¡El Ship no puede hacerse realidad!

Capítulo 19: Yo soy y siempre seré su compañera

(Nota de la escritora: El siguiente es el capítulo final, el que dirá Capítulo Final en el título, así que espérenlo. ¿Habrá epílogo? Hmmm depende de ustedes. ¿Debería? ¿Qué les gustó más de esta historia? Me gustaría leerlos. Espero que les haya gustado todo hasta ahora. Luego de terminar esta seguiré con “La belleza en el espejo” Me encantaría si le dieran una oportunidad, pues esa historia tiene mi corazón. Porfis, déjenme sus comentarios y denme una votación con la estrellita de al principio, denle una oportunidad a las demás historias que me esfuerzo mucho y recomiéndenme para que más personas puedan disfrutarlo. En patreon estoy como faniamorey, me ayudarían muchísimo apoyando mi trabajo. Sin más que decir, sigamos con el capítulo.)

    Llegué a mi casa, fui al baño y me lavé la cara, las gotas caían en mi rostro, mi rabia finalmente fue dejada libre, pues sabía que si N´Becky la sentía se preocuparía innecesariamente. Heidi había tocado lo que era mío, había obligado a N´Becky, la chica que carga a mis hijas en su vientre, a compartir su cama. Grité, tan fuerte y libremente en el espacio que compré para poder estar sola, ahora sintiéndolo vacío porque no estaba ella para compartirlo conmigo. ¿De qué sirve tanto espacio, tanta libertad, si me siento miserable? Soy una alfa patética que no pudo proteger a su amor, tampoco me protegí a mí misma ni en el pasado ni ahora cuando de Heidi se trataba. Mi cuello seguía blanco y limpio, algo que tendría que cambiar pronto, pues, para que seamos completamente la una de la otra, N´Becky también tenía que morderme. Cuándo ella lo pidió antes de salir del hospital, me negué, necesitando todavía esta falsa libertad para cumplir mi objetivo. Tengo que cambiar, ser más fuerte por mí y por mi nueva familia. Tras calmarme, recordé cuando la conocí, cuando la traté de ayudar al ser rodeada. N´Becky es valiente por sí misma y, a pesar de todo, ama a la cobarde que soy. Ya no lo sería más. Soy alfa, su compañera y ahora su protectora. No permitiré que Heidi, su madre o nadie la lastime. Ella es mía y lo será para siempre.

—Llegas temprano. —Dijo Heidi mientras me habría la puerta de su lujoso apartamento, cuya pomposidad no era una sorpresa.

—No había trafico esta noche. —Contesté con el menor interés y me senté en su sofá cruzando una pierna sobre la otra y, dado a que llevaba un vestido, se mostraba una gran cantidad de pierna.

— Esta noche estás preciosa… más que de costumbre.

—Tuve una entrevista y debía estar bien arreglada. —Respondí tratando de mostrar indolencia, pues la verdad me había vestido así para ella. No podía ser muy evidente. La idea de tener sexo nuevamente con Heidi, por muy hermosa que fuera ella, me daba repulsión, por lo que recordé que sería la última vez. No sólo conseguiría que el padre de N´Becky me la entregara, también que Heidi no volviera a molestarme. En ese momento sonó el móvil de Heidi. 

— ¿Me disculpas un momento? —Preguntó y asentí. Ella se retiró y me quité los tacones, caminando descalza hasta el baño donde Heidi se metió, al escuchar que era sólo su manager con una propuesta de trabajo, fui a la habitación y coloqué la mejor aplicación que conseguí para grabar, la encendí y oculté el móvil bajo la cama, para luego sentarme en el borde, esperando a que Heidi me buscara. No había tardado tanto y deseé que esto acabara pronto. —No estabas en la sala donde te dejé.

—Estaba muy aburrida y de todas formas acabaría aquí, así que me ahorré el viaje. —Dije con un encogimiento de hombros.

—Estás bastante más tranquila que de costumbres.

—El sólo sexo. ¿O no? Eso siempre ha sido bueno contigo… Sólo eso. —Mentí, pues necesitaba hincharle el ego, aunque no demasiado.

—Muy bien. —Dijo Heidi mostrando una sonrisa lobuna, para luego colocarse arrodillada sobre la cama, me arrastré más hasta que dar en el borde más cercano al móvil, ella metió la mano en mi vestido, acariciando mi muslo derecho. —Realmente eres muy bonita, más que antes… Quiero hacerte muchas cosas.