𝓔𝓷𝓬𝓾𝓮𝓷𝓽𝓻𝓸 𝓕𝓸𝓻𝔃𝓪𝓭𝓸

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- Lo dudo - dijo Klaus - No tengo tiempo para esto... - No alcancé a escucharlo completamente, ya que mi espalda se quebró, provocándome un grito fuerte mientras caía al suelo y apoyaba mis brazos para soportarme. Intenté mantener la calma, pero no pude, ya que inmediatamente los huesos de mis brazos se rompieron, haciéndome gritar de nuevo.

- No lo hiciste - dijo después de escuchar mis lamentos.

- ¿Reconoces esa voz? - preguntó Aurora - Tengo que admitir que fue muy difícil dar con ella; estaba muy bien oculta con magia - continuó hablando a pesar de mis quejas.

- ¿Qué le estás haciendo? - preguntó Klaus.

Cómo si le importara - pensé.

- Mi bruja me dijo que puedes transformarse sin dolor, así que ajuste ese defecto y ahora está rompiendo sus huesos frente a mí, viviendo una transformación como debería ser.

- Déjala ir o vas a lamentarlo - advirtió Klaus, molesto.

- Podría matarla y acabar con su sufrimiento. No sé qué tan inmortal es, pero puedo divertirme intentando de diferentes maneras - lo amenazó - Si estás interesado, puedes buscarla... creo que es hora de que tengan una pequeña reunión - dijo sonriente antes de colgar.

Maldita perra - pensé.

Después de colgar, Aurora se dio la vuelta y se marchó junto a la bruja. Necesitaba salir de allí antes de que Klaus viniera a "rescatarme". No quería que él fuera mi héroe, no deseaba verlo y, sobre todo, no quería volver a involucrarme en los asuntos Mikaelson. Sería todo un desafío escapar en plena transformación, pero ninguna manipuladora iba a obligarme a encontrarme de nuevo con los Mikaelson. 

°°°♥°°°

Había pasado toda la noche transformándome en lobo repetidas veces debido a la bruja de Aurora, que aparecía cada cierto tiempo para lanzar el hechizo que me forzaba. Estaba agotada y en un estado de negación. Mi mente no podía aceptar que mi paz estuviera a punto de romperse con un encuentro con Klaus y los Mikaelson. Estaba en una etapa de la vida en la que podía reconocer que un encuentro con los Mikaelson no sería beneficioso para mí.

Desperté en mi forma humana después de la décima transformación y vi a May aún atada a la tubería, intentando liberarse. Estábamos solas y teníamos unos minutos sin supervisión antes de que la bruja regresara. Percibí el olor de varios vampiros en la distancia, la seguridad de Aurora, pero no sentía a la pelirroja cerca.

- ¿Cómo te sientes? - preguntó May al detenerse.

- No tenemos tiempo para hablar - respondí en un susurro apenas audible; tendríamos que comunicarnos de manera silenciosa para no ser descubiertas - ¿Puedes liberarte?

- ¿No estás viendo? Eso es lo que estoy intentando - replicó ella, también en voz baja pero lo suficientemente audible para que la escuchara.

- Necesito algo filoso - me informó mientras continuaba sus esfuerzos para liberarse.

Mi mente trabajaba a toda velocidad hasta que vi una de mis garras en el suelo cerca de mí. Tal vez me la había roto durante una de mis transformaciones; nunca me había roto una garra, pero tenía la certeza de que volvería a crecer. Dada la naturaleza de mi comportamiento durante las transformaciones, tenía que regenerarse.

- ¿Qué demonios haces? No pienso tocar eso, es repugnante - comenzó a regañarme, mostrando una expresión de desagrado. Le lancé la garra cerca de ella; al no ser parte de mi cuerpo, mantuvo su forma sin alterarse. Aunque tenía un tamaño reducido, ya que provenía de mi dedo menos esencial, el filo sería suficiente para cortar las cuerdas.

- Apúrate - expresé, ansiosa por escapar. Maya me hizo caso - Maya, necesitas matar a la bruja.

- ¿Qué? - elevó la voz y la miré con desaprobación.

- ¡Shh! - hice un gesto para que hablara en voz baja - Tienes que hacerlo.

- Claro, lo hago, después de todo, soy una asesina profesional - respondió sarcásticamente, bajando nuevamente la voz, y la miré con desprecio. - No me pidas eso, no sé cómo hacerlo.

- Inútil - me pasé las manos por el pelo ansiosa mientras exploraba la habitación en busca de algo que pudiera servir para matar a la bruja. Fue entonces cuando vi un destornillador cerca de donde estaba Maya - ¿Ves ese destornillador allí? Simplemente debes clavárselo con fuerza en el cuello y arrojarla hacia mí, ¿entendido?

- ¿Debo matarla? - preguntó nerviosa; quizás nunca había visto un cadáver - ¿Aquí? ¿Ahora? - Escuché pasos acercándose; era la bruja.

- No me falles en esto, Maya - solté, mirándola a los ojos. Técnicamente le estaba pidiendo a un humano que accediera a matar a alguien, y eso siempre los indignaba. Cuando la bruja entró, Maya se acomodó para que no la descubrieran y respiró hondo. Tenía una gran decisión que tomar. Confiaba en ella; no iba a fallarme, pero eso no quitaba lo difícil.

- Tú otra vez - le dije a la bruja; ella volteó a verme - Tengo sed.

- No estoy aquí para asegurar tu comodidad - dijo de manera cortante.

- ¿Y por qué estás aquí entonces? - cuestioné - ¿Qué te ofreció Aurora?

- Me amenazó - respondió al verme - Así que no puedes negociar tu libertad conmigo; no voy a arriesgarme.

- Ya estas arriesgándote - afirmé - Los originales van a llegar en cualquier momento y cuando me dejen libre voy a matarte - ella frunció el ceño - Si fuera tú, preferiría que me mate Aurora.

- ¿Esa es tu oferta? ¿Morir de una manera más amable?

No dije que fuera a negociar - murmuré al límite del círculo cuando vi a Maya de pie, noté que ya se había liberado, pero aún estaba en crisis por saber qué hacer - Por tu culpa he vivido uno de los peores dolores que existen, así que voy a matarte de alguna manera u otra. - Sentí un fuerte dolor de cabeza que me hizo perder la postura.

- No seas tan soberbia.

En ese momento, May se atrevió a avanzar y clavarle el destornillador a la bruja. Luego la empujó en mi dirección. A pesar de caerse, la bruja reaccionó con magia al ser empujada contra la pared, utilizando la poca fuerza que le quedaba. Aun así, mi plan había funcionado. Su brazo traspasó el límite del círculo donde yo me encontraba, y rápidamente tiré de él para agarrarla del cuello y morderla. Aunque gritó e intensificó el dolor en mi cabeza, no me detuve. Mis garras crecieron, ejercí presión para cortarle la cabeza y acabar con su vida. Fue entonces cuando sus hechizos se desvanecieron, y los vampiros que estaban afuera comenzaron a movilizarse por los gritos de la bruja.

- ¿May? - me moví rápidamente hacia ella al verla algo débil en el suelo, temblando.

- Aquí... - mordí mi mano y le di sangre para que se recuperara - No tenemos mucho tiempo.

- Maté a alguien - reaccionó al sentirse mejor - Y tú estás desnuda - hizo una mueca al ponerse de pie - ¿Qué vamos a hacer ahora?

- Yo me deshago de los vampiros mientras tú corres lejos de aquí - di órdenes - Yo te alcanzo más tarde. Ella asintió levemente, y nos apresuramos a cumplir con nuestras partes.

Después de eliminar a todos los vampiros, me detuve por un momento a pensar mientras robaba prendas de vestir. Sabía que quedarme y esperar a Klaus solo arruinaría las cosas, pero no podía mentirme: había una parte de mí que quería verlo. Aurora nos había secuestrado en una casa en medio del bosque, con varios lagos y pocas carreteras alrededor. Pasaron varias horas sin poder encontrar a Maya, incluso cayó la noche y no logré cumplir mi objetivo. Tampoco escuché ruido cerca del lugar donde los Originales deberían haber venido a rescatarme.

¿Ni siquiera pudiste hacer eso, Klaus?

Hice una mueca al ver que un auto se acercaba en la distancia por la calle. Dada la complicada situación en mi vida ese día, no tuve otra opción que satisfacer mis instintos asesinos. 

𝓤𝓷 𝓵𝓪𝓽𝓲𝓻 𝓮𝓷 𝓶𝓲 𝓲𝓷𝓽𝓮𝓻𝓲𝓸𝓻 ~ 𝓝𝓲𝓴𝓵𝓪𝓾𝓼 𝓜𝓲𝓴𝓪𝓮𝓵𝓼𝓸𝓷Where stories live. Discover now