Me and The Devil [Joel/Pedro Pascal Fanfic] TERMINADO

19. Hurt

–Tenemos que hacer que se levante. –Alex pestañeó varias veces cuando escuchó eso. Desde hace varios minutos que escuchaba hablar a las enfermeras, pero no había puesto verdadera atención hasta que Cloe había entrado a la habitación.

No sabía muy bien cuánto tiempo había pasado porque había estado intentando zafarse de las correas por una noche entera hasta que decidieron sedarla. Y cada vez que intentaba algo, la volvían a dormir.

Podían ser días, semanas, y no sabía nada de Ellie y Joel.

De lo único que estaba segura era de que una de las enfermeras, la más joven, le había lavado el cabello hace unos días.

–Intentará escapar. Ya no podemos seguir dándole tantos sedantes, podría perder al bebé. –la voz de Cloe hizo que quisiera levantarse de allí, pero no para salir corriendo precisamente.

–Tuvo una cirugía cerebral invasiva. Si queremos que vuelva a caminar tiene que hacer terapias y recuperarse. Si no se mueve de allí también podría perder al bebé.

Alex se rió por lo bajo, no tenía fuerzas ni para mover un dedo. Le habían quitado todo. Todo el tiempo que se había preparado para ser fuerte, ya no importaba.

–No quiero a este bebé de todas formas. –murmuró levantando la cabeza. Trató de distinguir las figuras frente a ella y recordó a la enfermera que le había lavado el cabello. Parecía la más sensata de todas.

–No digas eso Alex. En cuanto nazca darías la vida por él. –dijo Cloe en tono burlón. Tras unos instantes de silencio volvió a hablar. –Está bien. Levántenla, no creo que pueda contra los guardias de todas formas.

Alex se relamió imaginándose el momento en que se recuperara. No sabían lo que les esperaba a todos los que estaban allí. Sólo tenía que ser paciente, aunque le frustraba no saber cuánto tiempo había pasado.

La enfermera más joven se acercó y le desató las muñecas de la cama. Cloe observó con desconfianza desde lejos y los guardias se irguieron desde la puerta por si intentaba algo. La piel de sus muñecas ardió por las heridas que había dejado el forcejeo al igual que en sus tobillos.

–Te curaremos eso. –dijo la joven. Tenía el cabello castaño claro y facciones delicadas. No parecía una lunática como todos los demás que Alex había visto durante los últimos días.

–Levántenla primero. Veamos qué puede hacer. –dijo Cloe desde atrás. La otra enfermera se acercó para ayudar y Alex dejó que sus brazos cayeran en sus hombros para apoyarse. Sus pies tocaron las baldosas frías y sintió cierto alivio cuando notó que podía apoyarlos, aunque sus piernas temblaron sin control.

Dio algunos pasos con ayuda y respiró agitada por el esfuerzo.

–Bien. No está tan mal. –dijo Cloe. –Denle un baño y que comience las terapias mañana. Ah, y quítenle la sonda, ya puede comer, lo necesita.

Las enfermeras asintieron y comenzaron a ayudarla a volver a la cama. Alex reparó en una tijera sobre un carrito metálico junto a la camilla y tomó la oportunidad. Todo fue muy rápido, como pudo tomó el objeto punzante y rodeó el cuello de una de sus ayudantes con un brazo firme. Le dolía el cuerpo y estaba cansada, pero sabía exactamente donde clavarla para que muriera en unos pocos segundos.

–Alex... –Cloe bufó, la enfermera más joven se alejó hacia los guardias y se llevó un mano a la boca con horror. ¿Qué hacía alguien tan sumisa con ellos? Pensó Alex mientras presionaba el filo de la tijera contra el cuello de la mujer.

–¿Dónde están Ellie y Joel?

–Ya sabes lo que hice con ellos. Ahora suéltala.

–¡No es cierto! –gritó. La mujer sollozó frente a ella, sus piernas temblaron pero se mantuvo firme. –¡Déjalos ir o la voy a matar!