14: Decisiones

67 8 0
                                    

A pesar de que sabía que era algo que podía jugarle en contra, Keith no pudo ignorar la posibilidad de que Park Jimin hubiese estado buscándola. Sabía que no era necesariamente cierto, pero la idea de que un Aurum hiciera trampa malintencionada tampoco le hacía mucho sentido; después de todo, suponían ser los mejores de por sí.

Por ello, no pudo evitar sonreír desde el momento en que llegó a la cancha. Se había perdido los primeros dos ensayos, pero no le importaba; había atrapado a Jimin buscándole y, ahora, estaba obligado a verle sobre el escenario. Debía darlo todo, demostrar de lo que estaba hecha. Provocarle. Quería su atención solo en ella. Lo quería a él.

Había pasado algunos minutos en las gradas mientras preparaban el escenario para ellas, y sus ojos no dejaban un vaivén entre la plataforma y Jimin. El chico había evitado verle a toda costa.

Tal vez demasiado sugerente.

Lisa se acercó a ella y puso las manos sobre sus hombros.

—Qué bueno que llegaste —dijo sacándola de sus pensamientos—, Momo hubiese explotado si no. Han dicho que le darán puntos extras a la fraternidad favorita.

Keith despabiló al instante. La chica no había encontrado un mejor momento para darle aquella información que unos segundos antes de subir al escenario. Sin más remedio, solo le dedicó una mueca en cambio y fue a su posición. Respiró hondo y repasó los detalles del último ensayo; cada segundo contaba.

Cabeza gacha. Mirada desafiante. Recuerda el concepto.

Entonces, abrió sus ojos con desconcierto al descubrir que aún no quitaba la estúpida sonrisa de su rostro. Intentó controlar su expresión como pudo en cuanto la música comenzó, pero todo empeoró cuando notó la seria y analítica mirada de Park Jimin sobre ella. Su sonrisa pasó de alegre a seductora y apartó la vista de él. Quería darle tiempo de espera, que deseara su atención tanto como a ella le gustaba la suya.

Se posicionó en el centro de la formación. A pesar de que mantenía sus ojos en el público en general, de vez en cuando le regalaba una seductora mirada a Jimin. Y él no las pasó por alto, ninguna de ellas. Cada vez que Keith lo veía, sus ojos se conectaban por un segundo.

Cuando finalizaron, la chica le regaló un guiño a su atento espectador. El público aplaudió ante el preview que habían recibido y las Stellas descendieron del escenario para tomar asiento a la espera de los resultados de las estadísticas de popularidad. Keith volvió a buscar al Aurum en su lugar, pero este ahora tenía la mirada apartada con el ceño fruncido; algo que no supo interpretar, su expresión era totalmente distinta a la de antes.

Luego de unos minutos, Jinyoung anunció los resultados.

Una vez más, Stellas habían alcanzado el primer lugar, seguidas de los Aurums, consiguiendo cinco puntos extra para la siguiente noche de competencia.

Ante la victoria, las chicas se reunieron en la casa fraternal para descansar y celebrar antes de tener que cumplir con sus agendas.

—¡Ganadoras consecutivas! —exclamó Sana nada más ingresar.

—Todo apunta a que será nuestro año —comentó Jennie.

—Este es nuestro año —corrigió la líder.

—Y no solo el de nosotras... —murmuró Sana mientras codeaba a su amiga— ¿No es así, Mina?

Al instante, Keith posó toda su atención en la escena sintiendo un desagradable deja vú.

—¿De nuevo ese Aurum? —Momo miró a Mina con una ceja en alto.

La chica soltó una risa avergonzada y Sana la sacudió por los hombros.

—¡Claro que sí! —contestó por ella— ¡No me digas que no lo has visto babeando por ella esta vez!

Un silencio las rodeó mientras Sana continuaba moviendo a una sonrojada Mina en un vaivén. Jennie y Lisa no parecían realmente interesada al respecto, pero mantenían sus ojos en ellas de todas formas. Por el contrario, Momo mantenía una seria expresión, sin poder ocultar su opuesto interés; no era un secreto que la rivalidad entre Stellas y Aurums aumentaría muchísimo ese año por los reñidos resultados. La idea de que Mina estuviese desconcentrada intentando obtener la atención de la competencia no le causaba nada de gracia, sin embargo, si el caso fuese al revés y Park Jimin se descuidara por alcanzar a su Stella, entonces podrían beneficiarse increíblemente.

—¿Piensas acercarte? —preguntó de repente— ¿O esperarás a provocarlo más?

En ese momento, Keith desconectó su audición. A diferencia de la primera vez, ahora era consciente de que los ojos de Jimin habían estado sobre ella; gracias a lo de la mañana, no tenía ni la más mínima duda al respecto, pero... ¿qué sucedería ahora que toda la fraternidad estaba bajo la ilusión de él junto a Mina? ¿Cómo afectaría si Keith siguiera sus planes y consiguiera que Jimin diese el paso a ella? La idea de ir contra cinco chicas no le atraída, mucho menos la posibilidad de lucir como una traicionera por conocer la realidad entre líneas.

¿Hasta qué punto debía llegar?

Definitivamente no quería saberlo. Sabía lo que debía hacer, solo había dos opciones.

Por lo que decidió dar un paso al costado.

Después de todo, nunca fue una Stella.

LONE WOLF «Park Jimin»Where stories live. Discover now