05: Es él

45 29 3
                                    

Es él
Lillie Torres

Había pasado lo peor, quería creer eso, estaba disgustada, estaba confundida

Rất tiếc! Hình ảnh này không tuân theo hướng dẫn nội dung. Để tiếp tục đăng tải, vui lòng xóa hoặc tải lên một hình ảnh khác.

Había pasado lo peor, quería creer eso, estaba disgustada, estaba confundida. Esto no salió como lo había planeado, solamente debía entrar, saludar delicadamente a cada uno de los invitados y luego huir por el techo.

Me dolía la cara de sonreír tanto, cuando de hecho quería echarme a chillar, habían arruinado mi momento, lo habían echado a perder, me lo habían arrebatado cuando apenas empezaba a desearlo. Cuando vi a esas personas, colaboradores de la empresa de Mila quise de verdad encajar, no podía ser tan dificil convivir con personas, no cuando ya había estudiado en la universidad para hacerlo. No debía ser difícil, por lo contrario, debía ser pan comido, pero no, por ahí andaba el mismísimo Santiago. De verdad es él, el mismo demonio asistiendo a mi fiesta de cumpleaños.

De verdad estaba pagando algún Karma.

—Aguanta un poco más —pidió Félix—. Tengo tu sorpesa.

Y llegamos hasta Zac Johnson. El anciano estaba sonriendo tanto que sus arrugas se marcaban más.

—Lillie, estás haciendo esto de maravilla.

¿En serio, anciano decrépito?

—Los detalles han quedado perfectos —comente.

—El evento es mío, siempre saldrá perfecto. Creí que lo arruinarías apenas entrabas, casi no me equivoco.

—Cómo podría arruinarlo, cuando usted se ha esmerado en todo esto. Después de todo el lunes seremos dos, dos en la cabecera de la empresa... de mi empresa.

Y su sonrisa se esfumó.

—Aún falta que saludes a alguien —cambio de tema—, trabajará con nosotros a partir de ahora.

—¿Si? He saludado a mucha gente, se me caerá la mano pronto.

—Ja, ja, ja, ja —río un amigo de Zac— que chica tan graciosa.

Quería cerrar a puñete a todos estos hombres, me observaban como si fuera un payaso.

—Sergio, por favor acércate —murmuró Johnson.

—Buenas noches, señorita Lillie.

Sergio venía acompañado.

—Él es Santiago Martin —comentó Johnson— trabajará con nosotras a partir de ahora.

¿¡Así que mi familia no tenía que ver nada con Santiago!?

Voy a morir.
Estoy viendo un túnel.
Me está llevando el diablo.
Me estoy dejando.
Dios, ilumíname o elimíname.

—¡CARIÑO, ESTÁ ES LA SORPRESA! —exclamó Félix.

¿Por qué demonios decía cariño?! Quería cerrarlo a puñete.

—¿Que? —salí de mi entorpecimiento.

—¿Recuerdas que estabas molesta porque no se construiría el parque de diversiones en el nuevo hotel? —preguntó.

—Si, que tiene que ver esto con —miré a Santiago.

Santiago estaba mirando detenidamente a Félix, mientras apretaba su copa.

—Pues el señor Martin estará a cargo del proyecto. Es uno de los mejores en esta área. Es mi gran regalo, claro después de las 500 rosas en tu departamento.

¿A que estaba jugando este desquiciado?

Miré a Johnson, ¿este jueguecito provenía de este malévolo señor o de su malévolo sobrino?
Él estaba sorprendido, fingiendo mantener la calma al vernos juntos, estaba muy segura que no quería a su sobrino conmigo.

—Fue un regalo... asombroso —seguí el juego porque no quedaría como loca— no tenía ni en donde aplastar.

Y todos los presentes rieron.

—Perdón, pero... ¿ustedes están saliendo? —preguntó otro socio.

—No —respondió Johnson.

—Si —Félix y yo respondimos al mismo tiempo.

—Entonces es un sí o un no? —preguntó el hombre, confundido.

Félix agarro mi cintura para acercarme a él, al final me dio un beso en la comisura de mis labios.

—¿Quiere más pruebas? —preguntó Félix.

Estuvimos minutos, que para mi fueron eternas horas hablando en frente de Johnson, Sergio y Santiago. Fueron los minutos más horrendos de mi vida de los que pude escapar con el pretexto de ir al baño.
Estaba yendo a esa dirección, pero ahí estaban casi toda mi familia susurrando cosas, decidí entonces desviarme. Subí las escaleras, debía escapar así sea por el tejado.

—Lillie, detente —me seguía Félix— cariño.

Y entonces me detuve. Me detuve por esa tonta palabra.

—¿Cariño? Estás actuando como un ridiculo... Dios, ¿en qué juego macabro me estás metiendo?

Y el príncipe agarró mi mano.

—Lillie, déjame explicártelo.

—No, no, no. Estoy exhausta de este tonto juego... Dios, ¿que he hecho? ¡¿Que me has hecho hacer?!

—Lillie, si no hacía esto, estarías arruinada y seguramente todos te verían como la peor de las herederas... perderías todo lo que Mila ha conseguido en segundos. Te he salvado.

—No te lo he pedido. No te he pedido nada.

—Ahora estás enojada, pero pronto aceptarás que te he ayudado.

—Juro que en donde vuelvas a tratar de ayudarme te daré un bofeton tan fuerte que tiraré todos tus dientes.

Y me estaba marchando, pero me agarró del brazo. Fue un fuerte tirón, yo estaba tan ofuscada que reaccioné empujándolo con más fuerza de la necesaria.
Algo rodó por las escaleras, más bien, un príncipe acaba de rodar por las escaleras!

¡Mierda!





Nota final:
Feliz navidad jojojo 🎅🏿. ¿Que tal pasaron sus navidades? Bueno, yo me encontré una gatita abandonada y que me la traje a mi casa. Aun no tiene nombre 😭😭.
Espero que hayan disfrutado de sus navidades y de este capitulo.

Besos en las nalgas 💋

Mi exilio con la abuela 2Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ