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Tomo el lápiz y comienzo a escribir en el papel, desviando la mirada de vez en cuando al celular para recordar lo que debo trazar con el lápiz, mientras Lights de BTS suena gracias al aparato. Estoy haciendo el ensayo que nos dejaron en química sobre el carbono y sus fórmulas, es tedioso y da flojera pero tengo que hacerlo.

No me extraña cuando un par de minutos después siento cómo se coloca detrás de mí en la silla, me echo hacia  adelante para hacerle espacio y se sienta, abrazándome la cintura y apoyando su rostro en mi hombro, curioseando lo que hago.

—¿Sigues con el ensayo?

Ruedo los ojos al oír su tono de burla.

—Sí, disculpa si no tengo cientos de años y un vasto conocimiento como tú.

Me hace cosquillas y al instante alejo el lápiz de la hoja de papel.

Es que si arruinaba el ensayo lo iba a matar.

Y no a besos.

—Al final...— tomo aire tras un par de minutos de cosquillas— Sí tenías razón.

Siento su mirada extrañada pero lo ignoro y en su lugar continúo escribiendo, deseando acabar la tarea de una vez para seguir molestando a Hyuk.

—¿Con qué, príncipe?

—Con Edward.— susurro lo más bajo posible. Nos encontramos en la residencia Cullen, en el patio trasero, y todos los integrantes del clan se encuentran aquí, incluyendo al lector de mentes— Cuando decidió que se irían, dijiste que se daría cuenta de todo ya muy tarde. Tenías razón en su momento y la tienes ahora.

A mi espalda se oye su suspiro, tan abrumado como yo ante el drama que se nos viene encima. Al Edward darse cuenta de las cosas, ha dejado de compartir espacio y tiempo con Swan, haciéndolo disimuladamente para evitar que la mocosa lo note y después le haga drama, al igual que ha comenzado a fijarse en Hyuk, sus gustos, preferencias... Ese tipo de cosas. Observándolo de lejos, sin saber cómo acercarse a él o si debería hacerlo siquiera. Hyuk no es tonto, se ha dado cuenta pero lo ignora, está centrado en entablar una amistad con Alec y no quiere darle ni un minuto de su tiempo a pensar en Edward, ya lo hizo más que suficiente en su momento y él no lo apreció, ahora se intercambiaron los papeles y a Edward le toca aprender lo que se siente su mismo trato, más aún viniendo de su alma gemela.

Y yo estoy muy orgulloso de mi dongsaeng.

Lo crié bien.

—Edward es mi hermano, Jae.— comienza, el estrés de la situación palpable en su voz— Pero... ¿Está mal que no quiera que Hyuk le dé una oportunidad?

—No. La verdad pienso igual que tú.— susurro sin despegar mis ojos de la hoja— Hyuk ya perdió mucho tiempo en ese idiota como para seguir haciéndolo.

—¿Y Hyuk sabe...

—Lo sabe. Se está vengando. Además, para Minhyuk en estos momentos es más importante Alec Vulturi que Edward Cullen.

Vuelve a suspirar, apretando ligeramente su abrazo en mi cintura y dejando un par de besos en mi espalda para volver a su postura anterior.

—Sólo quiero que todo se arregle ya, que no haya más drama y podamos vivir en paz.

Bufo irónico. Eso es mucho pedir para personas como nosotros.

—La esperanza es lo último que se pierde ¿no?



















































Esos Ojos Me Llaman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora