13

1K 57 1
                                    

—Vamos, no creo que haya sido tan malo— los tres presentes en la mesa miramos mal a Fanni.

—¡Nunca en mi vida me había drogado, ni siquiera había tomado alcohol!— chille por lo bajo.

—Tu hermano me golpeó muy feo— mire a Joseph angustiada, aún tenía su ojo rojo y el labio partido. Ese demonio es un salvaje.

—Yo amanecí lleno de chupones– me sonroje.

—Eso fue mi culpa— este me miró asombrado. Volteé la cara para no mirarlo.

—¿Ven? No fue tan malo, nos divertimos y todo— todos búfalos lanzándole algo de nuestra comida.

—Amara me fastidio todo el día— mire a esta sentada en una mesa junto al príncipe, Laila y su grupito.

—Este sábado hay fiesta, iremos todos en grupo— negué.

—Prefiero quedarme a leer.

—Aburrida.

—Yo si voy— mori boquiabierta a Joseph— ¿Qué? La vida es una sola y tengo que vivir a todo dar.

—Bien, yo voy si Izel va— mire con los ojos entrecerrados a Jayse, quien me sonrió guiñando un ojo.

—Bien, son unos sonsacadores.

—Nos amas.

—Lamentablemente.

•••

Laila

Caminé repartiendo volantes de la feria estudiantil que tendremos próximamente. Todos me sonreían y yo les devolvía el gesto sintiéndome algo cansada, antes me sentía furiosa y alterada, ahora solo me sentía cansada y con ganas de pasar todo el día acostada.

En mi camino se cruzó Izel, quien parecía ir ir apurada.

—¿A dónde vas con tanta prisa?— le entregue un volteo, sus ojos se iluminaron cuando vio la información.

—Tengo una entrevista de trabajo— besó mi mejilla— gracias— salió corriendo fuera de la escuela. Negué siguiendo mi camino.

Mi cuerpo solo me pide detenerme y sentarme un momento, me estaba muriendo del calor y una sed horrible se apoderó de mí mientras veía todo borroso.

Tome mi celular en mis manos escuchando un suspiro al otro lado.

—¿Laila, te encuentras bien?— esa fue la voz de Hunter la cual sonaba muy preocupada para mi gusto.

—Creo que no.

—Mierda— lo escuché maldecir y decir algo— busca ayuda amor mío, debes ir al medico urgente.

—¿Por qué?—  pregunte, cada vez más mareada.

—Me corte con una navaja llena de equinácea, ya estoy bien, pero tuberes mi mate y aún no estás transformada. Ve, debes ser rápido— no pude escuchar más, me intenté levantar pero caí al suelo siendo sujetada por alguien.

—Laila— la voz de Casiel se escuchaba muy lejos, parecía un eco— ¡maldición, Laila, no cierres los ojos!—y eso fue lo último que escuché antes de caer en un profundo sueño.

•••

Izel

Había llegado de prisa a un restaurante de comidas rápidas, una chica más o menos de mi edad junto a un pelirrojo muy apuesto me recibieron dándome la bienvenida al trabajo.

Estaba muy contenta de mi logro, finalmente iba a poder hacer algo por mi misma y ganas mi propio dinero. Quería ser más responsable de mi misma e iba a lograrlo. No iba a pedirle más dinero a mi tío, quien me recordaba que mi padre había dejado una gran fortuna solo para mí, pero yo quería tener dinero de mi propio esfuerzo.

RENACERWhere stories live. Discover now