Me and The Devil [Joel/Pedro Pascal Fanfic] TERMINADO

6. Enjoy The Silence

Alex observó a Joel desde unos metros de distancia mientras terminaba de equipar al caballo, Sandra le explicaba sobre una ruta más segura hacia el hospital al que iban, aunque era muy probable que las Luciérnagas ya no estuvieran allí.

Después de eso, estarían a la deriva sin saber qué hacer. A menos que alguien les indicara el camino. Joel no había evaluado la posibilidad de volver a Jackson, pero para Alex no era una opción. Sentía que estaba lista para entregarse, para morir, no tenía nada ni nadie por quien quedarse.

Gus se acercó a ella y le entregó un gorro para el frío, Alex le sonrió y caminó con él hacia Joel. Se sentía mucho mejor de la herida, habían pasado 3 días desde que había estado sedada. Pudieron haber partido antes, pero Joel había insistido en esperar un poco más.

-Son bienvenidos aquí cuando lo necesiten. -dijo Sandra mientras volvía entregar la escopeta a Joel, él la cruzó en su espalda y asintió en agradecimiento. Gus corrió hacia él y le abrazó las piernas, el mayor alzó las cejas sorprendido, pero cedió, poniendo sus manos en sus hombros y agachándose para estar a su altura.

-Me cuidas a las chicas, ¿sí, campeón?

Durante lo que habían estado allí, el niño lo había seguido a todas partes y habían formado una silenciosa amistad. Joel siempre prefería estar distante, pero Gus insistía en preguntarle cosas y contarle historias, después de todo era el único hombre al que veía en mucho tiempo.

-Puedes visitarnos después, Joel. -dijo el menor y le sonrió. El hueco entre sus dientes a causa de una pieza de leche que había perdido el día anterior hizo reír al mayor. Alex se sorprendió con aquel gesto, era la primera vez que lo veía riendo auténticamente.

Joel se incorporó.

-¿Lista? -Alex palmeó el brazo de Sandra asintiendo en agradecimiento y se subió al caballo sin decir palabras. No había hablado mucho desde que había tenido esa conversación con él mientras la vestía.

En realidad, era tan reciente que a penas podía respirar cada vez que pensaba en ello. Tenía pesadillas todas las noches y aunque trataba de alejar el recuerdo, la imagen de su hermano cayendo muerto sobre la nieve, la sangre salpicando el rostro, la expresión endurecida de María, aún la estremecían.

Joel se subió, esta vez delante de ella, ya no temía que se escapara y no había necesidad de esposarla. Alex se sujetó de los costados de su chaqueta y sonrió forzadamente a las mujeres que se despidieron con una mano desde el interior del refugio.

Las puertas se cerraron detrás de ellos y pensó cómo es que no había encontrado antes ese lugar, con Mike, sólo unos días antes. Las cosas hubieran sido muy diferentes.

Joel permaneció en silencio también por un largo rato, el día era joven y avanzaron por un sendero cercano a la autopista para no ir tan expuestos. El día parecía tranquilo, la nieve comenzaba a derretirse a medida que avanzaban. Alex apoyó su frente en la espalda de Joel y suspiró.

-¿Estás bien? -él preguntó.

-Sí...

-Espero que tengamos suerte esta vez, realmente lo espero.

-También yo. -Joel sintió que Alex había perdido las fuerzas para ser una idiota con él, lo cual agradeció. Pero entendía sus sentimientos, realmente lo hacía.

-¿Quién te enseñó a pelear así?

Luego de algunos segundos, ella se irguió en el caballo y decidió hablar.

-Tenía 15 años cuando comenzó el brote. -comenzó. -Papá era instructor de defensa personal, él y unos vecinos armaron una suerte de fortaleza cuando todo ocurrió. Estuvimos a salvo por varios años, nos enseñó a todos, especialmente a los más jóvenes.