38 | Mendigar por amor

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38 | Mendigar por amor


Daniel

A diferencia de la última vez que Hannah se largó de mi vida, ahora la culpa no me araña el pecho de la misma manera.

Sí lo hace los primeros días. En las tres siguientes semanas, sin embargo, James me da las suficientes charlas como para hacerme entender que decirle a Hannah que la quiero no es algo de lo que deba arrepentirme, y que si a ella le echa para atrás que lo haga, no es culpa mía.

Si no me quiere de la forma en que yo lo hago, no puedo obligarla.

Así que la desesperación inicial da paso al enfadado. Pero la rabia no es un sentimiento al que sepa cómo agarrarme mucho tiempo, así que la mayor parte del día tan solo estoy cansado. Y triste.

Pero ya lo intenté todo cuando teníamos trece años, y estos meses he vuelto a hacer lo posible por recuperar su amistad, por tenerla en mi vida. He estado dándolo todo de mí. No puedo dar, dar y dar hasta quedarme sin nada; menos aún si ella no quiere recibirlo.

Esto último me han ayudado a entenderlo Bianca y Evan. Este último me mandó un mensaje por Instagram para preguntarme cómo seguía, y acabamos haciendo un grupo con Bianca al que ella llamó «Apoyo emocional 🥰✨» y por el que hablamos a menudo. No solo de emociones, claro, también de otras cosas.

Resulta que ellos dos tienen una relación un poco más difícil de definir de la que creía, y que Evan también hace música y le gusta rapear. Según me ha contado, lo hace más como una forma de expresarse y no por que quiera vivir de ello o compartirlo. Tras pedírselo un par de veces, me ha mandado algunas muestras, y la verdad es que es muy bueno; se le dan muy bien las palabras, sus letras hablan sobre todo de salud mental y el sonido es muy original. Te hace sentir muchas cosas. Con un poco de tiempo, creo que puedo convencerlo igual que a Carol para que hagamos algo juntos.

El sábado por la mañana, cuando suena mi móvil, estoy sentado en el suelo de mi habitación con la guitarra entre los brazos. Intuyo que llevo mucho rato sin dejar de tocar porque tengo las yemas de los dedos doloridas.

Paro para afinarla de nuevo; las notas ya han comenzado a sonar mal. Luego, cojo el móvil para responderle a James, que hace rato me pidió que empezara a pensar qué quería para mi cumpleaños, porque es dentro de poco.

Lo cierto es que no estoy muy de humor para celebrar nada, porque a pesar de que lo llevo mejor que al principio y ya soy capaz de distraerme y no pasar el día en bucle, la aguja que siento en el corazón desde que Hannah me dejó no se ha ido.

Cuando le estoy escribiendo a James, sin embargo, veo una notificación del correo electrónico:

«Estimado Daniel:

Hemos revisado su solicitud de aplicación para la séptima edición de la beca para la Escuela de Música y Artes de Bath, y nos complace anunciarle de que su canción "Entre líneas" ha pasado a la segunda fase del programa. Por ello, deberá presentarse el próximo domingo 28 de enero a las 10:30 de la mañana en las instalaciones de la Universidad de Bath, de acuerdo con las indicaciones especificadas en el documento adjunto a este correo.

Enhorabuena, le deseamos mucha suerte en la siguiente fase».

Tras la firma, un documento especifica el lugar exacto al que ir y las instrucciones a seguir; tendré que tocar la canción en directo delante del jurado y las personas interesadas en acudir, puesto que es un evento público.

Este correo es lo que más he deseado recibir durante meses, desde antes incluso de enviar el vídeo. Ahora que está aquí, sin embargo, no siento ni la mitad de ilusión que esperaba.

Entre líneas | ✔Where stories live. Discover now