capítulo 14

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El dolor sofocaba con fuerza su pecho, el aire que ingresaba a sus pulmones apenas era el necesario para poder respirar. ¿Donde estaba? Sus ojos recorrieron aquel lugar, la pesadez de su cuerpo le impedía moverse con libertad, sin embargo se obligo a hacerlo. 

Elio se incorporo, las heridas en sus manos demostraban que había caído sin cuidado al suelo y su ropa era testigo de arañazos, aunque ninguna parte de su cuerpo fue gravemente herida. 

La habitación era pequeña, una casa de campo, las paredes floreadas y el horrible tul de las cortinas se lo dejaba saber. La verdadera pregunta era, ¿cómo carajos había llegado hasta ahí? El chico dudaba que existiera un caminante con los modales suficientes para invitarlo a su  casa. 

Las pisadas en el suelo de madera lo pusieron alerta, Elio sostuvo una lampara y espero pacientemente hasta que la puerta se abrió. 

─Veo que al fin despertaste, no recordaba que fueras tan pesado. 

─¿Tú?

Por otra parte, Daryl estaba dándole vueltas en su mente al mismo tema; quería con todas sus fuerzas regresar a la granja. Solo había un pequeño gran problema, Rick Grimes y su claro concepto de lo correcto. 

─No puedes volver, en el caso de que Andrea y Elio sobrevivieran, ahora están por su cuenta. 

─¿Cómo carajos puedes decir eso? Ese mocos estaba herido de bala y la rubia apenas puede cuidar su trasero. 

Glenn también se unió a la protesta, él deseaba que volvieran a buscar a los dos faltantes del grupo, solo que estaba dispuesto a seguir las ordenes del sheriff. 

Rick avanzo con calma hasta posarse al lado de Daryl, ambos intercambiaron miradas, ninguno parecía estar dispuesto a ceder. 

─Elio te pidió algo, que protegieras a alguien. Si regresas la pondrás en peligro, solo puedes avanzar y cargar con tus propios pensamientos. 

Así fue como Daryl cedió, aunque esa noche busco cerca del lago hasta que sus pies pidieron descanso. En cada pequeño pueblo, cada vehículo abandonado. Ninguna de las posibles pistas o corazonadas le sirvió, él espero pacientemente a que alguno de esos caminos lo llevara hacia cierto pelirrojo. 

Ahvi era otro cuento, la pequeña apenas hablaba o comía, Daryl juro que había olvidado el sonido de su voz. Porque ni siquiera Carl o Lori fueron capaces de sacarle una palabra. Daryl se sentaba a su lado durante horas, frente a fogatas o bajo una fuerte lluvia invernal. 

Con cada día. Cada semana. Cada mes, arrebataba más las posibilidades de que Ford estuviese con vida, hasta que en algún momento Ahvi dejo de esperar, solo se movía en dirección al resto, como un títere. 

─Están cansados, Rick─Hershel intervino aquella tarde cuando el invierno comenzaba a volverse un poco lejano. El grupo estaba cansado y desesperanzado, mientras que el vientre de Lori no hacia más que crecer─. ¿Cuanto más crees que podrá aguantar Lori en su condición?

La realidad era que los niños y las mujeres morían de hambre, hacia días que el único alimento eran insectos; gusanos, cascarudos y algunas larvas más. 

─Iremos por agua, luego podemos hervirla.─T-Dog anuncio. 

Daryl tomo su ballesta y le entrego a Ahvi aquel pequeño arco que habían encontrado algunos pueblos atrás, la chica no dudo en colocarlo en su hombro y tomar la mano de Daryl. El hombre la observo con cierto orgullo, su cabello estaba más largo y había crecido unos cuantos centímetros. Elio estaría orgulloso de ella. 

─Mientras ustedes se ponen cómodos, nosotros iremos a cazar. 

─Voy con ustedes.─Rick afirmo, el arma en su cintura paso a estar en sus manos y partió junto con aquel silencioso dúo. 

Mientras caminaban, Ahvi siguió el rastro de un pequeño conejo, Daryl fue detrás de ella en todo momento, solo no esperaba que la niña resbalara y bajara de forma tan chistosa por un tumulto de tierra, acabando en un pequeño arroyo. 

La chica elevo su mano, en ella estaba el conejo aún vivo, este pataleaba y chillaba como si supiese que aquel era el final. Daryl y Rick se observaron un par de segundos y luego bajaron a su búsqueda, ambos aguantando la risa. 

─Mira eso, tenemos la cena─Daryl la ayudo a ponerse de pie, tomando luego a la pequeña fiera para silenciar el chillido─. También, Rick, mira eso. 

El nombrado elevo la mirada, para observar un gran edificio cruzando el lago, la sonrisa de su rostro delato la felicidad creciente y su mano en el cabello de la rubia, le dejo saber que aquel accidente fue a su favor. 

Se trataba de un edificio de concreto solido, con rejas, cafetería, un ala medica. Era una mina de oro únicamente para ellos, solo debían limpiar el terreno de caminantes y podría ser el hogar por el cual habían recorrido tantos kilómetros. 

Cuando la noticia se notifico al resto del grupo, todos parecían emocionados. Glenn fue el primero en apoyar la idea y junto al resto se dirigió hacia la cárcel. Rick y Daryl hicieron el agujero en el alambrado y el asiático lo cerro con un cable anaranjado. 

Ahora podían comenzar una nueva vida, la tierra era lo suficientemente buena para crear una huerta y hasta podrían conseguir animales en el futuro. 

Esa noche, luego de haber limpiado el patio central, Daryl se recostó en el césped, Ahvi se hizo lugar sobre su brazo y él se lo permitió. La cercanía de la chica ya era algo habitual, lo extraño eran aquellos momentos donde no podía verla, como si fuese a estar herida por alejarse de su campo visual. 

─¿Crees que este vivo?─ Ella susurro, su voz se escuchaba áspera, por no haber hablado en tanto tiempo. Daryl bajo su vista hacia la niña, sus ojos azules tintineaban cierta seguridad, ya no era la misma pequeña de la granja. 

─Lo sé, ese mocoso es capaz de regañar a un caminante si se le acerca mucho. 

Ella sonrió y Daryl regreso su mirada al cielo, dejando que su brazo sirviera de protección para una pequeña rubia. 

─El volverá, lo prometió. 

El anillo en el dedo de Daryl pareció pesar, como si las palabras de la chica trajeran recuerdos cercanos, solo que eran lejanos y un poco borrosos. 

THE MONSTERS Daryl DixonWhere stories live. Discover now