𝓤𝓷 𝓵𝓪𝓽𝓲𝓻 𝓮𝓷 𝓶𝓲 𝓲𝓷𝓽𝓮𝓻𝓲𝓸𝓻 ~ 𝓝𝓲𝓴𝓵𝓪𝓾𝓼 𝓜𝓲𝓴𝓪𝓮𝓵𝓼𝓸𝓷

𝓔𝓷𝓬𝓾𝓮𝓷𝓽𝓻𝓸 𝓕𝓸𝓻𝔃𝓪𝓭𝓸

Narra Emily

Desperté con cierta desorientación en un lugar completamente desconocido. Yacía en el suelo de una habitación espaciosa, rodeada por un círculo de sal que me impedía realizar cualquier acto de magia. Al notar mi entorno, observé a Maya, atada con cuerdas a una tubería a un lado de mí. Frente a nosotros, la chica pelirroja estaba acompañada por una mujer que parecía ser una bruja.

- ¿Dónde estoy? - pregunté, poniéndome en pie rápidamente.

- No necesitas saberlo - respondió la chica con una sonrisa.

- Voy a matarte - expresé con molestia, acercándome lo más posible.

- Estas demasiado débil para hacerlo - se acercó a mí con desdén - ¿O no? - añadió burlona. En realidad, me sentía mareada y débil, como si mi cuerpo pesara una tonelada, pero no quería demostrarlo para no darle el gusto de verme así.

- Déjame salir - amenacé - incluso en esta condición puedo contigo.

- Si algo me pasa, hay órdenes de que maten a tu amiga - dijo sonriente.

- Puedo vivir con eso, no me importa - respondí de manera desinteresada.

- ¡Emily! - exclamó Maya molesta.

- ¿Quién eres y que quieres de mí? - pregunté, ignorando a Maya.

- Soy Aurora de Martel, tuve una íntima relación con Nik hace mucho tiempo - dijo, lo que provocó que frunciera el ceño - y tuvimos un hermoso reencuentro hace poco, hasta que me dejó por una perra llamada Camille.

- Eso a mí no me importa - declaré, mirándola con indiferencia - Hace mucho que no tengo interacción con él, así que no entiendo por qué demonios podrías necesitarme.

- Eres alguien especial para él, por lo que he oído - comenzó a explicar - Puede que esté jugando con su terapeuta todo lo que quiera, pero ella no es capaz de llenar el vacío que él siente. Por eso te he traído a Nueva Orleans - Mi corazón se retorció al saber que estaba en un lugar cercano a Klaus y los Mikaelson. No quería estar aquí.

- ¿Qué? No - afirmé con seriedad - Yo no puedo estar aquí...

- Pero debes - dijo maliciosamente - El bastardo de Klaus me engañó, así que le devolveré el golpe donde más le duela.

- Maldita desquiciada - exclamé.

- Comienza ya - le indicó a la bruja a sus espaldas, quien empezó a susurrar un hechizo.

- ¿Qué estás haciendo? - le pregunté a Aurora, pero ella sacó su celular del bolsillo y llamó a alguien. Una inquietud creció en mí, ya que era evidente que algo malo estaba por ocurrirme - Aurora... - dejé de hablar cuando empecé a sentir algo extraño en mi piel, una sensación que me resultaba familiar - ¡No! - grité al darme cuenta de que me estaban forzando a transformarme en lobo.

Perdí el equilibrio por un momento debido al intenso dolor. Nunca antes me había transformado, así que esto era completamente nuevo para mí. Traté de resistir el impacto del hechizo, pero resultó inútil.

- ¿Klaus? - escuché que Aurora hablaba por teléfono, así que volteé a verla - ¿Cómo estás?

- ¿Qué quieres? - escuché la voz de Klaus, y por un momento, me congelé. A pesar de no tener humanidad, la voz del híbrido provocó varias reacciones en mi interior, pero no pude prestarle mucha atención, ya que mis huesos empezaron a quebrarse sin mi consentimiento.

- Tengo algo que podría interesarte - dijo acercándose más al círculo donde me encontraba, con la intención de que él escuchara mi sufrimiento. Puse más resistencia para no gritar y darle el placer de escucharme.