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Amara

Cora se siente frente al rey. Este nos mira perplejos y luego a la chica frente a nosotros, ella se remueve incomoda y luego comienza su relato de todo lo sucedido, desde como comenzó todo y como terminó aqui.

—Su alteza, estoy dispuesta a morir si después de lo que le digo usted lo dispone— trago grueso, esta chica esta realmente loca— pero le tengo que decir que estamos en un gran peligro, los hechiceros están trabajando con magia oscura y pretende traer al plano a las Incubos— el rey fijó su mirada en la chica, en cómo temblaba al decir aquellas palabras. Podía ver el terror en los ojos del rey, podía ver cómo su rostro palidecía y si las historias son ciertas las incubos son seres malignos infernales, eran ángeles caídos.

—¿Cómo sabes eso?— el rey se enderezó en su silla viendo al fijamente. Aziel tomó mi mano mientras trataba de darme una sonrisa tranquilizadora ¿tan aterrada me veo?

—Pertenencia al clan Mazaki, teníamos una  pequeña aldea a las afueras de Canadá, solo eramos brujas  y brujos— susurro está— nuestro líder era el último puro de sangre de ángel y demonio.. El murió salvandome— Cofa bajo su mirada ante el rey— lo cierto es que mi clan tenía uno de los tres santuarios— señaló el libro que tenía en sus manos— al parecer ya tienen uno, están en busca de ellos y cuando al fin los tengan…

—Podrán abrir el Focus— terminó el rey las palabras, tomando su teléfono de oficina y marcando— Carlos  reunión urgente— el rey colgó y volvió a mirarnos—  ¿eso tiene algo que ver con los sacrificios a alfa y sus hijos?— Cora palidece mirándolo.

—Si, los hechiceros de magia blanca toman el corazón de un alfa o futuro alfa y lo comen— hice una mueca de horror— hacen un sacrificio a Lucifer y este les permite obtener magia negra— el rey no muy sorprendido de la situación asiente— no sólo eso, ya han podido invocar a los Oxtos, cada vez se hacen más fuertes…

—¿Los oxtos en la tierra?— el rey estaba perdido en sus palabras, parecía no poder creer lo que escuchaba e intentaba buscar una explicación a todo esto.

—Si su alteza, todos estamos en peligros, la magia de un hechicero es muy pura para enfrentarse a algo como los Oxtes, estos consumen su magia como el fuego— el rey asintió nuevamente. Por mi parte estaba al lado de Aziel quien no interrumpió tampoco la conversación hasta este momento.

—¿Cómo podemos evitarlo, cómo podemos evitar que abran el Focus y detener a los Oxtos?— la mirada de los tres presentes fueron hacia el príncipe, quien cada vez parecía más ansioso.

—Necesitamos un arma muy fuerte para ello y no lo tenemos…— la bruja cayó  y pareció pensarlo — tienen dos demonios…

—¡No, mis sobrinos no se meterán en esto!

La chica asintió.

—Entonces la única opción es conseguir el último libro y evitar que lo tengan— finalizó ella.

—¿Por que los hechiceros estan haciendo esto?— pregunte algo temerosa.

—Quieren hacer que la Diosa Luna venga a la tierra para poder matarla— abrí mi boca sorprendida ante su confesión.

—¿Eso es posible?— la chica no respondió, simplemente se dedicó a mirar su libro.

—Bien, gracias por haber pasado todo esto para poder avisarnos— el rey de levantó, acomodando su pijama, nosotros hicimos lo mismo.

—Su alteza, disculpe, pero ¿que pasara conmigo?— la voz de Cora vez era más ronca y su forma de comportarse me hacía recordar a la de Izel.

—No miraras Cora, te ves una buena persona, puedes quedarte aquí bajo nuestra protección. Tener una vida normal e ir  a la escuela, podrías serlo de ayuda— Cora asintió pareciendo más relajada ante lo dicho por el rey.

RENACERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora