XV

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–Eu tengo un re hambre ¿vamos a comer?– Le cambié de tema lo más rápido que pude y antes de que pueda contestar salí corriendo para los vestidores.

Mientras huía escuchaba como Nico me llamaba, pero no podía parar. Si paraba me iba a preguntar otra vez, si me pregunta otra vez no voy a tener una excusa, y no voy a poder inventar nada en el momento por los nervios.

Al llegar a los vestidores Cuti me agarró del brazo tirandome para las duchas, como no había nadie de seguro quería hablar algo.

–¿Que paso con tu amorcito?– Me preguntó mientras sonreía cómplice.

–Boludo, casi me mato, ¡Se dio cuenta!– Empecé a dar vueltas por las duchas mientras el Cuti me miraba preocupado.

–Pero ¿que paso? ¿te dijo o te pregunto si gustabas de él?– Me miro agarrándome de los brazos para que deje de dar vueltas.

–No pero...– Me interrumpió prácticamente gritando

–¡Ay sos un boludo! Si no te dijo nada no se dio cuenta, me asustaste pelotudo.– Se quejo mientras me pegaba una mini cachetada.

–¡No grites!– Grite y él nomás me agarró de los cachetes y me planto un beso en la frente.

–Ay Lichita, a veces pienso que sos un histérico.– Sacudió mí cara mientras hacía como un beso con los labios.

–Vos sos un boludo que no se da cuenta de nada, que lástima me da tu novio.– Me pego en la nuca y yo nomás me reí un poquito, igual me dolió.

–Eso te pasa por decir cosas de mí y de mí novio.– Me abrazó y me levanto en el aire haciendo que me suene un poco la espalda. –No te hagas problema ¿bueno? no seas boludo, habla las cosas, ¿que puede pasar si te confesas?– Me abrazó una vez más y se fue de las duchas.

Una vez estuve solo me apoye en una mesadita de mármol mientras pasaba mis manos por mí rostro cansado, la verdad no sé cuánto más puedo aguantar sin soltar esto que siento.
Después de un momento solo entro un omega con un aroma familiar al baño.

–¿Licha? ¿Estás bien?– Paulo pregunto preocupado mientras se acercaba a mí. –Scaloni me mandó a buscar a quienes estén en las duchas, pero ¿Te sentís bien?– Preguntó suave mientras me miraba comprensivo.

–Si, nomás estoy cansadito ¿Vamos?– Le sonreí y él agarro mí mano para salir de las duchas.

–¡Vamos!– Sonrió de manera brillante y nos fuimos, afuera estaba Nico mirándome de manera extraña.

Realmente ya no entiendo a Nicolás, y eso me hace ni siquiera entenderme a mí mismo.

Proyecto bebé Where stories live. Discover now