2. Encuentro inesperado.

93 13 0
                                    

Luis despertó de sopetón con unas respiraciones muy agitadas. Su ropa estaba impregnada de un rojo cuajado y apagado. Se abrazó sobre sus rodillas temblorosas, todavía no pudo procesar lo que le había pasado.

«¿Estoy vivo?» pensó, su mente estaba en blanco. «...».

Miró sus alrededores con sus ojos temblorosos, estaba en un gran almacén llenó de cajas y estanterías, solo que había algo más acompañándole en ese espacio abandonado por el tiempo.

—... —tembló mientras se abrazaba.

Se levantó con dificultad pero inmediatamente cayó, le dolía mucho la pierna. Hizo el esfuerzo, y esta vez lo logró, aunque cojeaba bastante. Cuándo vio el humanoide metálico tirado en el suelo, Luis se sobresaltó y tembló. Se ahogó con su propia saliva y tosió muchísimo, sus pulmones le ardían cómo si estuvieran en carne viva. No podía ni hablar, estaba en shock. Miró sus alrededores y volvió su mirada al humanoide metálico. Sus orbes rojas ahora estaban apagadas, cómo si estuviera "durmiendo". Se tapó la nariz al alcanzarle un insoportable olor a amoniaco. Se alejó del olor todo lo que pudo y tropezó y cayó de culo, se oyó el rodar de algo hasta que chocó con el brazo apoyado de Luis, al verlo, Luis no pudo evitar en quedarse paralizado. Era la cabeza de algo que aparentaba ser humano, pero solo quedaba el blanco de su dura piel y las líneas negras de su cara que unían todo su cráneo en un puzle perfecto. Cogió uno de los ojos mecánicos que yacían en el suelo y lo observó con sus ojos entrecerrados, daba la sensación de que era una canica, brillaba con un rojo muy intenso hasta que de un momento a otro se apagó cómo las luces de un faro.

«...» pensó, manoseando la "canica". «Dónde estoy...».

Se sobresaltó al oír unas voces lejanas que venían del pasillo, se escondió y vio unas sombras en la entrada, se metió la "canica" en su bolsillo y rápidamente se escondió dentro de una de las cajas del gran almacén.

Gjkiecnmi tu fejbc. —Se oyó el CHUCK de un arma—. Ge jvsgjo, gjk gjkbde. —La voz masculina se calló.

Luis se tapó la boca, sus manos temblaban cómo si tuviera mucho frío. Solo veía la oscuridad más absoluta mientras el terror le carcomía sus entrañas.
Los pasos cesaron, y ahora solo se podía oír el metal siendo manipulado. También se oían voces muy bajas, aunque se callaban cuándo volvía el sonido del metal.

«...» pensó, su pierna izquierda temblaba muchísimo. «Espero que no me encuentren».

hjkpetrfv fajjy hkbvfer —la voz femenina era muy baja y sumisa—. Gjikyev-

Algo cayó del bolsillo de Luis. Era la "canica", sonó su rodar hasta chocar con el borde del interior de la caja.

«...» pensó. «JodeEer....».

Todos los sonidos habían cesado, ahora, la sala de ese almacén estaba anormalmente callada. Luis temblaba muchísimo, no tuvo el valor de salir y ver que pasaba, tenía miedo de las represalias. Sonaron unos pasos mucho más lentos y ligeros hasta que dejaron de oírse.
Luis se sobresaltó cuándo la tapa se abrió de sopetón y alguien le apuntó con un fusil de asalto.
.
.
.
Devola abrió sus ojos de sopetón al ver el interior de la caja. Unos ojos azules le penetraron su ser, no cómo sus ojos verdes, que estaban apagados y carentes de alma, sino unos ojos azules brillantes y llenos de vida, una mirada parecida a la de los animales que se podían encontrar en los bosques que estaban al exterior de la ciudad en ruinas. Un androide joven, de unos veinte años en apariencia, tenía todo el cuerpo y la cara impregnados con un líquido similar al refrigerante, aunque el líquido de este androide era mucho más rojo.

¡Vete! —se abrazó así mismo cómo una pelota—. ¡¡Déjame en paz!! —se balanceó de lado a lado—. ¡¡¡NO!!!...

Devola se apartó del joven androide y siguió apuntando. Se sorprendió al oír tales palabras salir de su boca, no había escuchado un idioma así en ningún año de sus milenios de existencia.

—... —un androide se acercó con el arma en alto y la miró con asco—. Apártate.

Devola hizo caso y se quedó mirándolo. El androide chasqueó su lengua e hizo un movimiento de cabeza para que se apartara aún más. Devola sujetó fuertemente la mano de Popola para alejarse unos cuantos pasos.

—Devola... —la miró con sus ojos penetrantes—. ¿Quién es? —susurró.

Devola la miró de refilón.

—No lo sé. —Apretó sus labios—. Nada bueno.

Popola alzó sus cejas y asintió.
.
.
.
Luis se calmó un poco. Creyó que esas personas ya se habían ido, así que se asomó poco a poco cómo un gato buscando a su presa.

LA VERDAD PLAGADA DE DULCES MENTIRAS - Fanfic de NieR:Automata Ver1.1aWhere stories live. Discover now