La Carrera del Río Ahhh-mazonas

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La piel de Noah estaba en llamas.

La noche anterior había sido una de las peores de su vida hasta el momento. Claro, acampar en el Amazonas sin tiendas de campaña ya era una mierda, pero una vez que esas orugas gigantes (o lo que sea que fueran) se involucraron, todo dio un giro brusco hacia el territorio de "joderme la vida".

Noah había sido sometido a numerosas mordeduras en todo el cuerpo que no había podido evitar, y el ungüento que le dieron después del desafío solo le proporcionó un alivio momentáneo. Y aquí estaba la noche siguiente: atrapado en clase económica, con la piel como si estuviera a punto de desprenderse de sus huesos y con leves punzadas de dolor de cabeza apareciendo.

Frente a él estaba sentado Cody, tan sombrío como siempre, con la mano derecha fuertemente vendada. El resultado de la picadura de una hormiga, había dicho. Gwen se apuñaló accidentalmente con su único EpiPen, por lo que Sierra recurrió a succionar el veneno ella misma. Al parecer, fue una de las cosas más desagradables que jamás había sufrido.

Los Amazónicos también estaban bastante silenciosos, aparte de Sierra sollozando incesantemente en un rincón. Chris había pensado que sería una idea genial revelar exactamente quién había votado por quién. Para la que no debería haber sido sorpresa para nadie, el voto de Cody había sido por Sierra.

Habían pasado varias horas desde entonces y Sierra no mostraba signos de calmarse. Las otras amazonas cambiaron entre mirarlas molestas a ella y a Cody. Su llanto hizo que algo en lo profundo de la cabeza de Noah palpitara dolorosamente.

Noah se levantó, incapaz de soportarlo más.

—Voy a conseguir más ungüento —Anunció al resto de su equipo. Sólo Alejandro le hizo caso, asintiendo.

—Yo también voy —Dijo Cody—. Quiero que me revisen la mano otra vez.

Noah estaba feliz por eso, aunque no lo demostró. Él y Cody se fueron juntos en silencio, y no fue hasta que estuvieron al otro extremo del pasillo, fuera del alcance de los demás, que habló.

—¿Realmente necesitas que te revisen la mano?

Cody lo miró.

—Eh, en realidad no. Sólo quería salir de allí.

—Yo también. El llanto de Sierra me estaba dando dolor de cabeza.

—No me gustaban las miradas que me lanzaban las demás —Cody se frotó el hombro con la mano buena—. No es mi culpa que esté molesta. Lo único que hice fue votar. Además, ella ha estado invadiendo mi espacio personal desde el primer día.

Su voz temblaba, y si Noah no lo conociera mejor, habría pensado que Cody estaba a punto de llorar.

—Parece que lo has pasado mal hoy.

—No sabes ni la mitad.

Llegaron a la oficina de la enfermera. Antes de abrir la puerta, Noah dijo.

—Tienes muchas cosas en la cabeza. ¿Quieres bajar a la bodega más tarde y hablar de ello?

—¡Sí, por favor! —Cody asintió vigorosamente.

—Bien. Tomaré mi ungüento, luego volveremos a la clase económica y...

—Esperamos a que todos se duerman. Conozco el procedimiento.

Después de que Noah recibió su ungüento, regresaron a la clase económica con un ánimo ligeramente mejor que antes. Volvieron a sentarse en sus lugares y siguieron con sus asuntos. Cody estaba sentado en un rincón, con las rodillas dobladas contra el pecho y un brazo apoyado sobre ellas. La expresión de su rostro parecía mostrar que estaba perdido en sus pensamientos sobre algo.

Say Anything (Traducción)Where stories live. Discover now