Cena especial

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- Amor, ya tenemos hijos, Maximiliano, Fernanda y María, ahora tendremos uno o dos más. - la besó intensamente. - Amor no beses así.

- ¡Se me antoja!

- ¿Qué? - dice, besando el cuello de Victoria.

- ¡Merengue con naranja! - le dice dulcemente y tira de él por la cintura, haciendo que se tumbe a su lado. - ¡Pero primero te quiero a ti!

- Tienes que alimentarte, amor, esa mano tuya, ¡me vuelve loco! - gimió mientras ella deslizaba su cálida mano dentro de sus pantalones.

***

Heriberto y Victoria se amaron y luego se durmieron, sólo para ser despertados por los gritos de Max y Fer en el pasillo. Heriberto se levantó, se puso los pantalones del pijama y fue a verlos.

- Oye, oye, basta. ¿Qué ha pasado para que os hayáis peleado? - preguntó abrazando a Max y poniéndose entre los dos, que comenzaron a contarle al mismo tiempo. - Espera de uno en uno, Fer, mi amor, respira y dime, Max, vamos a escucharla y luego me dices.

- Me quitó el regalo que le iba a dar a mamá, eso no fue justo, la abuela Elena dijo que se lo diera a ella y él te daría uno a ti. - dijo cruzándose de brazos enfurruñada.

- Tengo que dar el de mamá, soy un niño y tengo que dárselo, puedes dar el regalo de Heriberto, que es papá, la niña es de papá y el niño de mamá, ya te lo he explicado.

- ¿Qué soy, Max? - preguntó emocionado.

- Bueno, ¡ahora es nuestro padre! - dijo Fernanda.

- Cariño, ¿qué es todo esto? - dijo Vicky mirándolos, Max salió corriendo sin decir palabra y Fer fue tras él. - ¿Qué pasa, Heriberto?

- Nada, hablaré con ellos, puedes empezar a prepararte, vamos a salir a cenar esta noche, ¿recuerdas?

- Sí, pero debo hablar con ellos porque son mis hijos.

- ¡Victoria! - dijo, cerrando la cara. - ¿Los tuyos?

- Nuestros hijos. - suspira. - Tengo que acostumbrarme, ¿vale? - se acerca a ella y la besa en la frente.

- Acostúmbrate rápido, pronto tendremos la casa llena. Ahora prepárate, quiero que estés guapa, o mejor dicho, más guapa.

Victoria entra en el dormitorio y sabe que él la está mirando. Levanta los brazos como si se estuviera estirando y le muestra que sólo lleva puesta su camiseta, nada más.

- ¡Victoriaaaaa! - habla más alto y ella sonríe al entrar en la habitación. - ¡Abusada!

***

Heriberto estaba en el balcón después de hablar con los niños, observó a Max jugando a la pelota con su amigo Thyago, que apareció para entregarle a Heriberto la revista de la colección de héroes, Fernanda iba en bicicleta, cuando vio que se alejaba, se levantó y observó que Max y Thyago corrían hacia la casa.

- Fernanda, ¡vuelve aquí! - gritó.

- Allí hay un perro salvaje, señor doctor. - dijo Thyago, señalando en la dirección en la que iba Fernanda.

Un perro grande corrió hacia donde estaba Fer, Heriberto no se lo pensó dos veces, corrió hacia la chica cuando el perro estaba a punto de mordisquear a la chica Heriberto tiró de ella y la cogió en su regazo. Les sorprendió un hombre recogiendo al perro.

- Señor, lo siento, ¿se ha hecho daño su hija? - preguntó el hombre del equipo de rescate de mascotas.

- No, la cogí a tiempo, mi hija está bien. - Fernanda se apretaba el cuello de miedo. - Hay que tener cuidado, no se puede dejar sueltos a los perros, y menos a este.

Una nueva oportunidad de amar - en español✅Where stories live. Discover now