Me and The Devil [Joel/Pedro Pascal Fanfic] TERMINADO

28. I love you

Varias noches después Alex se sentía mucho mejor. La herida de bala  en su abdomen ya era más superficial y los cortes profundos en su espalda se habían convertido en costras que con el tiempo formarían piel limpia de nuevo. Aunque con cicatrices.

Alex odiaba las cicatrices y a esas alturas, ya tenía demasiadas para contarlas. Pero la que más detestaba era la de su mejilla, en diagonal por debajo de su ojo izquierdo. Jamás se iría.

Joel suspiró desde atrás contemplando a Alex que se miraba en el espejo del baño. Seguía lamentándose el no poder haber estado allí para ella, aunque dijera que no lo quisiera.

—¿Duele? —preguntó Joel acercándose. Alex lo miró a través del espejo recién percatándose de que estaba allí. Negó con la cabeza.

Joel le preguntaba eso todos los días cuando le hacía curaciones o la veía hacer una mueca antes de ponerse de pie. Aunque ya estaba mucho más sana que antes.

Alex nunca decía que sí, pero él había aprendido a escuchar el trasfondo de sus respuestas. Si suspiraba después de decir que no, era un sí, y si arrugaba la nariz cuando decía que no, era definitivamente un no. Si decía que sí, le dolía demasiado. Probablemente a niveles poco humanos.

Sólo había dicho que sí un par de veces. A Joel le asustaba cuanto dolor podía aguantar.

—Se ve horrible. —dijo Alex girándose. —No es que me importe, pero... había conseguido no lastimarme tanto todos estos años. —reconoció.

—Tal vez podemos conseguir medicina para que mejore un poco.

Alex asintió en silencio. Estaba ansiosa porque habían pasado días desde que se habían comunicado con La Resistencia y todavía no aparecían en Jakcson. Empezaba a pensar que algo había pasado, podrían haber sido interceptados por Cloe, o estarían perdidos en la nieve, al acecho de los clickers.

Pasó por el lado de Joel para ir a la cama y de paso sintió su aroma. Llevaba una camiseta delgada y pantalones de dormir, a Alex le costaba asimilarlo de esa forma. Tranquilo, con la guardia baja, listo para dormir con ella. A Joel le pasaba lo mismo.

El mayor apagó la luz y cerró la puerta tras él para recostarse. Alex suspiró bajo las sábanas, tratando de no acurrucarse a su lado de inmediato. No quería admitir que le gustaba.

—Si un día estás harto de esto no tengo problemas con ir al sofá, es cómodo. —dijo en la oscuridad. —O podemos conseguir un colchón y me voy a dormir con Ellie.

—Está bien. —murmuró Joel antes de girarse. —Me gusta dormir contigo.

Alex se quedó callada, se sentía menos sola con él. El ambiente era menos desolador en su mente, podía pensar mejor. Casi relajarse.

Antes de darse cuenta, ya estaba pegada a él, su pierna se levantó por encima de las de Joel y lo rodeó, escondiendo su rostro en su pecho.

—No te vayas a ninguna parte. —dijo Joel con tranquilidad. —Me haces enojar cuando quieres irte todo el tiempo.

—Tú me haces enojar. —Alex bufó. Joel le ponía demasiada atención. Eso le recordaba a Mike y le hacía querer morirse. Frunció el ceño en la oscuridad y se incorporó un poco para mirar a Joel. Sus ojos oscuros brillaron.

—¿Qué...?

Alex respiró con pensar queriendo quitar esos pensamientos negativos de su cabeza. Quería por un día, sólo pensar que estaba allí con él y que era... normal y reconfortante.

En un impulso estiró una pierna por encima de él y se incorporó para sentarse a horcajadas, Joel gimió por el peso, pero no hizo nada por quitarla de allí. Sus manos dieron con sus piernas tibias bajo las mantas. Alex se inclinó para besarlo.