Yo... —Jin tembló ligeramente, pero se mordió la lengua y frunció el ceño mientras temblaba ligeramente agachando la cabeza.

—¿Te inscribiste en la academia solo para tener mejores virtudes para casarte? ¿Crees que el trabajo de una Kunoichi se puede desperdiciar así como así? ¿Crees que esto es un juego? ¿Una cosa fácil? ¿Te inscribiste en la academia solo para luego abandonarla si se ponía muy difícil, eh? —la rubia crujió sus dientes mirándola con una llama en sus ojos.

Jin decidió decirle la verdad.

—No quiero casarme —Jin tembló ligeramente mientras fruncía el ceño afligida—. Quiero graduarme como Genin y aspirar a alcanzar más rangos. Mientras más alto suba, más libertad tendré, ¿No? De esa forma, mis padres no podrán casarme con quienes ellos quieran, ¿No?

—¿Para no... casarte? —pronunció la rubia lentamente, como si estuvieran masticando sus palabras.

—Si alguna vez me caso, quiero que sea por amor, por el hombre o mujer que yo decida —Jin tembló en su lugar sintiendo sus ojos aguarse ligeramente mientras apretaba la tela de su kimono en donde iría su corazón—. Quiero elegir por mí misma el tipo de persona con la cual me voy a casar, con la cual compartiré el resto de mi vida, yo... yo quiero ser mi propia persona, no un títere que mis padres utilicen por su propio beneficio a mi costa.

—...

—Quiero tomar mis propias decisiones, caminar por el camino que yo elija incluso si eso me lleva a la muerte. Quiero poder ir por donde yo quiera sin agachar la cabeza, no volver a dudar de mí misma ni dejar que otros pongan sus expectativas sobre mí y someterme a ellas. No, no quiero volver a pensar en mí nunca más como alguien que solo debe complacer a su marido y darle hijos para luego someterse a los hijos y nietos —Jin se mordió el labio mientras lágrimas de impotencia caían por su rostro— Esta... ¡Esta es mi puta vida y yo la viviré como quiera! ¡Seré una maldita Jounin y patearé los traseros de quienes se interpongan en mi camino a mi meta!

Jin se sorprendió cuando escuchó una gran carcajada.

—¡, ese es el espíritu! ¡Nadie debe pisotearnos solo por tener un par de tetas y poder parir! —exclamó Tsunade mientras golpeaba la mesa con fuerza descontrolada.

—¡El pastel! —exclamó horrorizada Shizune y Dan alcanzó a salvarlo cuando la mesa se partió por la mitad.

—¡Me agradas, mocosa! —sonrió Tsunade mostrando sus dientes blancos nacarados y Jin suspiró aliviada— Querías pedirme algo, ¿No?

—E-eh... —Jin se petrificó— ¿C-cómo lo supo...?

—Shizune nos contó que la sobornaste con comida —rio alegremente Tsunade y palmeó ligeramente la espalda de Dan, mientras que Shizune miraba horrorizada como las manos de su tío temblaban con cada golpe.

—O-oh... es cierto —Jin rio ligeramente mientras se tocaba la nuca con timidez.

—Vamos, dilo sin miedo.

Usted... ¿Usted podría enseñarme Fuinjutsu? —preguntó cuidadosamente Jin y la rubia arqueó una de sus delgadas cejas rubias.

—¿Fuinjutsu? —realmente era una pregunta peculiar, si fuera otra niña seguramente le pediría que le enseñase ninjutsu curativo o la fuerza centenar, no Fuinjutsu.

—¿N-no puede...? —preguntó desilusionada Jin.

Puedo, sé bastante de Fuinjutsu que aprendí de mi abuela, pero me sorprende que quieras aprender un arte tan desconocida e incierta, que ciertamente no es popular, ni por lo que soy reconocida y admirada —los ojos de Tsunade escanearon nuevamente a Jin y ella se removió ligeramente incomoda.

—Yo... yo pensé... pensé que, si hay sellos de barrera y explosivos que se crean con Fuinjutsu, significa que aprender el arte de los sellos me daría una gran variedad de posibilidades, no solo defensivas, sino que también ofensivas —Jin tímidamente se tocó la nuca y desvió su mirada—. ¿Qué sucedería que pones sellos protectores en los chalecos Chunin o en la ropa? ¿Y si coses sellos protectores en la tela de las bandas shinobis? ¿Y si colocas sellos en los zapatos shinobi para brindar una propulsión extra si es que llegasen a pisar un papel bomba para quedar atrapados en la explosión?

—... —Tsunade miró a la niña en silencio mientras ella empezaba a parlotear sobre los cientos de posibilidades que podrían brindarles los sellos y la versatilidad de estos.

Dan y Tsunade compartieron una mirada en silencio con un rostro serio, incluso si Jin tenía una gran imaginación, la creación de todas estas posibilidades realmente no estaban tan lejos de ser imposibles de aplicarse o crearse, pero su punto de vista salía completamente fuera de la caja de shinobi que tenían, por lo que sus ideas revolucionarias podrían causarle males indeseados.

Ambos adultos decidieron en silencio que lo que se quedase aquí, quedaría entre ellos.

—Mocosa —paró Tsunade a Jin la cual se estaba emocionando cada vez más en nuevos inventos que se volvían cada vez más absurdos—. Te enseñaré Fuinjutsu... —prometió Tsunade, pero su mirada se volvió dura—, pero tienes que prometer que solo nos contarás estas ideas a nosotros y solo las dirás en la seguridad de esta casa o en el complejo Senju, ¿Entendido?

—¿Mmm? —Jin ladeó ligeramente la cabeza confundida—. Bueno.

—Mocosa, tienes que prometerlo —habló seriamente Tsunade—. Nada de lo que tenga tu mente loca debe salir fuera de la seguridad de la residencia Kato o de la Senju, no puedes contarle a nadie sobre estas ideas, ¿Entendido?

—Bueno, lo prometo —asintió Jin y Tsunade se sintió ligeramente frustrada.

—Jin, si estas ideas salen a la luz, podrías tener personas indeseadas que se interesen en ti respirando tras tu nuca. Aun eres muy joven como para comprender la profundidad de la oscuridad y tramas en Konoha, por ello mismo, tienes que mantener estas ideas seguras en tu cabeza, ni siquiera pienses anotarlas en algún lugar...

—¿Ni siquiera en un idioma inventado? —preguntó Jin ladeando su cabeza.

—Ni siquiera en... Espera, ¿Inventaste tu propio idioma? —Tsunade frunció el ceño y Jin tomó una de las hojas que Shizune amablemente le ofreció y un lápiz antes de empezar a anotar en español los nombres de Tsunade, Dan, Shizune y ella misma.

—Estos son nuestros nombres —Jin le mostró y Tsunade la miró con incredulidad.

Tsunade se pregunta con qué clase de pequeño monstruo se acaba de meter, ¿Es demasiado tarde para retirar su oferta de enseñarle Fuinjutsu? ¿Por qué no se la tiró a su prima menor, Kushina? Tsunade estaba segura que Kushina estaría contentísima de tener a un invitado en su casa aparte de ese mocoso Namikaze que tiene que salir constantemente en misiones y la abandona con regularidad.

Después de todo, Kushina tenía una vida muy solitaria como Jinchuriki del Kyubi.

Tsunade podía presentir que esta mocosa sería su nuevo dolor de cabeza personal.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Where stories live. Discover now