tu fuerza con solo tocarte.

Asiento mirándolos desafiantes.

–¿Qué le sucede a tu primito Casiel?

—¿De verdad te importa saberlo Eiran? Lo mismo le debe de suceder a tu hermana ¿ a caso no es ella quien está vinculada con Amara? — no puedo evitar sonreír ante el desconcierto en su rostro.