Esos Ojos Me Llaman

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—Hyung...— lo oigo murmurar y rápidamente volteo a verlo, sonrío con ternura al observar cómo bosteza y pestañea con sueño.

Estamos en la residencia Cullen, con sus integrantes acompañándonos a ver una película, más concretamente Así en la Tierra como en el Infierno, es viernes y los viernes son de películas de terror. Además, mañana vendrán Ángela y Eric, ambos con la intención de organizarnos con Jasper, Hyuk y yo para una exposición en biología, Edward se supone que la hará solo y Swan fue obligada a trabajar con Stanley, Newton y Crowley ya que Stanley no dejó de molestar hasta que la chica aceptara.

Eso da como resultado que nos encontremos en la sala, sentado en uno de los sofás con Hyuk a mi izquierda, Mione acurrucada en su regazo, Jas a mi derecha, Rose al lado de Hyuk y Emmett sentado en el brazo del sofá a un lado de la rubia. Carlisle, Esme y Alice sentados en el otro sofá y Edward en el sillón individual.

—Ven, Hyuk-ssi.— le extiendo los brazos y, Mione captando el mensaje y bajándose del regazo de Hyuk, no pierde tiempo en sentarse en mi regazo, abrazándome y escondiéndose en mi cuello, inhalando ahí y suspirando tranquilo. Me pongo de pie, cargando a Hyuk sin problema alguno— Vamos a la cama, dongsaeng.

Cabecea de acuerdo y río por lo bajo, no queriendo perturbarlo en su ida a los brazos de Morfeo. Con una mirada le indico a Jasper que lo llevaré a su habitación y él asiente tranquilo, sabiendo que en estos momentos soy más que incapaz de dejar a Hyuk sólo por más que estemos protegidos por vampiros.

—Si quieres lo dejas en mi habitación.— dice en cuanto doy la vuelta para dirigirme a las escaleras, me giro hacia él con cara de pocos amigos— Quiero decir,— farfulla— ahí hay una cama, nunca la uso, sólo la tengo desde...— ruedo los ojos por el mero pensamiento.

La tienes desde que esa perra vino y puso un pie en esta casa.

—No, gracias. ¿Crees que te dejaré solo con Hyuk?— es una pregunta retórica, claramente. Traga con dureza ante mi tono y baja la mirada— Sigue soñando, Masen.

Suspiro tranquilo en cuanto deposito al peli naranja en el suave colchón, mas río bajo y una pequeña sonrisa se forma en mis labios al sentir cómo a pesar de ya estar acostado no me deja, no me suelta.

—Quiero dormir con hyung.— susurra medio consciente, abriendo uno de sus ojitos y mirándome— No quiero que hyung esté preocupado.— termina con un adorable puchero.

Mi diminuta sonrisa cambia a ser una ladeada, con una mano peinando sus cabellos, apartándolos de su rostro y ahorrándole la molestia.

—Te preocupas mucho por tu hyung ¿no es así?

—¿Cómo no hacerlo? Hyung es lo más importante para mí... No quiero que nada le pase...— murmura al borde de la inconsciencia. Suspiro sin perder la sonrisa.

—Tú ganas, Hyuk.— beso su frente para después, con cuidado, acostarme a su lado, aún siendo abrazado por él y no pierdo tiempo en devolverle el gesto. Mione salta a la cama y se acurruca a nuestros pies, haciéndose un ovillo y dormitando. Percibo cómo se acurruca más en mí, abrazándome con más fuerza y, como de costumbre, ocultándose en mi cuello— Descansa, Hyuk.

—Todo saldrá bien, hyung. Lo sé...

—Ojalá tengas razón.

Remuevo la olla, aspirando el delicioso aroma del kimchi y los mariscos, así como los mandu- son la versión coreana de los dumplings- y el pescado a la plancha.