Capítulo 6.

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- ¡Ah! – gritó Bianca. - ¡sí! – volvió a gemir, refugiando todas sus palabras en el oído de Abraham.

- Más alto nena, quiero escucharte... - la apretó más fuerte. Bianca lo ceñía tanto, pero eso no hacía más que hacer que las ganas continuaran. Salió de su cuerpo para volver a entrar en él con mucha más fuerza.

- ¡Abraham, sí! – gimió, esta vez más fuerte, justo como él se lo había pedido. Le besó el hombro en un intento desesperado por demostrarle cuanto amaba lo que le hacía. – más...

Se metió más en su cuerpo, entregándoselo todo, bombeándola de puro placer a la velocidad que ella más le gustaba. Lento pero a la vez intenso. Suficiente para ella. Una embestida más, Bianca le besó los labios, Abraham le mordió uno...

- Te adoro... - le susurró ella. Él le abrazó más la cintura, su pene volvió a invadirla completamente, cortándole la respiración. Era muchísimo. Cada cosa que sentía estando con él. La feminidad de Bianca lo apretaba tanto... sentía que lo hacía llegar al último cielo, ese que ellos dos alcanzaba con los pies.

- Pídeme más... - le dijo él, con inmensas ganas de escucharlo salir de su boca. – soy tuyo gatita...

- Sabes que es lo que quiero Abraham, más... más... - aquellas palabras le hicieron enloquecer más. Toda ella le fascinaba. Toda, absolutamente. Pero había algo que lo hacía perder el control y era escucharla gemir mientras la penetraba.

Un poco más. Y se acomodó dentro de ella. Cada embestida era superior a la otra. Le apretó las manos. Bianca sintió la suavidad de ellas... las entrelazó.

- Córrete vamos... - sacó su polla de entre su feminidad, sin dejarla respirar un momento, volvió a entrar con la misma fuerza de antes. Bianca contrajo las caderas. La velocidad aumentaba y ella no dejaba de gemir al mismo ritmo. – eso es... puedo olerlo... - meció su pene dentro de ella, suave...haciéndola estremecer aún más, buscando el orgasmo. Hasta sentir esa ligera capa cubrirle el pene... lo sacó, Bianca pudo respirar por fin, notó lo cansada que estaba, la había dejado desecha. Como todas las veces que la follaba. La cogió para él, sosteniéndola por la poca fuerza que tenía ahora ella en su cuerpo. - ¿te ha gustado? Dime que sí... - le sonrió.

- Sí... - respondió ella, apenas con un hilo de voz. Le dedicó una bonita mirada que hizo estremecer a Abraham hasta los huesos.

- Era lo que quería...¿sabes? Eres la única persona a la que he traído aquí, este lugar es muy especial...

- Me estás mintiendo... - Bianca se inclinó para recoger sus bragas, ahora completamente
mojadas, se las puso.

- ¡Que no! – él se subió el bóxer. – tú nunca me crees.

- Claro que sí mi amor... es solo que... – le abrazó el cuello, Abraham le rodeo las caderas.

- Nada. – le besó los labios. – Cada cosa que te digo es verdad, tenlo por seguro... - Bianca lo miró enternecida. Podía ser uno de los hombres más peligrosos del mundo, pero con ella... era completamente diferente. – me importas y eso nunca va a cambiar.

Secuestrada. {HOT} (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora