Capítulo 27.

1.1K 92 19
                                    

Izac
Presente.

Después de la boda de Donovan no volví a saber nada sobre Daiana, intente buscarla por mi cuenta pero la información no era tan suficiente como para saber bien su paradero, pero también una parte dentro de mí se estaba acobardando y no quería aparecer en la casa D'angelo para pedir información sobre ella.

- ¡¿Porque estas tan idiota?! -exclamó Rober desde el sofá de la habitación del hotel.

- Y tú porque me ofendes? -este cada vez tenía menos respeto por uno.

- Porque lo estás, hazle una llamada a Donovan y dile que te pase su ubicación. ¡Dios eres tan complicado! -hablo demasiado frustrado.

- Ya te dije que no me quiero ver como un idiota acosador -puras justificaciones.

- Cómo lo único que te vas a ver es como un idiota que la va a perder por segunda vez -se quedo callado para analizar lo que iba a decir - pero en fin, el rubio que llevo a la boda no estaba nada mal -ese rubio desde que lo vi se me hizo un dolor en el trasero, no era mas que una espina. Ni siquiera estaba guapo, no tanto como yo.

- Esta bien le voy a marcar y no porque tu me mandes -recalqué lo último.

- Sí, solo cállate y hazlo -se volvió acostar en el sofá.

Busque el número de Donovan e inmediatamente le marque antes de que el arrepiento me llegará, no tardo mucho en responder y eso fue bueno porque así no tuve tiempo de colgar.

- Ya te habías tardado -su tono burlón era demasiado evidente.

- ¿De que o qué? - ¡¡que imbecil soy!!

- Quieres saber donde esta Nani verdad? -soltó una carcajada.

- Quería pero mejor me ahorro tus burlas para otro momento -en verdad yo no le estaba viendo lo gracioso, estaba quitándome mi ego de encima.

- ¡No!... digo espera yo te puedo dar información pero no te enojes -tal como dijo me proporciono toda la información del paradero de Daiana, la cual ya no estaba aquí si no de regreso a Italia.

Me despedí tan pronto como pude de Donovan para aproximarme a darme una ducha y preparar mis maletas. Probablemente esto era una locura pero para mí esto significaba mucho, simplemente jamás me vi en mi vida viajando para tener una oportunidad con una mujer. Siempre creí que yo era el de las oportunidades.

- Viejo, cálmate.... todo va a salir de maravilla, confía en tu corazón.

- Gracias y nos vemos pronto, te llamare para informar cuanto tiempo estaré en Italia -tome mi maleta para dirijirme a la salida no sin antes voltear a verlo - Todo esto es una locura y si me deja otra vez como imbecil?
-probablemente Nani no me quería ver o quizá ya no sienta nada.

- Mejor deja de pensar estupideces y ya vete.

No conteste nada solo me límite a darle un asentamiento de cabeza para irme a toda prisa directo al aeropuerto. Había miles de posibilidades de que pasaran muchas cosas pero dentro de mí algo me decía que esta vez las cosas saldrían bien. Aunque también necesitaba sanar un corazón el cual fue muy dañado en el pasado; Probablemente Nani me daría explicaciones pero también había la variables de que eso no fuera así, lo que me ponía sumamente nervioso.

Al parecer Robert ya tenía todo sumamente planeado, ya que hasta boletos de avión me consiguió; abordé tan rápido como anunciaron mi vuelo. Mis nervios durante el viaje no pararon pero al parecer en algún punto mi sueño me venció, me desperté después de algunos anuncios que hacían las sobrecargos.

Después de casi nueve horas de vuelo por fin habíamos llegado a Italia, el sol estaba espectacular y justo casi ya para la puesta, probablemente ya era algo tarde aquí en Italia. Una hora después ya me encontraba dentro de un vehículo rumbo a un hotel cercano del hospital.

Fin Del Partido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora