Mi novia

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La tensión en el despacho era palpable mientras las palabras de la madre de Luz colgaban en el aire. Silvia, continuó expresando su decepción y su preocupación.

Silvia: "No puedo creer que no me lo hayas dicho, Luz. ¿Cómo podías esconder algo así? Que me he tenido que enterar por terceros y viéndola entrar a Alcholicos Anónimos".

Luz: "Mamá, yo... es que no creo que sea un problema, Ainhoa es seria en su trabajo. Además, no era tarea mía decírtelo."

La tensión en la habitación se hizo aún más palpable, mientras Luz y su madre intercambiaban miradas cargadas de emociones. Silvia suspiró, claramente frustrada por la situación.

Silvia: "Una persona que no puede cuidar de sí misma no puede hacerse cargo de una cocina, Luz. Es una responsabilidad demasiado grande."

Luz se preparaba para responder, pero antes de que pudiera decir algo, la puerta del despacho se abrió de repente. Ainhoa entró en el lugar, su mirada revelando que había oído la conversación completa. Luz la miró con preocupación, consciente de que Ainhoa había escuchado todo.

Luz: "¿Cuánto has escuchado?"

Ainhoa: "Todo."

El peso de la confesión de Ainhoa llenó la habitación, creando un momento de silencio incómodo. Luz no permitiría que Ainhoa se fuera sin luchar, por lo que rápidamente tomó su mano, su mirada fija en su madre.

Luz: "No, Ainhoa, espera."

Silvia también parecía sorprendida por la entrada repentina de Ainhoa. Luz miró a su madre con determinación, sus ojos desafiándola suavemente.

Luz: "Mamá, no puedes simplemente despedir a Ainhoa sin darle una oportunidad. Sí, sé sobre su pasado, pero también sé que está luchando por cambiar."

Ainhoa: "No quiero causar problemas ni ser un obstáculo para el hotel. Si crees que no puedo hacerlo o que puedo dañar la reputación del hotel, lo entiendo."

Luz no estaba dispuesta a dejar que Ainhoa se fuera sin luchar.

Luz: "¡No, Ainhoa! Tú te mereces una segunda oportunidad, ¡Mamá por dios!

Silvia se quedó mirando a ambas mujeres, aparentemente desconcertada. Luego, pareció recoger sus pensamientos y finalmente habló.

Silvia: "Ainhoa, si estás comprometida a cambiar y seguir en recuperación, te daré una oportunidad en el hotel. Pero, Luz, lo hago porque tú me lo has pedido, así que no la eches a perder, como si fueras su sombra" Dijo señalando con el dedo.

Ainhoa asintió con gratitud, aunque la tensión todavía flotaba en el aire. Silvia parecía tener algo más que decir.

Silvia: "Pero quiero que quede claro que si me entero de que has vuelto a beber, especialmente durante el trabajo o en el hotel, te irás."

Ainhoa asintió nuevamente, aceptando las condiciones con seriedad.

Ainhoa: "Entendido."

Luz: "Gracias, mamá."

El silencio llenó la habitación mientras todas las emociones estaban a flor de piel.

Luz se acercó rápidamente a Ainhoa, tomando su mano con determinación. Una sonrisa emocionada apareció en el rostro de Ainhoa mientras miraba a Luz.

Ainhoa: "Gracias, Luz. Eres... increíble."

La mirada de Luz estaba llena de cariño y admiración, y una chispa juguetona bailaba en sus ojos.

Luz: "No, definitivamente no lo soy, pero estoy dispuesta a hacer lo que sea por estar cerca de mi..." Se detuvo abruptamente cuando se dio cuenta de lo que estaba a punto de decir.

Ainhoa miró a Luz con cariño y una sonrisa juguetona en los labios.

Ainhoa: "Luz, ¿ibas a decir 'novia'?"

Luz se sonrojó ligeramente, avergonzada de que sus emociones fueran tan evidentes.

"Lo siento, de verdad, ha salido sin que..."

Ainhoa la interrumpió con un beso suave y lento, que hizo que el corazón de Luz latiera con fuerza en su pecho.

"Me encantaría que fueras mi novia,   ¿Tú sabes lo que he pasado este tiempo pensando en que alguien más te podría besar?", dijo Ainhoa con sinceridad, su voz llena de emoción.

Luz se rió y jugó con el pelo de Ainhoa. "No te rías, no sería nada gracioso" Comenta indignada la pelirroja.

"Aunque no fuera tu novia, tampoco permitiría que nadie más besara mis labios, ni los tuyos", agregó Luz con una sonrisa traviesa, acercándose para robarle otro beso.

La atmósfera en la habitación se volvió cada vez más cargada de amor y afecto, y pronto se dieron cuenta de que estaban en el despacho de Silvia y que podrían ser interrumpidas en cualquier momento. Sin perder el tiempo, se dirigieron a la habitación de Ainhoa, donde pudieron disfrutar de una noche de mimos, sellando su compromiso mutuo con cada gesto de amor.

Emociones dormidasTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang