°•.11.•°

1.1K 149 10
                                    

Poso mis dedos índice y pulgar en el tabique de mi nariz, suspirando con frustración y tomando un segundo para apagar los instintos asesinos que me azotan. Instintos que piden a gritos ir tras cierto vampiro bueno para nada, o bueno, no es un bueno para nada, es bueno para cabrearme y amargarme la existencia. Abro los ojos y observo a Hyuk, el pobre se revuelve las manos más nervioso de lo que ha estado en su vida, así como se le nota lo apesadumbrado, sabiendo con exactitud que esto no me hace feliz y que en ningún momento celebraré por él; sí, me alegra que haya salido del clóset y todo eso, es algo por lo que celebrar y festejar, pero esa emoción muere al saber que solo lo hizo por ese imbécil de Edward Cullen, si hubiera sido Eric o incluso el chico Black no tendría ningún problema, Eric sería un gran pretendiente y a Black se le nota lo dulce además de que siempre es amable por más gelidez reciba de mí... Pero no, tenía que ser Edward, tenía que ser ese idiota ¿no? Siempre arruinando las cosas aunque ya van semanas que se fueron.

—¿Cuándo?

Detiene sus movimientos y sus lindos ojitos verdes me miran, presas del pánico.

—¿Cuándo comenzó a gustarte?— repito y noto cómo sus pupilas se dilatan del miedo, baja la mirada y vuelve a retorcerse las manos— Minhyuk.

—S-Supongo...— traga saliva— Supongo que... Todo comenzó cuando lo e-encontré aquí a m-medianoche...

—¿Él hizo qué cosa?— encajo mi mandíbula, las ganas de matarlo en aumento. ¿Cómo se metió a habitación? ¿Cómo no me di cuenta? Y además, ¡¿por qué carajo se metería a mi habitación?!

Algo que todo mundo sabe, o al menos en nuestra anterior escuela, es que cuando Hyuk se estresa mucho o sufre demasiada presión y/o tensión, comienza a llorar, es su forma para desahogarse, para liberar toda esa presión que siente; por lo que no es de extrañar que en estos momentos salgan pequeñas gotas saladas de los ojitos de Hyuk y que éste las limpie con rapidez y brusquedad, más frustrado ahora por llorar.

—L-Lo hizo, h-hyung...— suspiro bajo y en un abrir y cerrar de ojos me encuentro sentado a su lado, con un brazo sobre sus hombros y mi mano frotando su brazo de arriba a abajo para consolarlo, lo que en consecuencia genera que se abrace a mí y oculte su cara en mi cuello, empapando mi sudadera pero lo hago a un lado, más importante es Hyuk, así me deje la sudadera empapada de sus lágrimas y mocos, aunque lo último no me hace ninguna gracia— F-Fue poco después de c-conocerlos, cuando a-aún dormía c-contigo y J-Jasper se alejaba para d-darme espacio... Desperté p-porque tenía una rara sensación de que me mir-raban y... Lo vi, parado junto a la v-ventana, mirándome...— su cuerpo se sacude por escalofríos ante el frío que rodea la habitación y hago que el calor suba, transmitiéndoselo a través de mis manos y torso, suspira más relajado y frota ligeramente su rostro en mi cuello como agradecimiento— Fue... Fue raro, hyung, pero... Al mismo tiempo me sentí a s-salvo...

«Lo siguió haciendo, incluso ll-llegamos a charlar algunas veces, pero todo se detuvo cuando...— su ánimo comienza a decaer de nuevo y no hago más reforzar el abrazo— Cuando él dijo que su alma gemela era esa... Esa bruja.— escupe, con tanto odio que me sorprende y asusta al mismo tiempo. Hyuk nunca ha mostrado ser rencoroso ni vengativo, ese papel ya lo juego yo, y que se comporte así por simplemente mencionar a Swan me... Me confirma que esto no será algo pasajero, algo que temo por completo, pero tengo la esperanza de hacerlo cambiar de opinión... Solo espero que no sea demasiado tarde para ello— Después de eso, él... Ya no volvió. Y, hyung, lo intenté, de verdad lo hice... Intenté olvidarlo, mirando a todos en la escuela, tanto a chicas como a chicos, buscando quién me llamara más la atención pero...— un sollozo lo interrumpe y se abraza más a mí.

Confirmado.

Si vuelvo a ver a ese desgraciado, lo castro.

Y le digo a Jasper para que colabore.

Y tal vez Rose y Emm quieran ser parte...

Oh, se van a poner furiosos cuando sepan lo que le hizo ese idiota a Hyuk.

Pienso con gran satisfacción. Nadie le hace daño a mi angelito, Hyuk es mi angelito en mi infierno, y si yo no le hecho daño, no dejaré que un vampiro de cuarta lo haga, menos uno que no se ha dado cuenta del verdadero valor que tiene Lee Minhyuk.

Te vas a arrepentir de romperle el corazón a mi dongsaeng, Cullen.

Me aseguraré de eso.





















































—¡¿Él hizo qué?!

Sonrío internamente, aunque una pequeña risilla se me escapa por lo semejantes que son nuestras reacciones. Observo sus ojos, aquellos que en su momento fueron tan iguales a los de un león, tan amarillos como el oro mismo, ahora están negros, negros como la noche más oscura.

Estamos en el bosque, en nuestro lugar, ese lugar especial donde Jas se confesó, confesó sus sentimientos hacia mí y comenzamos esta nueva etapa de nuestras vidas; está oscuro y helado, pasan de la medianoche. Luego de pedirle a mamá que preparara el plato favorito de Hyuk y de que hubiéramos cenado, lo dejé dormir en mi cama, literalmente cayó en un sueño profundo al instante de haber tocado la almohada y no es para sorprenderse, después de haber pasado toda la tarde llorando por alguien que no lo merece... Es desgastante y te drena por completo. Al final sólo salí a vagabundear, sabía que Jasper estaría cerca a los terrenos de los Cullen ya que ahí suele pasar una o dos horas luego de cazar para quitarse el olor a sangre que tanto asco le da a Hyuk, por lo que apenas lo encontré en donde desde ese día es nuestro lugar, le conté, queriendo asegurarme de que ese maldito desgraciado no regrese para que ya no siga lastimando a mi dongsaeng, además de buscar sus mimos para calmarme de la sed de sangre y venganza que corre por mis venas como la lava misma.

Y bueno, así fue como terminamos aquí.

—Lo mataré.— asegura con furia y determinación— ¿Cómo se le ocurre... ¿Qué no tiene cerebro ese maldito? ¿O se le acabó de tanto pensar en esa mocosa...

Lo abrazo del cuello y no pierde el tiempo y me rodea la cintura con sus fuertes brazos, aún huelo su furia y necesidad de venganza, pero también cómo ésta va disminuyendo para simplemente convertirse en enojo e intolerancia; deja besos en mi cuello, besos que me dan cosquillas y hacen que me retuerza en sus brazos mientras carcajadas salen de mí.

—¡Jasper! ¡P-Para!— sigo riéndome y él también lo hace pero no deja de besar esa zona tan sensible, provocándome más risas hasta el punto en que sabe que necesito oxígeno— Malo.— hago puchero cuando se aleja y me besa, haciendo que mis mejillas se calienten y que yo rehuya a su mirada.

Un crujido de hojas y ramas cercano a nosotros hace que salgamos de nuestra burbuja, mirando a nuestro alrededor más que alertas, expectantes, pero todo lo que hay es penumbra entre los árboles, ni una mísera luz de luna se cuela entre las ramas para dejar ver a lo que sea que esté aquí con nosotros, claramente vigilándonos no sólo por su repentino silencio sino también por esa tediosa sensación de ser vigilado, observado. Ni siquiera el viento juega a nuestro favor, la forma en que se desliza deja en claro que no podremos descubrirlo por el aroma, ya que las ráfagas de viento lleva nuestro olor a esa cosa o persona, no al revés, por lo que es inútil olfatear si no vamos a obtener nada.

Vámonos.— susurra Jasper a mi lado, está en posición de alerta y un brazo frente a mí, rodeándome determina protección. Asiento imperceptible, escondo mi mano detrás de mí y con un ligero movimiento de muñeca varios troncos a nuestro alrededor caen estruendosamente en el suelo, distrayendo a nuestro vigilante y nosotros aprovechamos eso para escapar.

No sé qué haya sido eso, pero tengo el presentimiento de que lo volveremos a ver.

Esos Ojos Me Llaman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora