LAS SECUELAS

657 257 65
                                    

La sombra de mi padrastro sobre madre siempre se cernió sobre mi vida, una presencia constante que trajo consigo una carga insoportable de dolor y toxicidad. Seguramente, muchos de vosotros os preguntaréis qué hace que una madre sea así.
La respuesta es NARCISISMO, dominada por otro narcisista.

Mi historia con mi madre es un caso difícil de entender para la gente normal, pero para la gente que sufre el narcisismo lo entiende perfectamente. .
En el sentido más oscuro de la palabra.
Desde mi infancia, fui testigo de cómo su ira y su amargura envenenaban cada rincón de nuestro hogar. Me hicieron muchísimo daño, sobre todo emocionalmente.
Cada día era una batalla, una lucha constante por sobrevivir y entender todo lo que me estaba pasando.
Pero como todos los casos solo el contacto cero, y la distancia es la cura.

Su presencia en mi vida era como una herida abierta que nunca sanaba, un recordatorio constante de que el amor de una madre no siempre es un refugio seguro, sino a veces una prisión de sufrimiento. Fui testigo de su autodestrucción, de su incapacidad para amar de manera saludable, y eso dejó cicatrices profundas en mi alma.

La verdad es que algunos lazos familiares son tóxicos y destructivos, y la relación con mi madre y mi padrastro fue un ejemplo de ello. Aunque me hiciera mucho daño, mi incapacidad para dejarla sola fue una muestra de cómo incluso las relaciones más perjudiciales pueden atraparnos en su red, manteniéndonos prisioneros de un pasado doloroso.

Esta historia es un recordatorio de que, a veces, debemos buscar nuestra propia sanación y liberación, incluso si eso significa alejarnos de quienes nos hicieron daño, incluso si es nuestra propia madre.

CAMINA PARA VIVIRWhere stories live. Discover now