𝓔𝓷𝓽𝓻𝓮 𝓜𝓮𝓷𝓽𝓲𝓻𝓪𝓼 𝔂 𝓔𝔁𝓹𝓵𝓸𝓼𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼

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- La llevaré arriba - dijo Damon, llevando el cuerpo inerte de Jen, mientras yo lloraba aferrándome a May.

- May, estoy muy cansada. Ya no quiero sentir - dije llorando más fuerte - Solo quiero que se detenga ¡Haz que se detenga!

- Emily, apágala - dijo May en un susurro.

- ¿Qué? - cuestioné desconcertada.

- Solo apágala - repitió y yo obedecí. Cerré los ojos y la apagué, dejando de sentir esa horrible presión en el pecho. Estaba tan cansada que me quede dormida en los brazos de Maya. 

°°°♥°°°

Desperté con los rayos del sol acariciando mi rostro, desorientada sobre mi ubicación hasta que la realidad se reveló: estaba en el auto junto a Maya, y los recuerdos de la noche anterior inundaron mi mente.

- Al fin despiertas - comentó Maya, volteándose hacia mí.

- ¿Adónde vamos? - pregunté con voz ronca.

- Vamos a Santa Mónica - respondió de manera sencilla, concentrando su mirada en la carretera.

- ¿Por qué?

- Porque creo que necesitas despejarte de todo lo que pasó - explicó con sencillez.

- Okay, ¿a qué vamos a Santa Mónica? - pregunté con curiosidad.

- Hay un buen bar en el camino y creo que nos iría bien un poco de playa - dijo sonriendo.

- ¿Cuánto falta para llegar? Mi trasero está entumecido y mis pies se están acalambrando - mencioné mientras me acomodaba en el asiento, obteniendo silencio como respuesta hasta que aparcó frente a un bar con un letrero que rezaba "Polineso".

- Hemos llegado - anunció al bajar del auto, y la imité. Nos dirigimos directamente a la barra, donde una joven morena se acercó.

- ¡Maya! ¡Cuánto tiempo sin verte! - exclamó la mujer.

- Lo sé, ya extrañaba tus cocteles - respondió Maya con coquetería.

- ¿Y quién es esta jovencita? - preguntó la mujer, observándome de pies a cabeza sin disimulo.

- Alison, te presento a mi amiga Emily.

- Mucho gusto Emily - saludó, extendiéndome la mano, a lo que correspondí.

- Igualmente, Alison - respondí mientras estrechábamos las manos.

- ¿Y que las trae por aquí?

- Bueno pues Emily ha tenido unos días muy estresantes así que la traje a divertirse un rato - explicó Maya.

- Entonces, le traeré los mejores cócteles del bar. La casa invita - anunció alegre - En un momento se los traigo - añadió alejándose.

- Me agrada la chica - comenté a Maya con una sonrisa.  

°°°♥°°°

Después de que nos sirvieron las bebidas, comenzamos a beber y bailar hasta que no quedó una sola botella en todo el bar. Despedimos a la chica y nos dirigimos a otro establecimiento; la fiesta apenas comenzaba. En el siguiente bar, empecé a alimentarme de las personas.

- ¡Hora de la diversión! - grité al arrojar el cuerpo inerte al suelo - Vamos May, hay que divertirnos - L dije mientras me dirigía hacia ella.

- Esto no está bien - mencionó con cara de molestia.

- Vamos ¡Diviértete conmigo! - le dije juguetonamente, acercándome lentamente a sus labios hasta rozarlos - Vamos, no lo pienses tanto, solo relájate - añadí, mirándola fijamente a los ojos sin alejarme. Sin decir nada, ella me besó y correspondí al beso. 

Dos horas después

Hace un rato que termine de matar a todas las personas que quedaban en el bar. Maya decidió dejarme ser, y ahora estábamos bailando sobre una mesa cuando empezó a sonar mi celular.

- ¿Quién habla? - pregunté al contestar.

* ¿Dónde estás? - Se escuchó la voz de Damon.

- ¿Quién habla? - dije haciéndome la tonta.

* Emily sabes muy bien quien soy, así que contesta ¿Dónde estás? - dijo esta vez molesto.

- En un lugar muy lejos de ustedes, eso es seguro- Dije burlona.

* No estoy jugando, dime donde estas ahora mismo - Gritó molesto.

- Primero que nada, a mí no me gritas; en segundo lugar, mi ubicación no es de tu incumbencia; y tercero, están arruinando mi diversión, así que creo que voy a colgar.

* Te escuchas rara, ¿Qué has hecho? - preguntó preocupado.

- He apagado mi humanidad, eso de tener sentimientos no era lo mío y aparte era muy aburrido - Dije - Así que, si no te molesta, aunque no me importa, voy a colgar.

* Espera, no cuelgues - escuché la voz de Jen. Yo estaba petrificada, ya que eso era imposible; la noche anterior la había matado - Emily, por favor vuelve, solo queremos hablar contigo - dijo suplicante.

- Pero mira quien sigue viva, la perra mentirosa de Jen - reaccioné - yo pensé que te había matado, pero mira las sorpresas que nos trae la vida - añadí burlona.

* Emily, por favor vuelve, arreglemos esto, solo quiero que vuelvas a ser la Emily de antes, por favor déjame ayudarte - insistió Jen.

- Lo siento, pero esa Emily está muerta, tú y lo Mikaelson se encargaron de eso. Ahora solo está esta versión y si no les gusta no es mi problema - dije aburrida de la situación a punto de colgar - Hasta Nunca.

- ¿Quién era? - Preguntó May apenas colgué.

- Jen y Damon - dije sin importancia.

- ¿Está viva? - pregunto con ilusión.

- Si, eso parece - dije simple

- ¿Quieres que volvamos? - preguntó sentándose en mis piernas.

- No, no pienso volver jamás - le dije y sin esperar respuesta la besé a lo que el después de unos segundos correspondió el beso.

°°°♥°°°

Meses más tarde

Después de la confrontación con Jen, decidimos regresar a Chicago y mantener oculta nuestra ubicación. Era el lugar más obvio en el que nos buscarían, así que nadie se le ocurriría venir a buscarnos aquí. Mientras caminaba hacia mi departamento, me topé con Maya saliendo.

- Hey tú - me saludó.

- Hey tú - le respondí - ¿A dónde vas? - le pregunté.

- Voy a la cafetería de siempre ¿me acompañas? - inquirió.

- Sí, claro - le dije, comenzando a caminar junto a ella.

Al llegar a la cafetería, nos sentamos en nuestra mesa favorita junto a la ventana después de hacer nuestros pedidos. Después de un rato de charla, empecé a percibir algo inusual con mi oído vampírico. De repente, sentí un fuerte impacto sobre mi cuerpo causado por una explosión. Me quedé momentáneamente desorientada, ya que parecía que la explosión fue provocada por una bomba de verbena. Rápidamente me recuperé y vi a una pelirroja junto con otros vampiros acercándose con la intención de atacarme. Actué velozmente utilizando magia para debilitarlos, pero eran demasiados, y en un momento de distracción, sentí una punzada en el cuello causada por una aguja que me hizo sentir muy débil, llevándome al punto de quedar inconsciente. 

𝓤𝓷 𝓵𝓪𝓽𝓲𝓻 𝓮𝓷 𝓶𝓲 𝓲𝓷𝓽𝓮𝓻𝓲𝓸𝓻 ~ 𝓝𝓲𝓴𝓵𝓪𝓾𝓼 𝓜𝓲𝓴𝓪𝓮𝓵𝓼𝓸𝓷Where stories live. Discover now