Amantes del crimen [KARMAGISA]

XX

Capitulo final. 

Muchas gracias por llegar hasta esta parte. <3

En un mundo rodeado de mentiras, la verdad escrita a medias parece ser la única verdad congruente. Pero a pesar de estar tan acostumbrados a los engaños que nos envuelven, hay ciertas personas que no se conforman, que son tercas en desentrañar la verdad por más cruda que pueda ser.

Lamentablemente yo era una de esas personas.

El viento soplaba con fuerza y hacía menear mi cabello junto con la anaranjada cabellera. Podía sentir la perspicaz mirada de mi acompañante posada sobre mí.

Un escalofrío recorrió mi espalda y no era a causa de la temperatura que comenzaba a descender. Eran aquellas amatistas que me eran imposibles dejar de observar. Hipnotizantes para cualquiera, además de sombrías.

Carentes de alguna emoción.

¿Odio? ¿Rencor? En realidad, no podía descifrar lo que quería transmitir con su gélida mirada. Reincorporé mi postura y por fin decidí hablar.

—Siempre fuiste tú, Asano Gakushuu.

Con su mano cubría la pequeña risa que recibí de su parte.

—No pensé que tardarías tanto en descifrarlo. — Se cruzó de brazos, levantando un poco la barbilla. Una típica pose de arrogancia que era característica en él.

—¿Por qué...? — continuaba nuestro choque de miradas —¿Tanto era tu resentimiento hacía Karma? ¡¿Hacía tu padre?!

No hubo respuesta.

—¡¿Comprendes lo que hiciste?! — mi índice lo señalaba acusadoramente —¡ARRUINASTE LA VIDA DE MUCHAS PERSONAS!

El gélido silencio comenzaba a exasperarme. El nulo interés de su parte para tan siquiera negar las cosas me hacía enfadar.

Pero ambos lo sabíamos, no había nada que negar, nada que encubrir. No había necesidad de mentir más. El prestigioso Asano Gakushuu estaba mostrando su verdadero ser, quitando su careta de genio prodigio y demostrando la oscuridad y rencor que almacenaba durante años en su corazón.

—¿Cómo fue que... — Mi mente seguía un poco abrumada.

—¿Disculpa?

—¿Lo planeaste todo?

Asano pareció pensar por un momento, canalizando todos los hechos que habían ocurrido hasta el día de hoy. Desde el primer momento en que las mentiras y el odio habían comenzado.

— El cielo parece triste. — Habló tranquilo con su mirada posada en las nubes — Tal cual el día en que mis ilusiones se rompieron, al igual que un frágil cristal.

No comprendía a lo que se refería, aún observaba aquella intensa mirada en busca de respuestas.

— Lo supe todo el tiempo. Sabía con exactitud a lo que mi padre se dedicaba después de dejar Kunugigaoka.

— Mentiste durante todo este tiempo. —bajé la mirada — Pero incluso en el funeral, lloraste. ¡Parecías tan afligido!

Asano levantó los hombros — Solo era una careta.

Rápidamente todas las veces que había visto su rostro después de la muerte de su padre vinieron a mi memoria. Tan cansado, triste, rastros de ojeras bajo sus orbes, todo había sido solo una sucia mentira.

— Vamos Nagisa. — levantó su voz — No te hagas el sorprendido. Tú y yo sabíamos que esto tarde o temprano iba a suceder. — Miró las palmas de sus manos atentamente y continuó. — Tantos años de estar en la sombra. Primero; mi padre, que durante toda mi vida me había enseñado que debía ser el mejor en todo, me demostró con creces que la única manera de sobresalir ante la sociedad era aplastando a los demás como viles insectos. Pero, siempre hubo una persona a la que no podía superar por más que lo intentara. A él, a mi propio padre. El prestigioso Asano Gakuhō se encargó de pisotear el orgullo y dignidad de su propio hijo.