8 | Unos segundos más

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8 | Unos segundos más

Daniel

Cuando salimos de la sala del cine y escucho a los demás comentar la trama, descubro que me he perdido más cosas de las que creía. Aunque, gracias a la conversación, al menos me entero un poco mejor.

No es que tenga problemas en entender de qué va la película, pero a veces me desconcentro en mitad de una conversación y me pierdo algo importante. Lo bueno de las películas de Marvel es que, aunque me pierda algunas cosas, más o menos puedo intuir lo que está pasando.

Hoy es distinto, claro. Hoy ha habido más distracciones de la cuenta.

Kylie no me ha soltado la mano en el resto de la película, lo cual no ha estado mal, pero en algún momento nos han sudado un poco las palmas y he tenido que aguantar las ganas de secármela en el pantalón.

—¿Queréis que os lleve a casa? —me ofrezco—. Se ha hecho un poco tarde.

—Sí, guay, que no me apetece andar —dice James.

—¿De verdad no te importa? —pregunta Kylie muy sonriente; parece encantada con la idea—. Aunque mi casa igual te pilla un poco lejos...

—No te preocupes, me gusta conducir.

—Entonces genial. ¡Muchas gracias!

Nos dirigimos al parking del centro comercial y me subo en el coche. Kylie, sin duda alguna, va directa al asiento del copiloto. No me pasa desapercibido que James —que iba para el mismo lado—, se queda pillado durante un momento. Luego, sin embargo, va a la parte de atrás con Hannah.

Meto la llave en el contacto, pero antes de arranchar muevo un poco el cuello y me llevo la mano a la base del cráneo, intentando aliviar la tensión. Menos mal que pronto iremos a que me lo miren, porque estas dos semanas no ha dejado de darme la lata.

—¿No se te quita? —me pregunta James desde atrás.

—Qué va. A ver si el martes me lo arreglan de una vez, que ahora que lo tenía mejor...

—¿Te pasa algo? —se preocupa Kylie.

Arranco el coche y quito el freno de mano para sacarlo del aparcamiento.

—Tuve un golpecillo con el coche al poco tiempo de sacarme el carnet, y desde entonces tengo el cuello un poco tocado. Pero vaya, estoy bien.

Aunque ha dejado de llover, fuera hace ya rato que ha oscurecido, así que me aseguro de llevar puestas luces y me encamino a casa de Hannah, que es la que está más cerca de aquí.

—¿Fue grave? —pregunta Hannah con la voz tensa—. El golpe, me refiero.

Miro por el retrovisor interior durante un segundo y me encuentro con su mirada gris. Para mi sorpresa, sus ojos parecen llenos de angustia.

—Fue más el susto que otra cosa —digo, quitándole toda la importancia posible—. Un idiota quiso salir desde donde no le tocaba y no lo vi a tiempo. La reparación del coche sí que fue cara. —Suspiro—. Me sorprende que mi padre siga dejándome usar el coche.

—Y menos mal —comenta James—. Si no a ver quién me hace de chófer.

El resto nos reímos, incluso Hannah, que de pronto se había quedado muy seria al hablar sobre el golpe. Su padre murió en un accidente de tráfico, así que entiendo que no sea un tema fácil para ella.

Cuando nos acercamos a su casa, de pronto soy consciente de que no le he devuelto el vestido, pero tampoco puedo hacerlo sin tener que dar explicaciones a James y Kylie.

Entre líneas | ✔Where stories live. Discover now