60: Sentencia

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Sentencia
Lillie Torres

Estaba en el baño cuando recibí una llamada de la abuela

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Estaba en el baño cuando recibí una llamada de la abuela. Supe que era algo importante en cuanto vi su nombre en mi pantalla. Terminé de lavarme los dientes y respondí.

—Lillie, tienes que presentarte al juicio —fue lo primero que dijo.

Mi abuela tenía poco tacto, no podía negarlo.
Me quedé rígida con el celular en mi oreja.

—Se que prometí que no tendrías que hacerlo, que con tu declaración bastaba, pero el próximo juicio es en unos días, y el abogado de Félix tiene planeado absolverlo de todos sus delitos. Me lo ha contado Zac y... Esta en tus manos, Lillie.

La abuela cortó y yo seguía sin palabras.

—Lillie, me vas a matar metí la ropa blanca con la rosada y ahora tenemos el doble de ropa rosada... ¿pasó algo? —Santi entró al baño muy divertido, pero al verme su rostro cambió— ¿Es sobre Jenny?

—No, ella está bien —aseguré.

Hace poco Daniel había aparecido con su nueva novia, la trajo a una salida con Jenny y por lo que sabía nadie estaba enterada de esta nueva chica. Jenny se sintió mal y regresó al departamento con Pamela, así que no sabíamos nada de ella desde anoche.

—Entonces...

Me sentí agobiada y nerviosa. Salí del baño algo desesperada y me senté en la cama cubriendo mi rostro con mis rodillas y brazos.

—Dios, Lillie, empiezo a preocuparme —confesó Santi, siguiéndome.

—Voy a llorar, Santi —admití aún cubriéndome del mundo—. La abuela dice que Félix posiblemente va a salir de prisión.

Santi se quedó callado, también espantando por la noticia.

—Eso es imposible —balbuceó.

Levanté mi rostro para verlo a los ojos.

—Ha dicho que Zac se lo ha contado, al parecer el abogado tiene algún as bajo la manga. La única manera es presentándome en el juicio, al menos eso dice la abuela.

—Tiene que ser una broma —contestó molesto— ¿No tienen ya suficiente pruebas para darle una sentencia definitiva?

Limpié mis lágrimas.

—No puedo, Santi —confesé— tengo pesadillas por las noches y él es el protagonista. No estoy segura de que pueda plantarme frente a él.

Santi puso su mano en mi mejilla, molesto y dolido.

—Lo sé, Lillie, aunque no me lo digas, lo sé, créeme estoy muy molesto, quisiera ver a ese tipo y molerlo a golpes, como se atrevió a lastimarte a ti, a Nicolás. Tiene que pagar, es lo que queremos, pero si no quieres presentarte nadie puede culparte.

Mi exilio con la abuela 2Onde histórias criam vida. Descubra agora