Día 20. el aroma de tu piel

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Entre toda la multitud, rodeado de miles de fragancias.
Buscando un rostro en general, no entendía mi nerviosismo, ¿Tal vez era el miedo?, el miedo de que ella no viniera a recogerme en el aeropuerto, los viajes que tenía eran constantes, que incluso ya no tenía tiempo para admirar su rostro, trayendo a los fantasmas del pasado.

Cada vez que la llamaba la sentía más distante, aveces odiada tener que ser maestro de arte, me enojaba aquello que tanto me apasionaba, porque si hubo una razón para que agarrará un pincel esa fue Tamayo.

Las horas pasaban y veía como la multitud se marchaba del lugar, hasta el punto que me quedé solo en el frío de la noche, sentía cómo mi corazón se encogía, traté de calmarme y saque de mi maleta un perfume de dama.
Su aroma de orquídeas me abrumaba, me daba algo de paz, me hacía sentir que ella estaba aquí, leyéndome un cuento mientras estoy recostado en sus piernas, como cuando éramos niños.

Pero la fragancia desapareció poco a poco, regresandome a la realidad, me fijé en la hora, el reloj daba a las 10pm, sabía que no vendría, agarré mi maleta y me dí la vuelta, salí de ese lugar, rumbo a un hotel.

yo era el único en las calles, la iluminación era escasa que me impedía ver a cierta distancia, me estresaba que el único sonido fuera mis pasos.

Entonces, mi nariz percató un olor muy sutil, era de unas orquídeas, me voltíe a su dirección y vi a una sombra correr a sentido contrario, la silueta era tan familiar que empecé a seguirle, aunque fue complicado porque era muy veloz.

Terminamos en el aeropuerto, el mismo de dónde venía, las puertas ya estaban cerradas, las luces eran más claras lo que me permitieron ver su espalda.

Era una mujer de cabellos negros muy bella, mis labios formaron una sonrisa involuntaria, si era ella tendría que explicarme el porque de su llegada tardada.

Me aserque a la sombra de tal manera que no escuchará mis pasos y cuando estuve serca de ella le toque el hombro, ella al sentir mi toque se giro rápido pero para darme un fuerte puñetazo que me tumbó.

Cuando reaccione mis ojos se toparon con el hermoso púrpura de sus pupilas.
Podía ver cómo movía sus labios, diciendo palabras que no escuchaba, hasta que me sacudió.

—¿Te encuentras bien Yushiro?.

—¿Ha?.

—¡¿Qué si te encuentras bien?!, pero yo creo que no.

—No, estoy bien no te preocupes.

Me levanté y me sacudí el polvo, no me acordaba que Tamayo fuera tan fuerte.
Se disculpo para después agarrarme de la mano y llevarme a casa.
Todo los cuartos estaban impregnados de su aroma, el cansancio y la paz que sentía, provocaron que terminará dormido en su regazo.
Extrañaba está sensación, cuando estába lejos de ella me era complicado conciliar el sueño, por eso tenía un perfume que olía igual a Tamayo, para poder sentirla, recordar su sonrisa, su calor y besos.

Aún somnoliento, las palabras salieron de mi boca entre bostezos.

—¿Por qué tardaste tanto?, creí que no vendrías.

—hiba a ir en un auto pero nos agarro el tráfico de las 8pm, entonces me fuí caminando pero se me hizo tarde, creí que te habías ido.

—camine un poco, pero una sombra me dijo que confiará en ti.

Y con esas palabras, el sueño se apoderó de mi.

Fluffytober 2023. La Musa PerfectaWhere stories live. Discover now