𝓔𝓵 𝓒𝓸𝓼𝓽𝓸 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓢𝓪𝓵𝓿𝓪𝓬𝓲ó𝓷

Comenzar desde el principio
                                    

°°°♥°°°

- No tienes que hacerlo si no quieres - le dije a Hope mientras le quitaba su brazalete que bloqueaba su magia.

- Está bien, no tengo miedo - dijo segura.

- ¿Lista? - preguntó Freya, tomando el brazalete mientras Hope asentía.

- Entonces, ¿él está ahí, aferrándose solamente a sus memorias? - pregunté mientras vertía mi sangre en un recipiente.

- El núcleo de su ser esta oculto en su subconsciente... pero sí, está ahí.

- ¿Y solo busco hasta encontrarlo?

- Ya no hay tiempo, hay demasiados recuerdos como para buscar en todos. Debes pensar, ¿dónde se refugiaría Elijah? - dijo, tomando el recipiente con sangre - Debe ser algún lugar que represente las bases de su ser. Con suerte, estará ahí. Cuando lo veas, sácalo y despiértalo, pero ten cuidado. Su mente está inestable - advirtió, antes de dirigirse hacia la mesa donde preparaba el hechizo mientras yo me recostaba en el círculo.

- ¿Mamá? - dijo Hope, llamando mi atención - Cuídate.

- Te lo prometo, linda - respondí mientras ellas comenzaban el hechizo que me sumiría en un profundo sueño.

Cuando recobré la conciencia, me encontré en un lugar extraño: un pasillo completamente blanco, repleto de puertas del mismo color.

- Vamos papá ¿Dónde estás? - murmuré, avanzando por el pasillo e indecisa sobre qué puerta elegir. Me detuve frente a una puerta roja, pero decidí evitarla, optando por otra de la que se escuchaban gritos. Al entrar, reviví el recuerdo del día en que desperté después de recibir la cura. Vi cómo me enfrentaba a otros vampiros, y él acudía en mi ayuda. La tranquilidad que me invadió al recordarlo hizo que esbozara una pequeña sonrisa.

- Papá - llamé, intentando captar su atención - Soy yo, sé que estas aquí - añadí mientras observaba cómo intentaba localizar mi voz y se acercaba a mí - mírame - pedí, y él obedeció por un momento antes de desaparecer, sacándome bruscamente del recuerdo. Al regresar al pasillo, me dirigí hacia la puerta roja, sobre la cual Hayley me había contado en alguna ocasión; al parecer, detrás de ella se encontraba un mecanismo de defensa de Elijah para enfrentar los horrores de su vampirismo.

- Por favor, no estés aquí - supliqué al abrir la puerta. El lugar estaba sumido en la oscuridad, y mientras avanzaba, solo veía cuerpos sin vida. Hasta que me topé con Elijah alimentándose de alguien.

- ¿Elijah? Vine a ayudarte - dije, y él soltó al cuerpo que sostenía para acercarse a mí. Sentí miedo al verlo y retrocedí, pero al hacerlo, mi espalda chocó con él, obligándome a girarme y enfrentarme a su rostro ensangrentado y vampírico.

- Elijah... oye, Elijah despierta, soy yo - murmuré retrocediendo con temor - Basta ¡Basta! - exclamé antes de huir de él.

- ¡Freya! - grité mientras corría por el bosque hasta que tropecé con un montón de cuerpos alrededor de una fogata. Me levanté rápidamente y miré a mi alrededor, asustada, hasta que el crujido de una rama me hizo volverme y encontrarme de nuevo con Elijah.

- Papá, ¡por favor, detente! - supliqué, aterrorizada, mientras él se acercaba. Intenté escapar, pero él comenzó a atacarme sin dar opción a la defensa.

- No he venido a pelear - sollozaba en el suelo mientras él se arrodillaba frente a mí - Solo quiero llevarte a casa - añadí, sintiendo cómo acariciaba mi cabello y me relajaba, momento que él aprovechó para acorralarme contra un árbol y comenzar a asfixiarme. Luchaba desesperadamente cuando escuché la voz de Hope.

- ¿Mamá? ¿Dónde estás, mamá? - dijo Hope mientras Elijah clavaba su mano en mi estómago.

- ¡Hope, no te acerques! - exclamé, empujando a Elijah lejos y finalmente escapando a toda velocidad vampírica. Justo cuando estaba a punto de alcanzar la puerta, él me atacó de nuevo, desencadenando una pelea entre nosotros.

- Elijah, por favor, detente. No lo hagas - rogué mientras me acorralaba en el suelo, pero aún así, él violentamente mordió mi cuello hasta que una luz proveniente del pasillo llamó su atención.

- ¿Mamá? ¡No puedo encontrarte! - escuché a Hope mientras Elijah se apartaba y yo luchaba por ponerme de pie.

- Hope... No entres, mamá está en camino - le aseguré.

- Emily - murmuró mi Elijah, retrocediendo impactado, pero yo lo miré con temor y corrí hacia donde estaba Hope, abrazándola en cuanto la vi.

- ¿Estás bien? - preguntó preocupada.

- Estoy bien. Estoy bien - respondí más para tranquilizarme a mí misma que para ella.

- ¿Dónde está Elijah? - me preguntó.

- Estoy aquí - oímos mientras él salía de la habitación, asustándonos.

- Tienes que irte, no es seguro - le dije a Hope, preocupada por lo que él pudiera hacer.

- Está bien, soy yo - aseguró Elijah.

- Vete a casa, cariño. Dile a tía Freya que reparé el colgante - le pedí, y ella obedeció, dejándome a solas con mi padre. Él intentó acercarse, pero retrocedí con miedo.

- Por favor, perdóname - imploró arrepentido, pero no respondí. Lo miré fijamente hasta que decidí abrazarlo. Al cabo de unos segundos, finalmente desperté fuera del trance y Hope corrió a abrazarlo.

- Lo lograste. Lo salvaste - afirmó Freya, pero yo seguía sin hablar, simplemente me puse de pie y me alejé.

- ¿Estás bien? - me preguntó Jen deteniéndome.

- Si... solo necesito respirar - respondí, continuando mi camino. 

°°°♥°°°

Después de un tiempo de distanciarme de todo, me senté en la sala de estar mientras contemplaba el colgante.

- Por lo que supe, salvaste el día - comentó Nik, acercándose hacia mí.

- Yo no diría eso - respondí con seriedad.

- Entiendo, te aventuraste a entrar a la mente rota de mi hermano y no todo fue unicornios y arcoíris - dijo, sentándose a mi lado con una pequeña sonrisa irónica.

- Abrí la puerta roja - mencioné aún en estado de shock, lo que hizo que su sonrisa se desvaneciera - Intenté salvarlo, pero las cosas que vi... las personas inocentes, la sangre. Creí que lo encontraría en un hermoso lugar... pero eligió su parte más oscura.

- Sabes lo que somos... somos unos monstruos. Todos hemos cometido atrocidades a lo largo de los años. Pero Elijah... solo las ha cometido por la familia y por eso es el mejor de nosotros. Siempre lo ha sido - reflexionó mientras yo recostaba mi cabeza en su hombro, agradeciendo la tranquilidad que me brindaba. 

𝓤𝓷 𝓵𝓪𝓽𝓲𝓻 𝓮𝓷 𝓶𝓲 𝓲𝓷𝓽𝓮𝓻𝓲𝓸𝓻 ~ 𝓝𝓲𝓴𝓵𝓪𝓾𝓼 𝓜𝓲𝓴𝓪𝓮𝓵𝓼𝓸𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora