Sombras © [En Edición]

Capítulo 13

🖤 Capítulo dedicado a: danniiielaaa 🖤
Gracias por tu apoyo para con esta historia, espero que te siga gustando y la sigas disfrutando como hasta ahora 💋🦋

• Cambiemos juntos  •

El sol entraba por los cristales de mi ventana, escurriéndose como agua de manantial y llegando a mis iris verdes. La diferencia entre el día de hoy a otros días, era que esta vez, el grandísimo hijo de la gran puta no me había despertado, ya yo estaba despierta, no había podido pegar un ojo en casi toda la noche.

Vaya, estamos madurando.

Cállate.

Uy, que agresividad.

Pero no, no era agresividad, solo me sentía demasiado extraña. Había dormido muy pocas horas, por no decir minutos, no pude conciliar el sueño como lo hacía normalmente, y todo por culpa de Max, o cualquiera que sea su nombre, me quedaré con este que es más fácil de pronunciar, el otro me lía demasiado.

Me sentía a la defensiva, como si tuviera detrás de mí una amenaza constante, no sabía que era exactamente, o provocada por qué, pero algo extraño se despertó en mí, una corazonada. Algo que me decía que a partir de este momento, todo iba a cambiar.

Por ahora, solo quería alejar a Max de todos nosotros, estaba segura de que él era una amenaza y alguien peligroso.

Claro, no es que un tío en pelotas con una espada rara en sus manos, haciéndose cortes como cualquier persona normal haría sea el mismísimo Santa Claus, o el encargado de My Little Pony, no te jode. ¡Ay, es que tú siempre tan a la defensiva!

¿Tú crees? No creo  que...

Lo del sarcasmo no es lo tuyo ¿Verdad?

¿Qué?

¡Aaaaaaich! Mejor olvídalo, concéntrate en alejarte de él, va a ser lo mejor para todos nosotros, no se por qué tengo la sensación de que es peligroso.

Joder, se acerca un apocalipsis.

¿Por qué lo dices?

Es que, últimamente estamos de acuerdo en demasiadas cosas, no puede ser una buena señal.

Si quieres me arrepiento, no creo tener porblemas con llevarte a la contraria.

Decidí ignorarla o íbamos a comenzar a discutir desde temprano y eran solo las 6 de la mañana, no quería empezar el día con el pie izquierdo. Aún estaba en la cama, tiesa como una momia sobre las sábanas blancas que cubrían mi blando colchón, undida en mis pensamientos.

Decidí moverme un poco hasta que quedé en posición semisentada, mirando uno de mis tenis que tenía regado debajo del descanso de mi ventana, no sabía por qué razón lo encontraba tan interesante en estos momentos.