LA U.C.I.

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CAPÍTULO 18


Madrugada del 26 de diciembre.


Aquella noche fue una mezcla de sentimientos.Tenía mi regalo de Navidad, había logrado ver a mi madre, compartir con ella momentos especiales y admirar su cara, la misma cara que recordaba de niña, qué preciosidad.


Llevaba 20 días en el hospital y su cuerpo estaba limpio de todos los medicamentos que tomaba compulsivamente.Pero su deterioro físico también era abrumador.


Las horas pasaban, pero la cirujana no me llamaba por teléfono para decir que ya está en quirófano operando a mi madre.


Por fin el teléfono sonó.La cirujana empezó a hablar, pero yo no entendía nada, todo eran excusas absurdas.Al final esta me comunicó que la operación que habían planeado no se llevaría a cabo.Esto me dejó en una nube incertidumbre y preocupación.


Dos horas más tarde, sonó de nuevo el teléfono.Esta vez era de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) se me estremeció el cuerpo, que había pasado para que mi madre acabara allí en apenas un par de horas?

Era una médico intensivista, empezó su relato, pero como yo que desconocía la realidad, de los hechos, pregunté como una estúpida que si había sido por culpa del COVID, pero era casi imposible porque hacía pocas horas que lo tenía.

Esta me contestó, tú sabes por lo que realmente está tu madre, la U.C.I.?

Respondí que no, con la voz ya temblando y entrecortada.

Su voz calmada, tranquila y con cariño empezó a relatar una historia de terror a la que no podía dar crédito, siempre había confiado al 100x100 en los médicos.

Desde la primera operación se habían cometido negligencias, en la primera operación le habían dejado casi 1 l de pus dentro del cuerpo, por eso no comía ni podía beber.

En la segunda operación habían intentado quitar la pus, que habían dejado, pero esta se había expandido y vuelto viscosa. Se había esparcido por todo su abdomen.

No había solución ya, el cuerpo de mi madre estaba padeciendo una septicemia, una infección generalizada de todos sus órganos.

Desde el principio todo habían sido mentiras, no entiendo el porqué, ya que como médicos que son habían hecho un juramento hipocrático, el cual les obligaba a curar a las personas enfermas, y en este caso habían mentido deliberadamente y sabiendo la gravedad de lo que habían dejado allí dentro, al día siguiente o a los dos días podían haber intentado limpiarla, pero no lo hicieron por qué?

Con la segunda operación también nos dijeron que había salido fantástica y también era una mentira por qué tampoco nos dijeron la verdad en ese momento, ¿por qué?

Unas horas antes la cirujana que me había hablado de que había que operarla porque la costura estaba mal hecha, lo cual era mentira.

Esta cuando se dio cuenta del estado real en el que estaba mi madre había rechazado hacer la operación, pero cuando me llamó por teléfono, tampoco me dijo la verdad, ¿por qué?
El dolor, cada vez, era más profundo, y desde luego, con el diagnóstico que me había dado la doctora de cuidados intensivos.

Mi ánimo cayó en picado.

Aun así, me dijo que está monitorizada, consciente y luchando como siempre había hecho en toda su vida.

CAMINA PARA VIVIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora