13: Hermandad

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Luego de haber compartido niveles de torpeza, Keith y Kihyun siguieron conversando por una hora en el suelo, a un costado de la cafetería.

—¿Y por qué no? —preguntó la chica, observándole con cierta intriga— Creí que a todos por aquí les atraía la idea de estar en una fraternidad.

Kihyun soltó una risita y negó con la cabeza.

—Olvidé que eres nueva aquí —respondió divertido—. ¿No has oído hablar de los Solums?

Keith asintió de inmediato. Jae Min, además de ser una de ellos, le había dado una lección de todo lo que debía conocer sobre el campus:

—¿Entonces eres un Solum?

—Oh no, no. Era un ejemplo —explicó—. Pero así como ellos hay muchos más a quienes no nos interesa resaltar para gente a la que no conocemos. Algunos solo optamos por ocuparnos de otras cosas y mantener un perfil bajo —hizo un ademán con su cabeza, señalando la caja con documentos.

—Por cierto, ¿qué es todo eso?

Kihyun se encogió de hombros para restarle importancia.

—Hace un tiempo me uní a la organización general del campus; ordenar y organizar mantiene mi mente ocupada.

La chica mantuvo su mirada en él, intrigada. Sus ojos le dedicaban una calidez particular, otorgándole toda su atención. Cuando lo notó, una sonrisita avergonzada apareció en su rostro.

—¿Qué hay de ti? —Kihyun buscó desviar la atención— ¿Qué haces para pasar tus días por aquí?

Keith guardó silencio unos segundos, asimilando el giro que había tenido su realidad.

—Bueno... ahora soy una Stella —se encogió de hombros.

Kihyun volvió a sonreír. Ambos parecían haber encontrado la sintonía que buscaban.

¿et Beat? —alzó una ceja.

—Por supuesto —soltó una risita—. Todos están fascinados.

—Para ser parte de una fraternidad, no te ves muy emocionada.

—Bueno, es más pesado de lo que creí.

"Aunque el cansancio físico es lo de menos", pensó.

Keith negó con la cabeza ante su propia excusa y se encogió de hombros. Pudo sentir la mirada del chico sobre ella; se preguntó si dudaría de ella de alguna forma.

Luego de unos segundos en silencio, se volteó a verle. Sus ojos se conectaron y una cálida sensación recorrió su cuerpo.

—¿Qué?

—Tienes una linda sonrisa —soltó Kihyun—. Siempre he escuchado que las Stellas son reconocidas por su encanto... y creo que finalmente lo comprendo —sonrió. Keith se sonrojó sin saber cómo reaccionar y el chico se levantó, tomando la caja una vez más—. Espero volver a verte. Suerte, con todo.

Luego se fue. Ella vio como el chico volvía a convertirse en una caja de papeleo con pies, que se alejaba torpemente. Cuando despareció de su campo visual decidió que era momento de volver, por lo que comenzó su regreso a la casa fraternal, esperando que la conversación de la que había escapado hubiese llegado a su fin.

Para su suerte, al llegar ya todas las chicas se habían dispersado. Jennie fue la única con la que cruzó caminos.

—¿Dónde estabas? —preguntó con una ceja en alto.

—Yo... bueno, la competencia se llevó todo lo que me quedaba de energía, así que fui a mi dormitorio pero recordé que había dejado mi ropa de ensayo aquí y quise venir por ella.

Jennie dejó pasar su vaga excusa y se cruzó de brazos, apartando la mirada.

—Es una lástima, te perdiste la cara de Momo con los detalles de Sana y Mina —dijo con una pequeña sonrisa—, en serio le disgustó todo lo que escuchó, dudo que lo haya procesado, la verdad —soltó una risita y volvió a ver a Keith—. Por cierto, ¿por qué no consideras mudarte aquí? Aún nos queda una habitación, así que no tendrías que ir y venir de tu dormitorio tantas veces... la competencia solo está empezando.

—Lo consideraré —respondió la chica con una mueca algo insegura—, no te preocupes.

Keith comenzó a caminar hacia las escaleras cuando escuchó nuevamente a Jennie:

—Algo más, antes de que lo olvide —añadió. Pringstone se volteó a verle—. Vino Yugyeom, el chico encargado de la iluminación de los et Beat para dar aviso de que Jinyoung ha organizado para mañana por la mañana un spoil the night, así que debes volver temprano para que Momo te entregue tu camiseta.

¿"Spoil the night"?

—No te preocupes, es solo un ensayo —Jennie se encogió de hombros—. Un ensayo directamente sobre el escenario de la cancha central. Lo interesante que tiene es que solo las fraternidades saben cuándo será, el público no es notificado, así que podríamos tener una práctica frente a todo el campus, o tan solo con tres personas viéndonos —explicó—. De todas formas, es una instancia para que se cree mayor expectación para la siguiente noche.

Keith asintió con lentitud, alejándose luego de la escena. Terminó por subir las escaleras y fue directo a buscar la ropa que había dejado después de ensayar. Luego, dejó la casa Stellar para ir de regreso a su dormitorio.

Sin embargo, la poca atención que le había puesto a Jennie tuvo sus efectos, puesto que, a primera hora en la mañana, Keith continuaba en su habitación.

Las cuatro fraternidades principales se encontraban alrededor del escenario, esperando a que Jinyoung subiese y diera inicio al evento. Fue cuestión de minutos para que el resto de chicos del campus notase lo que estaba por suceder, así que la voz corrió con rapidez.

Debido al descuido de Keith, las Stellas se encontraban incompletas, aunque no era la única fraternidad; después de la discusión del día anterior, Park Jimin había despertado sin deseos de participar en cualquier suceso ligado a los et Beat.

Casi media hora después, la chica dejó su dormitorio... pero no fue hasta que vio a Jae Min corriendo hacia la cancha central que lo recordó. Sin perder un solo segundo más, se dirigió a la casa Stellar en busca de la remera de la que Jennie le había hablado la noche anterior.

A Jimin, por su parte, le tomó cuarenta minutos prepararse mentalmente para asistir al evento. Al llegar realizó un chequeo rápido de los presentes con desinterés y volvió a alejarse.

Keith recorrió la casa fraternal con rapidez, intentando descifrar dónde había dejado Momo la remera de la que le habían hablado; en definitiva, no se la había llevado si era algo que debía vestir en ese mismo instante. Cuando la logró encontrar, no dudó antes de ponerla sobre su cuerpo y salir.

Sacudió su cabello y caminó enseguida a la cancha... O eso planeaba, pero su caminar se detuvo al ver a Park Jimin a unos metros de ella, caminando con la vista fija en los ventanales de la casa Stellar.

Cuando sus ojos chocaron con ella, el chico quedó inmóvil. Keith olvidó al instante las sensaciones y pensamientos que había obtenido la noche anterior. Acomodó su pelo hacia un lado y arqueó una ceja:

—¿Qué haces aquí? —preguntó perspicaz— ¿Los Aurums traman algún truco?

Jimin no fue capaz de pensar en alguna excusa convincente rápido, por lo que solo negó con la cabeza y se fue en otra dirección. Keith lo siguió con la vista y luego sonrió leve.

Quizás no estaba todo perdido.

LONE WOLF «Park Jimin»Where stories live. Discover now